Dicen que las paralelas se cortan en el infinito, en lo que los que saben definieron como punto impropio. Desde aquel mítico ¿Sumo divididos? ¡Las Pelotas!, de Luca Prodan, que luego hicieron cántico las huestes de cada banda para mostrar que sólo habían estado Divididos por la Felicidad, los herederos de Sumo marcaron, en paralelo, los avatares de les pibes argentos. Ahora, casi al unísono, estrenan single: los Divididos con “Mundo ganado” y Las Pelotas con “Dando vueltas”.

Cada uno en su línea (Las Pelotas con un rock más popeado, Divididos con un rock rabioso), plantea dilemas que, para sus seguidores y los que acostumbran guardar recuerdos a través de sensaciones, ya habían expuesto en plena década menemista: la ilusión que se despierta a partir de la zanahoria gigante que con su mejor parafernalia presenta el sistema, la angustia que produce no alcanzarla nunca y el vacío final que se siente al ver todo el tiempo y el esfuerzo malgastado en perseguirla.

El trío compuesto por Catriel Ciavarella (batería), Diego Arnedo (bajo) y Ricardo Mollo (guitarra y voz), canta en Mundo Ganado: “Hoy llegó la carroza del cielo trayendo pociones para este mal. (…) Con su estirpe joven, hambriento, no notarás que no trae nada y que sólo viene a llevar/ Un banquete de hoy, por un hambre a futuro es el trato, es lo que vendrá.”

La banda integrada por Germán Daffunchio (guitarra y voz), Gustavo Jove (batería), Tomás Sussmann (guitarra y coros), Gabriela Martínez (bajo y coros), Sebastián Schachtel (teclados) y Alejandro Gómez (trompeta, trombón, percusión y coros), dice en “Dando vueltas”: “Fuiste canción, como nunca nadie fue, por qué razón lo perdemos todo?/ Qué pensás que soy/que no siento nada en mi alma?/ Es que estoy aquí/ dando vueltas siempre, y no cambia/ No cambia nada. no cambia nada.”

Ambas bandas prometen nuevo disco pronto. Son, de varias maneras, los últimos héroes del rock, esa música que ya no es la predilecta de los jóvenes, aunque sigue ocupando un lindo lugar entre sus referencias. Lejos de las redes en general, supieron construir su camino en base a algo que pese a dejar de ser un valor premiado, las nuevas generaciones sin embargo extrañan: la coherencia entre lo que se plantea y lo que se hace, entre el discurso y las acciones; pocas bandas y músicos en la historia del rock argentino tuvieron lo que cuando ellos eran chicos se llamaba conducta y que al involucrarse en el rock pasaron a llamar actitud. Actitud rock es lo que caracterizó siempre.

Dice también la teoría física que las paralelas tienen puntos más cercanos y más lejanos. En el caso de Divididos y Las Pelotas los puntos más cercanos fueron en los tiempos posteriores a la muerte del líder de Sumo, Luca Prodan (1987), cuando el 5 de marzo de 1988, Daffunchio, Mollo, Pettinato, Arnedo y Troglio (ex integrante de Las Pelotas), se presentaron en el Chateau Rock, en la que el grupo se tituló como “Homenaje a Luca Prodan”. El punto de mayor distancia fue en 1997, en el décimo aniversario de la muerte de Luca. Un encuentro acordado de antemano en el Anfiteatro Municipal para mayo de ese año para un homenaje al ex líder. La anunciada reunión terminó en polémica con Mollo y Daffunchio pidiendo disculpas, tenues silbidos del público, Las Pelotas más Andrea Prodan (hermano de Luca),  Roberto Pettinato (saxo) y el baterista Alberto «Superman» Troglio interpretaron sólo tres clásicos de Sumo para no arruinar del todo la noche: Heroína, El Ojo Blindado y White trash. 2007, otro año aniversario de número redondo (el 20), puede decirse que fue el año en que las cuitas quedaron saldadas: el 12 de abril todos los miembros sobrevivientes de la última formación se juntaron a tocar durante el Quilmes Rock Festival en el estadio de River Plate. Crua chan, Divididos por la felicidad y Debedé.