Fontana es más que especial por la cantidad de años en los que estuvieron haciendo música juntos. Arrancaron en los ’80 con Spinetta Jade, y a finales de esa década “el Mono” fue parte vital de Téster de Violencia (1988) uno de los pináculos de la discografía del Flaco que significó un poderoso renacer a la popularidad.

—¿Cómo te propuso Spinetta trabajar en Téster de violencia?

—Yo venía tocando desde la última formación de Jade, pero en el medio Luis hizo La La La con Fito Páez. Yo sentí que me adoptó, porque siempre me mostraba sus proyectos y me hacía participe de ellos. Así fue como un día me dijo que preparaba un nuevo álbum. Fue una etapa difícil, porque había quedado trunco el proyecto con Charly García, le habían matado las tías a Fito, todo un sinfín de cosas feas y violentas, de ahí el nombre del álbum. El disco fue grabado todo por separado, más allá de ese ambiente de banda que tiene. Ese es un detalle no menor.

—El disco es una de las cimas del Flaco. ¿Cómo reaccionaste cuando te presentaron los temas?

—La verdad es que él todo el tiempo te mostraba música nueva. Como músico, no terminabas de desandar toda la data que te había dado que ya tenía otras músicas listas. En ese momento creo que nadie se dio cuenta de lo que vendría después con esos temas, justamente por lo que te comentaba antes. En esos años él estaba muy metido con una grabadora haciendo canciones a cualquier hora, Luis no esperaba nada de las discográficas y ejercía una postura bien anti business. Téster de violencia tiene una magia inconfundible y retrata ese espíritu. 

—Téster explotó con hits como “La bengala perdida” o “El mono tremendo”. ¿Cómo reaccionó el Flaco a eso?

—No le daba atención. Había periodistas que le decían que era un referente, pero él no les daba bola porque sabía que esos periodistas que escribían sobre shows no lo habían visto desde la despedida de Invisible.

—Habiendo sido parte de un disco tan vital ¿cómo lo ves con el paso del tiempo?

—Todos los discos que grabé con él son especiales. Cada álbum es único, y yo soy un admirador de su laburo.  «