Del 6 al 27 de octubre Arde el Conurbano: una nueva edición del Festival Internacional de Teatro Pirologías, esa creación de la Compañía Nacional de Fósforos que surgió hace once años para llevar al Conurbano algo de lo mucha vitalidad que mamó en el territorio de sus orígenes. “Siempre fuimos del Conurbano –cuenta Cristian Palacio, uno de los integrantes de la Compañía y responsable de Pirologías–, y hasta el 2007, cuando hicimos la primera edición, no habíamos hecho nada. Y nació con esa idea de hacer algo en el barrio de nuestros orígenes.” Obras de teatro, títeres, danza y música para grandes y chicos es lo que sábado comienza de manera gratuita por más que algunas funciones sean a la gorra. “Creemos que pese a la crisis se va a llenar -dice Palacio-. Sabemos que hay mucha gente que quisiera ir al teatro pero no puede porque no tiene plata, y lo nuestro es una apuesta a que esa gente lo pueda hacer y a no perder lo que ganamos estos años. Además, por a la misma crisis, acercarse a algo artístico viene muy bien.”

En una actividad prácticamente copada por el Buenos Aires Ciudad, hablar de teatro en el conurbano fuera del ámbito oficial de los municipios rompe el esquema de lo que se está acostumbrado a escuchar, hablar y leer. “Me gusta mucho y reivindico mucho la periferia -dice Palacio sin miedo al énfasis-. Hay mucha vitalidad, en el sentido de que no hay una institución de teatro independiente coma la hay en la Capital, con sus representantes máximos, sus actores, directores y prensa  estrellas. Al no haber estrucutra, hay algo más salvaje, pero en el buen sentido: es un teatro que tiene pocos pruritos a la hora de decir o contar algunas cosas; eso a veces sale mal, pero cuando está bien, está buenísimo. No andan con rodeo, van directamente a los bifes. Y creo que en ese sentido puede pensarse esa idea de Arde el Conurbano. Porque las dificultades acá son muchas, además de los contrastes sociales, que uno los puede encontrar en todo el país;; acá juntarse se complica. Por ejemplo yo para ir de 3 de Febrero a Morón tardo una hora, y si voy de Villa Bosch a Palermo, 20 minutos.  Por eso si tenemos que poner un punto de encuentro es en Captal ja ja: militar el espacio de la periferia se hace difícil.”

Con elencos y obras de Venezuela, Brasil, Chile y Argentina y al menos tres sedes principales (la grilla completa con días, horarios y lugar se puede consultar en http://www.pirologias.com.ar/2018), Pirologías produce unos cruces que son difíciles de encontrar en otros eventos similares. En él están involucrados actores y colectivos teatrales pero también universidades, municipios, otros festivales y colectivos teatrales autogestivos que le permiten un alcance diferente. Eso sí, de plata ni hablar.

“Está hecho a pulmón -apunta Palacio-, así que no pagamos los pasajes de los que hacen las obras, por ejemplo. Dependemos mucho de las gestiones que pueden hacer distintos actores culturales. Además está la propia heterogeneidad del conurbano, que hace que se pueda pensar en una obra pero no sea la más indicada para los espacios disponibles.” Estas dificultades llevan a que armar la programación se convierta en lo que en el léxico popular se define como “un chino”. “Igual siempre se dan sorpresas, como cuando trajimos una versión que nos gustaba mucho de Esperando a Godot, y encima en francés y de tres horas de duración. Había un intervalo, el público se podía haber ido en masa, pero se quedaron todos -ríe-. Así es que hay cosas como Alicia respira, que es una obra de danza contemporánea de una bailarina del conurbano, e Inche Vilú, de la Compañía de Teatro Chile-No, que nos voló la cabeza y la pudimos programar porque el Festival Puerto Mont pagó los pasajes.”

El festival llega a su edición número 11, y la Compañía de Nacional de Fósforos a sus 16. “Y como no festejamos los 15, aprovechamos para festejar lo 16”, dice con humor Palacio. Por eso se estrenará en forma exclusiva Apología, la continuidad de la muy buena El asado de Platón, y una retrospectiva de varias de las obras de la Compañía. Otros puntos salientes serán el adelanto del Primer Festival Internacional de Teatro de Títeres Mundo Títere, Teatro Bonzai, un ciclo de obras breves generado por artistas y referentes de San Martín, y un ciclo especial de obras dedicadas a la reunión entre Teatro y Ciencia.

“Es una oportunidad para ver algo distinto para un público que por lo general no accede al teatro”, sintetiza Palacio esta oportunidad como pocas en cualquier circunstancia, que en las actuales es casi un milagro.