El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y Canal Encuentro lo celebra y recuerda con una programación especial, durante todo marzo. Por un lado, habrá una selección de los microprogramas Cartografía Feminista, que buscan difundir, comprender y discutir los feminismos y las disidencias: su lenguaje, sus cuerpos, sus categorías, su inscripción territorial. Por otro, estarán las tres series ganadoras del concurso Renacer Audiovisual del Ministerio de Cultura de la Nación: Camioneras, con historias de vida que vencieron los prejuicios y salieron a la ruta; Las tareas, sobre el “trabajo invisible” que sostiene el mundo; y Televisión contra las violencias, también una producción de Renacer Audiovisual, sobre casos emblemáticos de violencia de género.

Para el mismo día 8, Encuentro emitirá un contenido propio: Mujeres de mi patria. Las delegadas de Evita, un documental de Julia Rosemberg, con la conducción de la actriz Lorena Vega, que da a conocer la historia de las delegadas censistas que armaron el andamiaje político que Eva Perón desarrolló para hacer efectivo el voto de las mujeres.

“En 1949 Evita crea el Partido Peronista femenino con el objetivo de generar las condiciones necesarias para que las mujeres pudieran incorporarse a la vida política, es decir, que las mujeres puedan votar por primera vez, como también puedan ser electas”, explica, didáctica, Julia Rosemberg. Didáctica por necesidad antes que por postura: explicar el fenómeno que provocó el peronismo y, en particular, Eva Perón en la movilización de las mujeres por la ampliación de sus derechos y el derecho, específicamente, a participar en la vida política del país, requiere una explicación exhaustiva por lo sorprendente de su alcance.

“A mí también me sorprendió mientras investigaba”, dice la realizadora. “Sobre todo, me asombraba cómo tantos autores y tantos textos podían narrar la historia del peronismo sin decir una palabra de toda esta otra historia, como si no fueran parte de lo mismo, como si esto no hiciera al peronismo. Sin ir más lejos, la serie Santa Evita apenas le dedica unos minutos al tema de la Ley 13.010. Como si se pudiera trazar una historia negando e invisibilizando esta lucha. En el documental no estamos agregándole al peronismo un capítulo sobre las mujeres, sino que contamos desde las mujeres al peronismo, que es otra manera de narrar al peronismo todo”.

Entre las cosas que se pueden descubrir en Mujeres de mi Patria. Las delegadas de Evita, está que cuando se discute la ley en 1947, Evita dice que es parte de una lucha histórica con más de 20 intentos (“que había comenzado a principios de siglo: el que más lejos llegó fue el de 1932, que tuvo la aprobación de Diputados pero no pasó el Senado”); que el Partido Peronista Femenino alcanzó a tener 133 legisladoras (las primeras del país), que representaban más del 23 por ciento del cuerpo; y que “después del ’55, esa representación no pasó de más del 0,2 por ciento. Recién a fines del siglo se superó esa cifra gracias a la Ley de cupos que exigía el 30 por ciento de representación”.

También, sigue enumerando Rosemberg, que una mujer logró ser vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados, “es decir, que llegó a presidir muchas sesiones: hay una conquista no sólo de derechos, sino de espacios”. Y que la mayoría de las legisladoras “fueron presas después del golpe del ’55, algunas se exiliaron, casi todas se divorciaron porque sus maridos no querían que participaran en política, y que su historia ha sido borrada: no hay libros sobre ellas, como sobre Julia Lanteri o Alicia Moreau de Justo, por ejemplo. Y mucho menos una calle. Sobre estas mujeres es mucho más difícil reconstruir”.

¿Por qué creés que sucede esto?

‑El avance durante el peronismo fue muy de vanguardia, al punto de que una mujer da disputa por la vicepresidencia, cuando en el mundo no había ninguna. Después del ’55 hay un retroceso muy grande. Incluso, funcionarias del gobierno de Frondizi, en 1958-1959, arman una asamblea de mujeres para discutir, nuevamente, si el voto de mujeres tiene o no que ser calificado. Esas mujeres no quedan bien vistas después de esa ruptura que habían posibilitado. Y además, no eran mujeres feministas que habían leído a Simone de Beauvoir, es un perfil muy distinto al de Lanteri, Moreau de Justo o Rawson, que habían ido a la universidad y eran mujeres de una élite. Más bien, se trataba de amas de casa y trabajadoras que no tenían un marco teórico, por el contrario, tenían algo de una práctica feminista y por eso mismo mezclaron mucho la cuestión social y de clase con la de género. Era un enfoque muy claro, que no cuajaba del todo con lo que un feminismo más teórico -o más purista- venía sosteniendo. Ahí se genera cierta incomodidad con un feminismo más plebeyo, más impuro.

Todo eso y más se pone bajo la lupa, y en pantalla, Mujeres de mi patria. Las delegadas de Evita. Amplía Rosemberg:  «De hecho, esta experiencia de las mujeres de mediados del siglo XX no es retomada ni por los feminismos ni por el peronismo, donde inmediatamente después del ’55 la lógica patriarcal se come a la rama femenina. Recién lo retoman, muy poquitas, en los ’70 y más en los ’80. Era algo muy incómodo.

-Evita como estampita.

-Totalmente. Y no como la enorme dirigenta política que era, que «rosqueaba» puestos en las listas, disputaba el poder, discutía sobre el rumbo que debía tener el peronismo. Les gustaba más creer que era un ambiciosa, una pasional, más tomada por características “femeninas”.


Mujeres de mi patria
Con la conducción de Lorena Vega. Programa especial de un capítulo. El miércoles 8 de marzo, a las 21.
Por Canal Encuentro.