Argentina no tendrá cannabis de venta regulada por el Estado como Uruguay, pero al menos tendrá en febrero la primera edición en Buenos Aires del FICC, el Festival Internacional Cinecannábico del Río de la Plata, que ya tuvo dos exitosas ediciones en Montevideo, Uruguay, difundiendo temas, problemáticas y nuevas realidades que produce el consumo y la distribución no penalizada del cannabis. Con la proyección de 30 películas de 10 diferentes países, tendrá tres secciones: Salud y Cannabis, Activismo Cannábico y Ficciones Cannábicas. Gratis y al aire libre, sus sedes presenciales serán el Patio de la Manzana de las Luces (los sábados a las 20) (los jueves y viernes) y un cierre en la Quinta Trabucco en Vicente López.

El Festival ofrece una visión integral sobre lo que afecta la vida de las personas que el cannabis sea ilegal. “Toda la política prohibicionista, punitivista, de encarcelar chicos y chicas por tener una plantita -comienza la enumeración de problemas que trae el prohibicionismo Malena Bystrowicz, quien dirige el festival junto a Alejo Araujo-. Las principales víctimas por narcotráfico son mujeres pobres -no sólo por marihuana-, migrantes. Por un lado está la parte de la salud: hay un montón de gente que necesita la medicina para mejorar su calidad de vida notablemente; niños con epilepsia que pasan de 300 convulsiones por día a 4, 5 por usar aceite de cannabis: le estás negando a un chico la calidad de vida por una cuestión moral; para los ancianos y ancianas también, o para los enfermos oncológicos. No es que cura ninguna enfermedad, pero sí es un paliativo, los ayuda a llevar esa enfermedad de una manera mucho mejor, y eso no se lo podés negar a nadie.” Y refuerza el concepto con los casos de quimioterapia: “No sólo le reduce el dolor porque es bastante analgésico, sino que les aumenta el apetito, que es todo un tema; les mejora el ánimo, duermen mejor, y en ese sentido es parte de los derechos humanos.”

Y si bien es el factor humanitario por donde más está venciendo resistencias el uso del cannabis, no es menos importante “el aspecto industrial y ecológico de las plantas, de lo que no se sabe mucho en Argentina. Con la planta se puede hacer fibra de tejidos para ropa; todas las telas de los barcos antes se hacía con fibra de cáñamo, se puede hacer papel (dicen que la primera Constitución de Estados Unidos fue escrita en papel de cáñamo); en Chile fue una industria muy pujante hasta el prohibicionismo en los 70, cuando se prohíbe la marihuana y entonces también se prohíbe. Y es mucho menos contaminante que toda la industria de caña de azúcar o de la soja, ya que no arruina el suelo. Sería más ventajosa económica, ambiental y estéticamente: es una plantita hermosa y con lindo perfume”.

El Festival tiene su origen en un viaje que hicieron Bystrowicz y Araujo a Uruguay en 2018, más que nada para conocer la experiencia uruguaya. “Los dos somos realizadores, hacemos nuestras películas y trabajamos en festivales de cine hace un montón de años -explica Bystrowicz-. Y hablando de cuál sería el trabajo ideal, de todo lo que se genera cuando proyectás una peli más allá del contenido -de energía colectiva, debate- nos pareció que hacer un Festival con el tema del Cannabis, que es un aspecto que no está muy tocado acá, sería muy bueno.” Y cuenta entonces que mientras siente que en Argentina aún es un tema tabú más allá de la apertura desde el punto de vista médico de los últimos años, en Uruguay es “todo lo contrario: desde el 2013 está regulado, es el Estado el que organiza el mercado del Cannabis en todos sus consumos: medicinal, uso adulto, Industrial. Y la verdad es que funciona rebien: el mercado ilegal prácticamente dejó de existir y el estado está ganando un montón de plata porque es un mercado enorme. Y acá no sólo no se avanza, sino que hay información difusa. Nos parecía que a través del cine, de la cultura, se puede en principio poner el tema sobre la mesa, charlar y debatir sin prejuicios y brindar información.” Por eso la edición Buenos Aires tendrá como invitados a “especialistas de distintos ámbitos, desde la salud a asociaciones dedicadas a la reducción de daños para que brinden información sobre cómo hacer para que sea una buena experiencia, chicos que vienen trabajando con el cultivo, científicos y hasta legisladores”.

Bystrowicz confía en que el tema vaya calando en la agenda argentina: de hecho su experiencia muestra que la producción cinematográfica relacionada con el tema es muy superior a la que se supone. “Para la primera edición en Montevideo pensábamos que tal vez no había suficientes películas sobre el tema, porque es muy específico. Y nos sorprendió la cantidad que hay. Hay muchos lugares en los que se está empezando a regular, entonces cada vez hay más producción.” Incluida la Argentina, que tuvo un buen número de presentación espontánea de películas ante la convocatoria a participar. “Muchas de esas están en la programación” de un Festival que pone en el centro las bondades y desafíos que trae el uso de esta ancestral planta bella y de agradable perfume.

FICC. Festival Internacional Cinecannábico del Río de la Plata.

Primera edición en Buenos Aires. Del 4 al 28 de Febrero 2021. Gratis y al aire libre. Sedes: Patio de la Casa Nacional del Bicentenario (sábados a las 20). Riobamba 985. Patio de la Manzana de las Luces, Perú 294: jueves a las 18, Talleres; a las 20, proyección de documentales; viernes a las 20, proyección de ficciones. Activismo cannábico. más información en: https://www.facebook.com/FESTIVALCINECANNABICO/

https://www.instagram.com/festivalcinecannabico/

Cinco películas recomendadas:

-Una Historia de la prohibición (70 min) Argentina 2020. Muy buena película de Martín Rieznik y Suppa Altman que hace un recorrido sobre los improperios y brutalidades que se cometieron contra quienes consumían cannabis en distintas formas.

-Y llovieron pájaros (120 min). Canadá 2019. De Louise Archambault. En el crepúsculo de sus vidas, una pareja vive con toda la alegría posible gracias al consumo, que le permite también buen sexo. Ficciones Cannábicas.

-La Daronne. (106 min). Francia 2020. De Jean Paul Salomé. Película de cierre protagonizada por la gran Isabell Huppert en la que empieza como policía y termina como traficante. Ficciones Cannábicas.

-Traigan el porro. Misión no oficial (75 min). Uruguay 2017. De Denny Brechner, Alfonso Guerrero y Marcos Hecht. La Cámara Uruguaya de la Marihuana Legal viaja a Estados Unidos para conseguir 50 toneladas de cannabis para abastecer al país. El gran líder de esta misión secreta es el entonces presidente José Mujica. Ficciones Cannábicas.

-Fiesta Nibiru (75 min). Uruguay 2019. De Manuel Facal. Película bizarra con humor uruguayo que incluye una vista de extraterrestres aparentemente tentados por el cannabis.