La charla terminaba después de haber pasado por un sinfín de temas que son parte de las actividades que tiene una cantante, actriz, productora y mamá de dos niñas. En la vida de Soledad Villamil todos y cada uno de sus proyectos conviven con una fuerza particular, la misma que inexorablemente los lleva a materializarse.
Hoy su día a día lo ocupan los últimos conciertos en los que recorre los temas de Canción de Viaje, el disco editado en 2012. En un espacio como el Centro Cultural Torquato Tasso, un lugar que hasta parece una extensión de su hogar, Soledad comenzó una larga fila de shows (diez para ser exactos) que terminarán el próximo 29 de octubre. 

Cuando se le menciona que lo suyo en el local de San Telmo es más parecido a una residencia que a un ciclo, asiente contenta. “Tocar en un mismo lugar tanto tiempo hace que pasen cosas. Por ejemplo, el sábado pasado cuando estábamos tocando, hubo un corte de luz en la zona y nos quedamos esperando que vuelva. La sala estaba llena y la luz nunca volvió, así que decidimos tocar en el medio del lugar, con las mesas alrededor. Bajamos con una guitarra criolla, un cajón peruano y terminamos haciendo un show de una hora y cuarto. Fue algo emocionante para nosotros y la gente, con la sensación de que nuestro laburo está súper afianzado. Ahí hay recorrido también”, aclara Soledad.

–Más allá de la música, en abril terminaste de filmar en Brasil y seguramente estarás pensando en nuevos proyectos. ¿Qué debe tener un guión para que te atraiga?

–Una primera lectura atractiva. Eso es clave para mí. Si al terminar de leer me veo ahí, lo hago. Alguna vez dijeron que un buen guión puede ser una mala película pero un mal guión no puede ser una buena película. Puedo elegir.

–En esa posibilidad de elección, El secreto de sus ojos marcó una bisagra en tu carrera.

–Sí y no. Por un lado me modificó porque los que estuvimos vinculados con esa película sentimos que algo nos cambió en varios aspectos. Profesionalmente, artísticamente, y porque se vio en los lugares más recónditos del planeta.

–Y que tuvo su secuela en Hollywood…

–Hasta me interpretó Nicole Kidman (risas). La parte del «no» viene por el lado de que para mí todo siguió todo bastante igual. Si te digo que me llegan diez guiones por mes es mentira. De todas maneras, mi relación con el laburo es de hacer las cosas que me conmueven. Me sigue acompañando en el buen sentido un perfil más amateur.

–¿Te llegaron ofertas por revivir la pareja con Ricardo Darín?

–Guiones concretos, no. Lo que me llegó fue un guión de una película de época en el sur de los Estados Unidos. Y no, no estaba bueno (risas). «

Villamil se presenta el viernes 28 y sábado 29 en el Centro Cultural Tasso, Defensa 1545.

La esperanza en el futuro

Soledad Villamil parece multiplicarse con cada una de sus aristas artísticas. Entonces, indagar por su relación con el tiempo se vuelve un imperativo. “Todo el tiempo siento que no llego (risas). En serio, me levanto con una lista de cosas para hacer, y si de las cuales al llegar el fin del día completé el 30%, considero que fue un día productivo (risas).

–Vivimos en una sociedad donde las mujeres son violentadas habitualmente. ¿Meditás sobre el espacio social en el que habitan tus hijas?

–En el plano consciente yo nunca fui una baja línea, pero mi hija mayor es luchadora como Simone de Beauvoir. Es algo en lo que medito y pienso bastante porque la problemática está viva en mí y en mi casa. Hay algo alentador en el futuro y es que veo a esos jóvenes preocupados y ocupados en este tipo de problemas. Eso me da esperanza porque hay mucha conciencia, el #NiUnaMenos por ejemplo.