Los preparativos de una fiesta de casamiento pueden tener mil detalles para solucionar antes que se concrete. Y el día antes de todo eso suele ser el más estresante de esa serie, algo que cualquier pareja que haya pasado por esa instancia bien puede dar fe.

El foco de la nueva película del director Diego Fried está puesto en ese contexto, donde Laura se encuentra a pocas horas de celebrar su casamiento en la estancia de su orgulloso padre, un exitoso abogado dispuesto a cualquier cosa por su hija. Pero en la noche previa a la celebración, Laura, agobiada por los cientos de preparativos que quedan por cerrar, sale a caminar y se topa con una fiesta diferente. Ahí no hay música con miles de decibeles que molesten a vecinos porque todos los que participan usan auriculares mientras el beat de la música electrónica tiene mucho de bombo en negras. Relajada, bailando sin prejuicios en ese contexto casi lúdico, lo cierto es que un hecho trastocará toda su vida para establecer un antes y un después que incluirá a su preocupado padre y a su futuro esposo.

Protagonizada por Jazmín Stuart, «La fiesta silenciosa» es un policial de suspenso de 86 minutos dramáticos. La película -que se presentó en el Mar del Plata Film Fest en noviembre pasado- se estrenará formal, gratuita y exclusivamente este jueves por la pantalla de Cine.Ar TV a las 22 (con repetición el sábado 6 de junio a la misma hora) y cuenta con coprotagónicos de Gerardo Romano, Gastón Cocchiarale, Esteban Bigliardi y Lautaro Bettoni, entre otros. “Estoy muy contenta con todo lo que tiene que ver con esta película. Es una de esas que representó un desafío, y particularmente amo como quedó finalmente, porque una pone el corazón en todos los trabajos, pero hay algunos que te dan particular orgullo por el resultado final y porque sentís que es una película que disfrutarías mucho como espectadora. Bueno, este es uno de esos casos. La valoro porque no sólo formé parte sino porque me parece una gran, gran película”, dice Jazmín Stuart en diálogo con Tiempo Argentino a pocos días del estreno de «La fiesta silenciosa».

–La película se podrá ver por primera vez para el público vía el canal Cine.ar y luego en su plataforma. ¿Qué expectativas tenés con este tipo de estrenos en tiempos de pandemia?

–Es muy loco lo que está pasando con eso. Por ejemplo, el público de la plataforma donde se estrenará la película se triplicó en estos meses. El contenido de ahí es súper interesante y la pandemia hizo que el público argentino descubriera eso y muchas películas, inclusive algunas que dirigí y actué comenzaron a tener mucha visualización y feedback de mucho público. Por ejemplo, una película como «Fase 7″, que transcurre en una pandemia, fue hecha hace diez años, pero fue una de las más vistas en el primer mes de cuarentena en Cine.Ar. Y unos días después se estrenó «Toxico», filmada en 2017, que también transcurre en una pandemia y en una semana tuvo más de 70 mil espectadores. Ahora se estrena «La fiesta silenciosa», estoy dando muchas notas por el lanzamiento y mi trabajo es igual a no estar en esta situación sanitaria. La sensación es que mucha gente la va a ver y eso es un escenario más positivo que el que hubiese tenido en un estreno en salas. De todas maneras, cada película es un caso aparte y su conclusión será diferente, pero para «La fiesta silenciosa» se proyectaba un gran lanzamiento, entonces desde ese punto es un poco frustrante que se estrene online, pero yo creo que a posteriori esto puede ser como un preestreno. Tal vez se pueda exhibir comercialmente porque es una película hecha para ver en cine, en pantalla grande.

–¿Qué fue lo que te atrajo más de la propuesta de Diego Fried como responsable de la película?

–Con Diego venimos en contacto desde hace muchos años con este proyecto. Él me pasó la primera versión del guion unos cinco años antes de filmar y a lo largo de este tiempo nos encontrábamos a leer distintas partes que fueron cambiando. Otra cosa que pasó fue que el contexto en el que vivíamos se modificó con el movimiento feminista instalándose de manera masiva. Así que hubo cuestiones que a medida que las cruzábamos nos hacía reformular el guion, porque la realidad cambiaba y obligaba a la ficción a reformularse. Por lo que fue un libro muy trabajado con los años. La película está contada desde la mirada de Laura, así que había algunas cosas que son muy intrínsecas en relación a lo femenino que se fueron puliendo mucho desde ese lado. Más tarde llegó el momento de filmar y la incorporación de actores era un hecho, pero yo venía de un proceso largo con la película y sentía muy bien donde estaba parada y por dónde había que contar la historia.

–La historia de tu personaje refleja temas muy instalados en nuestra sociedad. ¿Coincidís con esa mirada?

–Son temas muy profundos los que toca la película. Sí, están instalados porque se habla mucho sobre la violencia y quién la ejerce, de qué manera la violencia se transforma muchas veces en patrimonio de los hombres. Mi personaje es Laura, tiene 40 años y se suponen muchas cosas de ella, sobre todo existe una mirada moral hacia su ser. Saltan muchas preguntas como por ejemplo en qué lugar queda ella al autoproclamarse libre. Es una película que tiene mucha tensión, suspenso, carga psicológica, emocional y acción. Y eso se vehiculiza por medio de un dispositivo de thriller que te deja los pelos de punta.

–Lo que le sucede a Laura es algo que a muchas chicas les pasó. ¿Investigaste sobre  casos reales para la construcción de tu personaje?

–La verdad es que no investigué sobre el tema porque tengo mucha información que viene por el laburo que hacemos desde la militancia feminista. Es algo que lo tengo muy asimilado y ni siquiera necesitaría investigarlo.

–»La fiesta silenciosa» tiene mucho trabajo físico de tu parte. ¿Junto con el guion pesó esa instancia para decidirte a protagonizar la producción?

–Más allá del guion, me atraen mucho los personajes que están atrapados en una encrucijada moral. Eso es algo que me pasa cuando escribo o dirijo, porque existen disyuntivas que tocan lo moral que me atraen. Por otro lado, me gusta actuar en situaciones que involucran mucho lo físico y no solamente escenas de acción, lucha y/o usar armas. A mí me gusta poner el cuerpo y sentir que lo que estoy actuando me atraviesa. Es autosometerme como actriz a un espacio que me resulta riesgoso, expuesto, vulnerable. El guion tocaba esas aristas, pero también cosas que tienen que ver con la mujer, ahí se produjo un combo perfecto para mí, sobre todo porque sentía que ideológicamente me sostenía. Era explorar un lugar rico, interesante y a la vez complejo.

–¿En ese aspecto pudiste trabajar de manera particular ciertas escenas? Se te observa muy natural manejando armas.

-(Risas) Suelen llamarme para eso y debería hacerme cargo de por qué lo hacen. Se ve que hay algo en mí que atrae en esa situación o tal vez porque a mí me gusta mucho hacerlo. Me llaman para interpretar personajes que son capaces de luchar cuerpo a cuerpo, usar armas o manejar autos veloces, pero es algo que ya hice muchas, muchas veces. Es casi lo que más hice en mi carrera y me pasó en «Amateur», la película de Sebastián Perillo, también en «Nafta Súper», la serie dirigida por Nicanor Loreti, donde tuve muchas escenas de peleas. Siempre me toca lo mismo, por ejemplo en «Tu parte del trato» también hice esas cosas. La verdad es que me fascina, y por eso me ocupo de entrenar y mantenerme para cuando me toque.


La fiesta silenciosa

Dirección: Diego Fried. Guion: Nicolás Gueilburt, Luz Orlando Brennan y Diego Fried. Actúan: Jazmín Stuart, Gerardo Romano, Esteban Bigliardi, Gastón Cocchiarale y Lautaro Bettoni. Estreno: Jueves 4 de junio a las 22 por Cine.ar TV. A partir del 5 de junio estará disponible gratis por siete días en la Cine.ar Play.

El feminismo y el reclamo de equidad

Jazmín Stuart es una observadora atenta de la industria y su análisis siempre tiene una mirada feminista. En cuanto a la influencia de los medios de comunicación y la reproducción de valores patriarcales, destaca: “Yo siento que en los medios hay un sector que quiere seguir instalando viejos modelos sobre las mujeres, los mismos contenidos y achatamientos culturales, repetición de patrones. En algunas publicidades se utilizan recursos pseudo feministas y se les ven los hilos. Aun así, prefiero que los medios lleven de esa forma las cosas antes que las viejas publicidades donde la mujer estaba puesta en un lugar de objeto humillante. En el cine siento que es importante que se tenga una mirada feminista, pero no panfletaria ni propagandística respecto al feminismo. ‘No es lo que contamos sino desde dónde lo contamos’, dijo Lucrecia Martel alguna vez. Se trata de un cambio global y cultural que debe imprimirse en el arte porque el feminismo se transformó en una variable tangente. El feminismo sólo pide equidad tal como está pasando en el mundo entero”.

El año pasado salió a la luz una práctica denominada Telar de la abundancia, que bajo la excusa de la sororidad le quitaba dinero a mujeres con el viejo modelo de la estafa piramidal. El nombre de Stuart fue mencionado cuando empezó a circular en los medios lo nocivo de la propuesta. Consultada por Tiempo, la actriz se excuso: “en su momento dije lo que tenía que decir”. En su cuenta de Twitter había aclarado: «Fui visitante ocasional y fugaz en un espacio para mí inédito, víctima del desconocimiento. (…) A partir de que el tema se instaló en los medios, leí noticias que daban cuenta de experiencias negativas en otros ámbitos, y sobre eso, sólo puedo decir que me llena de profunda indignación y tristeza».


La crítica situación de los actores

Con la actividad del cine, teatro y televisión congelada por los efectos del Covid-19, Jazmín Stuart destaca las enormes dificultades que padecen los actores y demás participantes de la industria: “La situación es muy crítica para todos los que trabajan en arte y cultura, no sólo para los actores. Se trata de un espacio de laburo con mucha gente que vive al día. Es mucha gente que da clases, labura en centros culturales o en el teatro off, pero los espacios se cerraron y todos quedaron en estado de mucha vulnerabilidad y necesidad. Son personas que no tienen las garantías de los trabajos formales, porque el artista trabaja de manera independiente e intermitente, por eso esta situación es muy dramática. Eso se da en el cine también, como es el caso de los técnicos. Lamentablemente las ayudas hasta el momento no alcanzan”, señala Stuart.