¿Cómo fueron los últimos años de Angus Young? Acompañando hasta la muerte durante la demencia senil a su hermano y guitarrista rítmico Malcom, cofundador de AC/DC, la banda de sus vidas, y de la de millones de fans alrededor del mundo. Y, cuando miraba al resto de sus compañeros de ruta, las cosas tampoco eran demasiado alentadoras: el cantante Brian Johnson comenzó a quedarse sordo, el baterista Phil Rudd cumplía condena en prisión domiciliaria por tenencia de drogas y amenazas de muerte, y el bajista Cliff Williams había anunciado su retiro de la escena musical. El infierno con el que siempre habían coqueteado en su propuesta estética parecía migrar del armado de los escenarios para reducir a cenizas, paradójicamente, la llama del grupo de hard rock más importante de la historia.

Pero si de fuego(s) se trata, Angus demostró ser un ave fénix: sumó a sus filas a su sobrino Stevie para que reemplace a su tío y mantenga vivo no sólo a los históricos riffs sino también al apellido Young, convocó a Brian para que pruebe su audífono de última generación micrófono en mano, invitó a Phil a exorcizar sus pecados golpeando al redoblante y convenció a Cliff de que tramite la jubilación aporreando las cuatro cuerdas. Y de esa reunión familiar y de viejos amigos surgió algo que hasta hace poco tiempo parecía inverosímil: un disco nuevo de AC/DC. O un milagro, que es lo mismo: no sólo por lo descripto hasta aquí, sino porque sale a la luz en plena pandemia mundial que resulta el corolario de lo que podríamos considerar como el inexorable fin de las bandas de estadios.


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(Foto: AFP)



El álbum en cuestión es Power Up, el 17° de estudio de su extensa carrera, lanzado el viernes 13 (cuando no). La mítica banda se las arregla para condensar en 41 minutos una docena de canciones que son un testimonio inapelable de la fidelidad a su propio espíritu: “Realize”, “Rejection”, “Shot in the Dark”, “Through the Mists of Time”, “Kick You When You’re Down”, “Witch’s Spell”, “Title Length”, “Demon Fire”, “Wild Reputation”, “No Man’s Land”, “Systems Down”, “Money Shot” y “Code Red”. ¿Cómo es el arte de tapa? El característico rayo de la banda iluminado con luces de neón, también utilizadas en el videoclip de uno de sus cortes de difusión (“Shot in the Dark”, el otro es el track que abre el disco): si la energía empieza a flaquear, estos próceres del rock se enchufan a 220v y siguen tan iluminados como siempre.

¿Es un muy buen disco? Sin dudas. ¿AC/DC nos muestra algo nuevo? Para nada. ¿Alguien lo hubiera querido? Absolutamente nadie. Power Up se trata de eso y lo explicita desde el título de la obra, que versa sobre volver a encender lo que parecía apagado como un grito de resistencia frente al inexorable paso del tiempo en general y de este tiempo en particular, en el que parece no haber tiempo para quienes rockean incesantemente desde hace más tiempo. Y hay algo más: todos los temas están firmados por los dos hermanos Young, porque hay cosas que ni el maldito tiempo puede evitar.