El incansable Fernando Cabrera lanzó un nuevo disco: Simple. Se trata de un conjunto de diez bellas canciones que este uruguayo universal (de la inolvidable canción “El tiempo está después”, entre tantas otras) presentará por streaming, para todo el mundo, el próximo domingo 1 de agosto desde el Auditorio Sodre de Montevideo. Y pese a que siempre es gratificante encontrarse con canciones del maestro Cabrera (algo que no se considera pero que finalmente aceptó que la gente así lo denomine), en esta oportunidad se trata de algo diferente.
En Simple Cabrera canta, hace coros, tocar guitarras, piano, armonio y percusión. Hizo el disco solo, sin compañeros de banda ni invitados. El cantautor reflexiona: “Cada canción es un impulso diferente. Nunca hice un disco conceptual porque no se me ocurre, no sabría cómo hacerlo. Cada canción es independiente, entonces voy juntando las que van quedando prontas, y cuando tengo un conjunto para un disco voy al estudio y las grabo. Si parece que pertenecen a mundos diferentes, para mí mejor. Es como si fuera un libro de cuentos: si todos fueran más o menos familiares en temática y atmósfera, me resultaría un poco fallido”.
El disco parece un diario de vida en el que se escribe a tono con lo que ocurre cotidianamente. “Me gusta que el disco parezca una especie de diario –confiesa–, aunque no fue hecho ahora, en la época de la pandemia. Hay algunas canciones que tienen muchos años y otras son más recientes, siempre tengo conmigo un archivo de canciones que no están terminadas, que le faltan un poquito de trabajo, puede haber algunas con más de 20 años. Por ejemplo ‘Diario de viaje’ la empecé hace como 15 años y no la podía terminar; y otras como ‘Era el águila de la libertad’, son de las mis últimas composiciones”.
“Era el águila de la libertad” es una de las canciones de estructura más sorprendente en relación con la obra de Cabrera y abre el disco. “Es la que más me gusta (risas). No, no, modifico: no es la que más me gusta, me pareció la más adecuada para empezar el disco porque es breve y contundente. Y me gusta mucho porque tiene esa parte de misterio, de enigma, que es una cuestión artística que a veces cobra mayor sentido porque no está del todo claro lo que podés interpretar, ni siquiera para el autor. A veces uno deja cosas que no entiende del todo pero, ya sea por instinto o una intuición, siente que eso está bien. Puede ser el significado de un verso o el discurrir de una música. Forma parte de la composición. Lo mismo le pasa a un pintor o a cualquier artista, no todo es cerebral, no todo está mecánicamente calculado, al contrario: uno deja libre al inconsciente para que se exprese y a veces la tarea del compositor, del hacedor de algo artístico es no interferir, dejar libre, que salga esa cosa que vos tampoco entendés del todo. Entonces, en la canción que estamos hablando, yo entiendo, sospecho, por ejemplo, que la libertad metafórica de la que se habla de un águila, es una libertad que puede tener una cierta confusión, que puede dudar, estar un poco desorientada, como esta águila que de golpe se encuentra en el medio de una ciudad, con los techos de los edificios, que no es el hábitat natural de un águila. Un viento, una neblina, una llovizna, algo la confundió y está ahí cómo expectante. Así veo la canción: está esa libertad que no es la libertad que todos cantamos, es una libertad un poco desorientada. Pero no me preguntes más porque no sé (risas)”.
El 1 de agosto Cabrera no estará solo como en la grabación: el show contará con la participación del multiinstrumentista y cantante Diego Cotelo, y Pablo Casacuberta y Pablo Dott en la realización audiovisual.
Se transmitirá por streaming, ese subgénero que inventó el coronavirus. Pero más allá de este asunto puntual, la pandemia y cómo saldremos de ella se impone como una pregunta necesaria. “Si tomamos como ejemplo otras circunstancias que la humanidad ha vivido –sostiene Cabrera–, mucho peores que esta, la impresión es que no va a cambiar nada. No cambió nada después de la Segunda Guerra Mundial y de otras hecatombes; el ser humano no cambia nunca, es lo que es. Yo he sido una persona que siempre ha estado muy conectada con el mundo, a lo largo de mi juventud más que nada. Conectado, informado, sabiendo la tendencia del pensamiento, el arte, la conducta, y en los últimos años estoy cada vez más desconectado, tengo muy poca idea de lo que pasa en el mundo, lo que piensa la gente, de los nuevos artistas, de todo. Entonces, me resulta difícil hacer un diagnóstico profundo de lo que pasa, de las consecuencias de la pandemia. No le doy mucha importancia a la pandemia. Para mí no es el eje de todas las problemáticas actuales de la humanidad, es como un tsunami, pero no algo que vaya a cambiar las estructuras del pensamiento o la conducta. No lo creo para nada. Trato de respirar cada día y seguir adelante. En los últimos años, antes de todo esto, se puso de moda una palabra: resiliencia. Bueno, acaso haya llegado el momento de ponerlo en práctica. Resiliente hay que ser siempre, sino no podés sobrevivir; la vida es sobrevivencia. La pandemia es una prueba más, un examen muy difícil, pero hay que seguir adelante”. «

SIMPLE

Interpretación, música y letras, por Fernando Cabrera. Presentación oficial: 1 de agosto, Auditorio Sodre, Montevideo. Vía streaming por Recitales App.