El 8 de marzo de 2016 murió a los 90 años George Martin, el productor musical más importante e influyente de la música popular contemporánea, a raíz de su labor como gran arquitecto del sonido de Los Beatles y de su función fundamental como traductor de las ideas creativas del popular cuarteto de Liverpool.

Dueño de una sólida formación académica y con la autoridad que le confería su trabajo en el poderoso sello EMI, Martin llevó a la práctica las innovadoras propuestas emanadas del talento de Los Beatles, es especial de John Lennon y Paul McCartney, no solo a nivel técnico a partir de la exploración con las cintas y aparatos disponibles; sino también como orfebre de las formas de la canción.

En tal sentido, el productor fue el responsable final de las rítmicas adecuadas y de cierto orden estructural en las canciones del grupo, como también de la incorporación de instrumentaciones tradicionales nunca antes utilizados en la música pop, como los arreglos de cuerdas o de determinados vientos, por citar algunos ejemplos.

Toda esta tarea imprescindible en dotar al grupo de Liverpool de un lenguaje musical propio que enriquezca su obra la realizó de manera sutil, sin opacar ni dejar rastros visibles personales en el perfil sonoro de la banda.

Los arreglos orquestales en clásicos como «Yesterday» y «Eleonor Rigby», la flauta en «You´ve Got to Hide Your Love Away», el piano isabelino en «In My Life», la trompeta piccolo en «Penny Lane», la experimentación con loops en «Tomorrow Never Knows», la caótica orquesta sinfónica de «A Day In The Life» o el patrón rítmico de «Please, Please Me», son algunos de los infinitos ejemplos en donde es notable la mano del productor.

Graduado en piano y oboe, y amante del jazz, George Martin consiguió empleo como encargado del departamento de música clásica en la BBC, para luego ingresar al sello EMI.

Allí estaba confinado a registrar discos con rutinas cómicas de figuras como Peter Sellers y Spike Milligan, hasta que Los Beatles se cruzaron en su camino.

Se trató de la unión de un grupo con ansias de grabar un disco que le permitiera afianzar su camino hacia las grandes ligas y un productor que desesperadamente buscaba la oportunidad que lo sacara de esta tediosa cotidianeidad.

Martin vislumbró el talento de Lennon y McCartney y no dudó en convertirlos en su causa personal, en una labor en donde hubo mucho de docencia y admiración mutua.

Totalmente alejado de la parafernalia montada alrededor del popular conjunto, la tarea de Martin se limitó al estudio de grabación, y su disponibilidad para sus jóvenes estrellas era permanente, al punto que era capaz de presentarse a la madrugada si alguno de ellos se encaprichaba en incorporar de urgencia algún arreglo.

Lo cierto es que esa predisposición para motorizar la ideas hasta el momento técnicamente impracticables de Lennon y McCartney también alimentó la osadía de los músicos a la hora de nuevas creaciones.

A pesar de dejar su sello en discos de artistas como Elton John, Kenny Rodgers y America, entre otros, la trayectoria de George Martin está estrechamente ligada a Los Beatles y, tras su separación, a Paul McCartney.

Con el exbeatle la colaboración se extendió a éxitos como «Live and Let Die», «Say, Say Say» junto a Michael Jackson, «Ebony and Ivory» con Stevie Wonder, y «No More Lonely Nights», entre otros.

Al momento de su muerte, George Martin acumulaba un sinfín de éxitos, contaba con una trayectoria que lo ubicaba como el más importante e innovador productor de la música popular contemporánea, tenía en su haber innumerables premios de la industria y había sido nombrado Sir por la Reina Isabel II.

Sin embargo, el mayor reconocimiento llegó en el recuerdo del propio McCartney a su figura al otorgarle el título de «quinto beatle», un ansiado cetro por el que muchos pujaron.