El cine argentino, excluido del concurso del 72º. Festival de Cannes, se hace admirar en las reseñas paralelas, después de que fueron presentados “Que sea ley” de Juan Diego Solanas y “Solo” de Artemio Benki en proyección especial y en la reseña de cine independiente ACID, respectivamente, para no hablar de los tres films que la misma ACID ha seleccionado para su “Argentine Trip”, “Breve historia del planeta verde” de Santiago Loza, “Las Vegas” de Juan Villegas y “Sangre Blanca” de Bárbara Sarasola-Day.

Pero eso no es todo, porque a estos hay que agregar “Por el dinero” de Alejo Moguillansky, presentado por la Quincena de Realizadores, y “Lux Aeterna”, programado en función de medianoche, que es un film francés pero que ha sido dirigido por Gaspar Noé, nacido en Buenos Aires pero que, apenas adolescente, siguió en el exilio a su padre, el pintor Luis Felipe Noé, y desde entonces vive y trabaja en París, donde es un verdadero cineasta de culto.

“Por el dinero” deriva de una pieza teatral, creada años atrás por el mismo grupo de actores, músicos y bailarines que retoman sus papeles en esta divertida comedia que apasionó a la Quincena con su historia de una troupe destartalada, invitada a un festival en Colombia y que se roba el dinero de un premio destinado a un grupo rival.

Fundador del colectivo “El Pampero”, que se propone renovar el lenguaje cinematográfico argentino, Moguillansky es autor completo del film, junto a su compañera, Luciana Acuña, protagonista del film junto a MathieuPerpoint, Gabriel Chwojnik y el mismo Moguillansky, el único a no conservar su verdadero nombre y apellido en la película.

“El film recibió una financiación mínima que nos permitió cubrir los gastos durante el rodaje en Calí y otro poco nos vino gracias a un mecenazgo de la ciudad de Buenos Aires pero estamos hablando de un presupuesto ridículo, digno de una beca para estudiantes de cine, que tal vez es lo que nosotros somos verdaderamente ” explicó Moguillansky al público de la premier.

Y agregó: “Pienso que el día que dejemos de serlo vamos a dejar de dedicarnos seriamente al cine y nos convertiremos en burócratas que ya no tienen ninguna relación con este arte”.

“Para nosotros, estar aquí en Cannes, en la Quincena de Realizadores, con una película tan radical como la nuestra y que está en estas dos semanas en pleno centro de atención de la cinematografía mundial, es una aventura, una excentricidad que tiene algo de escandaloso”.

Prácticamente Gaspar Noé no ha dejado de estar en Cannes, desde que sus primeros films fueron seleccionados por la Semana de la Crítica (el corto “Carne” en 1991) y la Quincena de Realizadores (su casi remake “Seulcontretous” en 1998) y alcanzando la cúspide de la selección oficial con ese “Irreversible” que en 2002 causó tantas polémicas y escándalo, con esa violenta violación de Monica Bellucci en plano secuencia y en narración temporal inversa, empezando con el final y terminando con el principio.

 En “Lux Aeterna”, Noé narra en 50 apretados minutos el rodaje de una película de brujas, desde un apacible diálogo entre las dos protagonistas, Béatrice Dalle y Charlotte Gainsbourg, directora y actriz del film en el film, hasta el infierno de la filmación donde todo sale al revés y es un prodigio de caos, sonido y furia.

“Yo precisaba dos actrices que se entregaran completamente a mí, como hago siempre con mis actores y he encontrado en Béatrice y Charlotte las extraordinarias protagonistas que improvisaron los diálogos del principio, en las que ellas se contaban anécdotas de sus filmaciones” contó Noé en conferencia de prensa después de la proyección oficial.

“El film hubiera podido ser un largo pero preferí reducirlo a sus esenciales 50 minutos aunque esto no contribuya a su difusión en salas, sino como parte de un programa de dos películas” agregó Noé, que se ufanó de haber experimentado por primera vez el “Split screen” (o sea la división en dos de la pantalla utilizando contemporáneamente dos cámaras) y el plano secuencia final de 30 minutos con la que se concluye la película y que fue totalmente improvisado por los extras y las actrices, el todo en apenas seis días de filmación y un mes y medio de postproducción.

“Lo más divertido del rodaje fue no haber tenido ni idea de lo que íbamos a hacer – aclaró Charlotte Gainsbourg – Gaspar nos explicó por encima el tema de las brujas y nos pidió a Béatrice y a mí que improvisáramos acerca de nuestra experiencia en el cine y debo decir que estar en un set tan caótico como este no ha sido una novedad, aunque con menor satisfacción mía”.

Para Béatrice Dalle, que nunca ha dirigido una película en su vida, “me sentí muy cómoda en el papel y me bastó recordar algunas filmaciones mías,  cuando la inexperiencia o la ineptitud de un director hundía en el caos a un rodaje y había que capear todos los problemas con la mayor tranquilidad posible. Además trabajar con Charlotte fue como la cereza en la torta”.

Fondos europeos para el cine argentino. A partir del primero de octubre próximo, Argentina formará parte de Eurimages, el fondo anual de 25 millones de euros del Consejo de Europa que ayuda a financiar películas en 38 países, según lo anunciaron en forma conjunta durante el 72º. Festival de Cannes el presidente del INCAA Ralph Haiek y el director del organismo para la coproducción, distribución, exhibición y digitalización del cine europeo, Roberto Olla.

En el comunicado, Olla destacó el enorme potencial cinematográfico de Argentina, señalando que a partir del 22 de octubre los productores podrán acceder a los diferentes programas de apoyo a la producción que gestiona el programa.

Argentina es el segundo país extraeuropeo aceptado como miembro de Eurimages, después de Canadá, pero por el momento no tendrá ningún poder decisional en la política del organismo.

En ese contexto, “Matadero”,del argentino Santiago Fillol recibirá un apoyo a la producción de parte del fondo de ayuda a las cinematografías de todo el mundo del Centro Nacional de Cinematografía francés.

“Matadero”, producido por la 4 A 4 Productions es uno de los tres films latinoamericanos merecedores de esta ayuda a la realización, junto a “La llorona” del guatemalteco Jayro Bustamante y “La vaca que cantaba el futuro” de la chilena Francisca Alegría.