Diego Capusotto es el mismo de siempre. El que camina a paso acelerado, saluda y sonríe con franqueza, el que reflexiona con convicción y –claro– no duda en utilizar la ironía o la caricatura. Vecino ilustre del barrio de Barracas, Capusotto no es John Lennon en plena beatlemanía, pero nunca falta algún amigo o conocido que se cruza a saludarlo, los comerciantes de la zona lo reciben con esmero y siempre aparece algún curioso que se acerca para expresarle su reconocimiento. Tampoco faltan quienes, con cariño y sencillez, lo abordan para sacarse una selfie y contarle «¡no sabés que contentos se van a poner en casa cuando vean esta foto!». Capusotto es el mismo de siempre, pero por estos días está un poco más inquieto. Se acerca el estreno de Tadeys, la obra que protagonizará en el Teatro Cervantes, y el ritmo diario de ensayos y la ansiedad hacen su trabajo. «Cada vez que uno empieza un nuevo proyecto se pregunta muchas cosas, aunque esos cuestionamientos y las respuestas no le interesen a nadie. Uno se prueba todo el tiempo para ver si realmente es actor», confiesa.

Capusotto construyó una carrera explosiva y reconocible en televisión y mantiene una actividad creciente y cada vez más sólida en el cine. Pero su trabajo en el teatro, de donde surgió, terminó quedando postergado. Tadeys representa un regreso importante y audaz. La obra realizada a partir del libro inconcluso de Osvaldo Lamborghini no es un proyecto cualquiera. Propone con audacia y oscuridad un mundo en el que La Araña Ky (Capusotto), un psiquiatra perverso y alienado, impone desde el Estado un sistema para «amujerar» a adolescentes díscolos. Las implicancias del texto original y la obra son múltiples y apuntan, en definitiva, a la cuestión del poder. Se trata de una adaptación de Analía Couceyro y Albertina Carri que desarrolla un viaje estético, de significados y significantes, que invitan a pensar y cuestionarse. Capusotto lo sintetiza de la siguiente manera: «es una obra compleja, audaz y oscura. No hay que perderle pisada».

–¿Que te empujó a decir sí cuando te propusieron hacer Tadeys?

–En principio que la propuesta venía de Analía Couceyro, con quien más de una vez estuvimos a punto de trabajar y no lo pudimos hacer por cuestiones de agenda. Como actores o dirigiéndome, tenía ganas de trabajar con ella. También confío en su capacidad como adaptadora teatral. Y después estaba el tema que Lamborghini es un riesgo al cual uno accede con muchas ganas. Todo encajó justo. Estaba en un momento en el que me interesaba hacer algo en teatro, aunque tampoco tenía la necesidad de hacerlo en forma urgente. Si bien sigo vinculado en proyectos con Pedro (Saborido), hace dos años que no hacemos Peter Capusotto y sus videos y eso me permitió tener el tiempo disponible que un proyecto como este demanda. Se dio todo: los tiempos, la obra y un muy buen grupo de compañeros y compañeras.

–La Araña Ky es un personaje muy particular.

–Claro. Es un científico muy singular, ideólogo de este proceso que denominan «amujerar», que vendría a ser algo así como convertir en damas de compañía a los adolescentes molestos.

–¿La historia toma elementos de La Naranja Mecánica?

–De alguna manera, sí. Hay una referencia. Hay algo de La Naranja Mecánica, de Saló (Pier Paolo Pasolini), del Marqués de Sade. El texto se nutre de referencias, pero tiene la mirada original y única de Lamborghini. Analía Couceyro venía hace mucho con esta idea, trabajándola y durante estos meses de estudio y ensayo se cambiaron muchas cosas más, siempre para bien. Este texto me metió en un proceso de laburo y de búsqueda distinto al que venía teniendo y me entusiasma mucho. Estoy contento. La obra, entre otras cosas, expresa que en muchos casos el Estado decide aplicar políticas de sujeción para que la masa no se una ni piense por sí misma y prenda fuego todo. ¿A qué me hace acordar esto? (risas).

–Algunos actores y parte del público suelen considerar que los actores que hacen humor necesitan de un papel dramático para ser tomados en serio. A vos eso nunca te preocupó.

–Para nada. No me interesa ese concepto general. A mí me gusta ver que de Cha cha cha a Todo por 2$ fui actuando mejor, y de Todo por 2$ a Peter Capusotto y sus videos también. Se trata de eso. ¿La consagración? ¿Qué es la consagración? Imaginate si voy a un asado y digo: «Buenas, ya estoy consagrado». Por suerte mis amigos me cagan a trompadas y me tiran a la pileta en pleno invierno (risas). Esas ideas tienen más que ver con los imaginarios de los otros. A mí me interesa hacer cosas, mejorar, disfrutar.  Tampoco existe eso de «Ya llegué»: eso es apenas una expresión de deseos pueril e ingenua.

Oposición y cambio

Capusotto es un amante del cine, del teatro, lo apasiona la actuación en general, la música y Racing –»Estoy muy contento, no quiero decir nada más por ahora»–. Pero la política es una de sus obsesiones más recurrentes. La mirada sobre la realidad –en pasado, presente y futuro–  de Peter Capusotto y sus videos no fue el resultado de una maquiavélica receta de marketing. Expresó y expresa una de las necesidades vitales que comparten con Pedro Saborido. Por eso, en medio de un país convulsionado por la pobreza, la desocupación y la inflación, Capusotto necesita expresarse más que nunca.

–Algunas cosas hicieron bien estos tipos.

–¿Cuáles?

–Montarse en el antiperonismo, por ejemplo. Decretar que todos los gobiernos de la región interesados por la redistribución «se la llevaron toda». Presentarse como empresarios educados que dicen la verdad y no necesitan robar. En campaña dijeron que iban por el hambre cero, asumieron y a los cinco minutos dijeron que no se iba a poder por la pesada herencia. Una vez que están en el poder andá a llorar a la Iglesia. Apuntaron a determinado sector de la sociedad y acertaron. Tampoco todos los que votaban a Cristina tenían convicciones revolucionarias inquebrantables. Algunos de ellos también cambiaron el voto. Hay de todo. Existen tipos que puteaban a Menem y después votaron a Macri… El kirchnerismo sufrió el desgaste de 12 años de gobierno, tuvo errores y casos de corrupción. Pero esto de ahora es otro nivel. El poder financiero global y lo más depredador de acá.

–¿El de Macri es el peor gobierno desde la vuelta de la democracia?

–Considero que sí. El más depredador. Sus argumentos son sólo aciertos comunicacionales y trampas estratégicas.

–¿Cómo imaginás las elecciones presidenciales que se vienen?

–No sé. No sé cómo se van a manejar las tensiones en la oposición, que hoy es el peronismo. No sé quién va a ser el candidato, si se va a lograr la unidad… Lo que yo creo es que Cristina parece ser la candidata que mejor le viene al macrismo. Si Cristina no se presenta, quizás el macrismo tenga serios problemas. A lo mejor, si sigue como senadora y se postula dentro de cuatro años ella, o alguien de su riñón, las posibilidades aumentarían notablemente. Hoy Cristina tiene más votos que nadie en la oposición, pero da la sensación que en un balotaje se le complicaría sumar muchos más votos. Todavía no confirmó si va a ser candidata, supongo que anunciará qué va a hacer cuando sea el mejor momento estratégico.

–¿Te parece mejor que Cristina no sea candidata?

–Me parece mejor que gane la unidad que sea. Después hablamos. Estamos en la Argentina, chicos (risas). Menos mal que no somos más tan puristas y estamos metiendo los pies en el barro. Cuando estaba el kirchnerismo a mucha gente no le gustaba la cercanía del PJ. Pedían purismo, depuraciones morales… En este momento de la Argentina el peronismo necesita unidad y ganar. Hay que empezar a revertir un proceso económico y social muy nocivo. Esta sí va a ser una pesada herencia.

–¿Qué te parece Lavagna?

–No sé. Ni idea. Me parece que cualquier que se presente en una interna y saque más votos es importante. Se necesita terminar con un proceso político muy dañino. No se puede apostar sólo al desgaste de Macri.

–¿Y si la candidata del PRO es Vidal?

–Sería muy preocupante que este proceso continúe. Por eso la necesidad de la unidad. El Frente Renovador y (Sergio) Massa votaron muchas cosas con el gobierno después de la derrota del kirchnerismo. Se le podría recriminar mil cosas, pero ahora hay que sumar. El macrismo no es el Podemos de España. No son hippies. Son el poder financiero y todo lo peor. Hay que unirse, ganar, pero también estar atentos y discutir. Si nos manejamos con la lógica de tal o cual son traidores, podemos terminar terceros. No hay margen. Todavía alguno dice que es apolítico y no se da cuenta que la política te cambia la vida todos los días. Sólo con el bondi a 20 pesos dejan a mucha gente afuera de todo.  «

Tadeys

De Osvaldo Lamborghini. Versión teatral y dirección: Albertina Carri y Analía Couceyro. Con: Diego Capusotto, Canela Escala Usategui, Javier Lorenzo e Iván Moschner. Estreno: viernes 12 de abril. De jueves a domingos a las 18, en la sala Luisa Vehil del Teatro Cervantes, Libertad 815.

Poder y Estado


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(Foto: Diego Martínez)


Tadeys trabajó sobre situaciones y conceptos que le dan mucha actualidad, a pesar que el texto fue escrito en 1983. El relato sucede en un buque donde «amujeran» a adolescentes violentos. En el trascurrir de la obra se multiplican preguntas: ¿qué es ser hombre?, ¿qué es ser mujer?, ¿el Estado es hombre o mujer? La respuesta que sentencia la última interrogación es: «El Estado es hambre para todos».

Sostiene Capusotto: «El concepto de ‘amujerar’ es tratado desde la idea de la pasividad, lo servil, lo sacrificial. Todo lo que encarna la imagen, sólo la imagen, de María Eugenia Vidal (risas). Esas preguntas de qué es el hombre, qué es la mujer y la del Estado son muy pertinentes. Y la respuesta es irrefutable. La obra tiene una mirada que me identifica.»

El actor destaca que considera que la obra también «tiene algo de contacto con las reivindicaciones de los actuales movimientos feministas. El aborto legal es una necesidad insoslayable, claro. Pero en tiempos de políticas sociales depredatorias se arrasa con todos: mujeres, niños, niñas, sectores vulnerables y hombres».

Para desarrollar más la reflexión, Capusotto toma la figura de la ministra de Seguridad: «Yo no sé exactamente qué opina Patricia Bullrich del feminismo, pero estoy seguro de que ella forma parte de un gobierno y un ministerio que ejecutan políticas obscenas y muy dañinas para la mayoría de los argentinos. Esas políticas ya fueron implementadas y siempre traen resultados nefastos. Me atrae mucho la obra porque habla del poder y también está lo femenino, con diversas interpretaciones».

Lo que viene, lo que viene, lo que viene

Hace dos años que no hay temporadas nuevas de Peter Capusotto y sus videos. Se extrañan los personajes, las risas, los guiños, el absurdo y la mirada política. Sobre todo en estos años de globos y «hay que remar un poco más, sin llorarla».

–¿Vuelve Peter Capusotto y sus videos?

–Está difícil el tema. Desde hace dos años no encontramos quién lo produzca. Pero tenemos muchas ganas de hacerlo. Así que, si no aparecen novedades en ese sentido, es muy probable que aunque sea hagamos algunos capítulos para la web. Ideas no nos faltan. Si no es en TV, será por Internet.

–¿Estás con algún proyecto más?

–Sí. La idea es filmar una película de Marcelo Schapces, que es una adaptación del libro El conserje y la eternidad. Lo leí en su momento y me gustó mucho. Es una historia de vampiros en tres momentos de nuestra historia: el ’55, Malvinas y 2001.Todavía no filmamos, pero creo que va a ser algo muy interesante.