Red Bull Media House, productora que organiza la célebre competencia de freestyle “Batalla de Gallos” a nivel global, estrenó el corto documental “WOS: de Caravana”, dirigido por Camila Chaves Stillger. La pieza audiovisual, de poco más de diez minutos, está disponible en los perfiles de la marca en redes sociales y versa sobre el meteórico ascenso a la masividad de Valentín Oliva, el artista joven más relevante del país, que la semana pasada lanzó su EP “Tres puntos suspensivos”, con cobertura de Tiempo.

El documental es un muy interesante recorte que abarca desde las apariciones más consagratorias del artista en las Batallas de Gallos hasta su primer concierto en Groove, en pleno proceso de producción de su disco debut “Caravana”. Es para destacar esta decisión autoral de la directora, porque en dicha condensación de tiempos (duración del documental y meses registrados) queda evidenciada la “explosión” que gestó WOS, un joven que le habla a sus pares y también a los no tan jóvenes.

De ahí que la cuestión temporal sea clave, y la concepción del tiempo, imparable: la cámara está prácticamente siempre en movimiento, como acompañando a este movimiento -valga la redundancia- de música urbana que, con una asombrosa madurez y autoconciencia, se reconoce como heredera de una amplia tradición de artistas fundamentales de la cultura popular argentina. Tal es así que la estética del documental responde a la nostalgia que atraviesa las nuevas producciones musicales, con reminiscencias visuales a los primeros videoclips de bandas tales como Babasónicos, Los Brujos o IllyaKuriaky&TheValderramas.

El corto, que bien podría ser considerado una roadmovie, tiene testimonios exclusivos del propio WOS y de personas clave de su entorno, tales como el manager, el productor y su fiel acompañante en guitarras, voces y en el difícil instrumento de comerse al escenario: Ca7riel, quien, en un momento, corre la cámara de su cara diciendo “¿Qué onda? ¿Sos TN? ¡Tomátela, gato!”. Diversión, ideal de juventud en estado puro y música, pero también conciencia política y toma de posición frente a los poderes más consolidados.

Decimos que este lanzamiento fortalece el estatuto de fenómeno transmedia de WOS porque este joven artista urbano es en sí mismo una narrativa que se comunica mediante múltiples plataformas a través de diversos lenguajes. La música es sólo el comienzo, y no se vislumbra un final. Lo mismo sucede con la conclusión del audiovisual que, si bien en un primer visionado puede resultar abrupto, representa cabalmente al género que documenta: parece no tener un final determinado, sino más bien ser el reflejo de una época que no para de mirar al futuro sin olvidarse del pasado, apelando a la transformación urgente del presente.