El lunes por AMC y el martes por Netflix, vuelve Better Call Saul. La cuarta temporada del spin off de Breaking Bad (se trata de cómo el abogado de la dupla Walter White – Jesse Pinkman llegó a ser un especialista en lavado de dinero), que se presentó como pidiendo permiso hace tres años, ya alcanzó la categoría de culto: los diez capítulos de la inminente temporada despiertan un entusiasmo que no estaba en las expectativas de su mentor Vince Gilligan (también artífice de Breaking Bad), y mucho menos en la de su protagonista excluyente (Bob Odenkirk como Jimmy McGill), quien, como reconoció hace unos días, se tomó su tiempo para aceptar la propuesta de Gilligan.

“Siempre pensé que era un gran riesgo –dijo–. Y todo lo que quería es que se hiciera por sus propias razones, y no porque yo lo pidiera o presionara para ello. Así que básicamente di un paso atrás cada vez que me lo sugirieron. Creo que Vince Gilligan sintió que era extraño sugerirle a un actor ‘¿Qué te parece si hago un show para ti?’, y que ese actor respondiera ‘No sé. Es tu tiempo libre, hacé lo que quieras”.

Hoy, la serie que tiene una de las mejores puntuaciones en todos los sitios que suman tanto opiniones de especialistas como de público, además corre con un algunas ventajas respecto a su competencia. En primer lugar, el esperado momento en que su trama se cruce con la de Breaking Bad, algo que se especula sucederá sobre los últimos capítulos de la temporada que se estrena; segundo, la mayoría de las “grandes series” han terminado o se encuentran en proceso de hacerlo (como Game of Thrones); por último, el panorama es tan amplio que la probada calidad de Saul es una garantía para pasar un buen rato.

Esas suelen ser las razones relacionadas con el mercado que finalmente deciden la producción o no de una serie. Pero esta es una serie que viene de Gilligan y ya se anunció la realización de la quinta temporada, que es la misma que dio cierre a la historia de Breaking Bad: los fans creen que entre la actual y la próxima vendrá el desenlace de Better Call Saul, que marcará el ascenso definitivo de este verdadero loser siempre a la sombra de su hermano mayor, al que sorprendió recibiéndose de abogado por correo.

Justamente en la anterior temporada (si el/la lector/a no gusta de spoilers, debe dejar la lectura), se resolvió la salida del personaje de Chuck McGill. Obsesionado por mostrarle a su hermano su inefable superioridad a fin de mantenerlo obediente a sus pedidos y caprichos, Chuck terminó perdido en su propio resentimiento. Fue ese permanente esfuerzo de Jimmy por recibir el reconocimiento de su hermano mayor lo que movió a la serie a lugares de ternura que pocas veces visitan y provocaron la empatía de la audiencia. Ahora que Chuck ya no está, el derrotero de Jimmy es una verdadera incógnita. Y la ansiedad crece.

El lunes podrá empezarse a develarse esa incógnita.