Tal parece que en 2020 James Bond encontró la horma de su zapato. Y es que el coronavirus lo tiene a mal traer al hasta ahora invencible Agente 007 del Servicio Secreto británico, obligando a que el estreno de su última película se venga retrasando una y otra vez. Previsto originalmente para abril de este año, el lanzamiento de Sin tiempo para morir se vio afectado por los cambios de calendario impuestos por la cuarentena global, quedando atrapada en el mismo limbo en el que también se encuentran otros grandes tanques de la industria del cine. La lista es impresionante: Mulan (Disney), Top Gun: Maverick  (Paramount), la nueva película de Christopher Nolan, Tenet (Warner), la nueva entrega de la saga Rápido y Furioso (Universal) o las nuevas películas de superhéroes Viuda Negra y Pantera Negra 2 (Marvel/Disney) o Mujer Maravilla 1984 (DC/Warner), entre otras.

Sin embargo, a pesar de que los perjuicios causados por la pandemia se mantienen en casi todo el mundo, esta semana los estudios Metro Goldwyn Mayer y Universal, distribuidores del film, se animaron a ponerle una fecha definitiva. Y si nada cambia, la película llegará a los cines de todo el Reino Unido, madre patria del personaje, el 12 de noviembre y el 25 de ese mismo mes en el resto del planeta. El anuncio fue apoyado con el lanzamiento de un nuevo tráiler repleto de escenas de acción imposibles, saltos acrobáticos, explosiones de todas las magnitudes y estilizados vehículos que sirven para extender las dinámicas persecuciones a través de todos los elementos, ya sea por tierra, aire o mar.

Sin tiempo para morir vuelve a tener al actor inglés Daniel Craig a cargo del agente secreto eternamente al servicio de Su Majestad, acompañado como de costumbre por un  elenco que brilla como una constelación. Del mismo participan los británicos Ralph Finnes, Ben Whishaw y Naomie Harris; la francesa Lea Seydoux; la cubana Ana de Armas y el austríaco Christoph Waltz, quienes conforman un equipo de lujo. El broche final lo pone el estadounidense Rami Malek, conocido por su interpretación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, quien estará a cargo del villano de turno, una pieza siempre fundamental en la maquinaria de las películas de James Bond.

La nota amarga del anuncio la puso el propio Craig, quien se encargó de remarcar que será la última vez que le ponga el cuerpo a un papel tan demandante desde lo físico y lo mental como lo es 007. “Nunca volveré a hacerlo”, expresó el actor de 52 años, casi como si citara un título de la saga. “El trabajo pierde atractivo si te rompes un hueso, ¿sabes? También pensaba en mi mujer y mi familia, no quería que se preocuparan más”, agregó Craig, quien ya había manifestado su deseo de dejar el personaje tras Spectre (2015), la película anterior de la franquicia. Sin tiempo para morir es su quinto trabajo encarnando al personaje, suficiente para haber pensado bien en el asunto y dar por terminado su vínculo con Bond.

Se viene entonces la búsqueda de un nuevo rostro para el famoso agente creado por el novelista británico Ian Flemming, una novedad que siempre genera expectativa. Pero el adiós de Craig también es la oportunidad perfecta para repasar el trabajo de los seis actores que hasta ahora tuvieron la responsabilidad de darle vida al personaje en las 26 películas rodadas hasta ahora, incluyendo las 25 oficiales y una no oficial. Un viaje a través de James Bond, verdadero ícono de la cultura pop en todo el mundo.

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El  inmortal escocés que acaba de cumplir 90 años fue el primer actor en ponerse el smoking de 007, interpretándolo hace 58 años en la fundacional El satánico Dr. No (1962). Ahí ya estaban todos los detalles que conforman la simbología y personalidad del más famoso de los superagéntes que alimentaron el imaginario de la Guerra Fría. Claro que la saga se despegaba del paisaje realista del enfrentamiento de los bloques de Oriente y Occidente, pero eso no le impedía convertirse en metáfora de su contexto. Connery fue el primero en tomarse un Martini seco, en manejar los elegantes automóviles Aston Martin, en utilizar las ingeniosas armas secretas de su arsenal privado y en presentarse con el latiguillo que se volvería marca registrada: “Mi nombre es Bond. James Bond”.

Películas: Connery encarnó al personaje a lo largo de siete títulos, divididos en 3 períodos. El primero comienza con la mencionada El satánico Dr. No y sigue con De Rusia con amor (1963), Dedos de Oro (1964), Operación Trueno (1965), para terminar con Sólo se vive dos veces (1967). El segundo incluye solamente una película, Los diamantes son eternos (1971), y marca un fugaz retorno tras la fallida experiencia de su sucesor en el papel, el australiano George Lazenby. La última película se estrenó 12 años después y es una de las únicas dos películas no oficiales de la saga. Se trata de Nunca digas nunca jamás (1983), que compitió en las carteleras de todo el mundo con la oficial Octopussy (1983), anteúltima película de Roger Moore como 007. La otra película no oficial es en realidad una sátira, Casino Royale (1967), en la que el personaje estuvo a cargo del mítico David Niven. Aunque los más redituables entre los títulos ya estrenados de la saga, si se atiende a los números brutos de las recaudaciones, han sido los cuatro encabezados por Daniel Craig, las más exitosas en realidad han sido Dedos de oro y Operación Trueno. Ambas se ubican entre las 50 películas más populares de la historia si sus números se actualizan por inflación. De hecho, las siete películas en las que Connery interpreta a James Bond se encuentran entre las 802 más exitosas de todos los tiempos.

Señas particulares: Pelo castaño oscuro, cejas tupidas y ojos color café. Marcada tonada escocesa. Según un estudio reciente de esos que se realizan en alguna universidad de algún lugar, Connery es quien obtuvo el coeficiente de belleza más alto, tomando como parámetro la clásica proporción aurea. También llamado número de oro o proporción divina, la proporción aurea es un concepto matemático establecido en la Grecia antigua, pero que enseguida comenzó a aplicarse en el arte para determinar la armonía estética de los objetos. Según este estudio, el escocés es que tiene las facciones más equilibradas entre todos los que interpretaron a James Bond, seguido por Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y George Lazenby. Ultimo, lejos, Daniel Craig.

Edad de alta y jubilación: El actor tenía 32 años cuando interpretó al personaje por primera vez y 53 cuando se retiró. Con sus 90 años es, además, el más viejo de los James Bond que siguen vivos. Roger Moore era tres años mayor que Connery, pero murió en 2017 a causa de un cáncer.

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El paso de George Lazenby por la Casa Bond fue cortísimo: sólo se puso una vez el moñito del agente secreto en Al servicio de Su Majestad (1969). Sin embargo su historia, tal vez por poco conocida, resulta atrapante. Su trabajo en la película representó también su debut como actor, ya que antes de eso solamente había actuado en publicidades. Aunque este antecedente parezca poco, se dice que Lazenby era el modelo masculino mejor pago de Europa antes de convertirse en Bond. Para conseguir el papel se gastó sus últimos ahorros en comprar un reloj Rolex, similar a los que usa el personaje, y un traje diseñado por el sastre de Sean Connery que el propio escocés había rechazado. A pesar de que había firmado un contrato para rodar otras seis películas, fue el mismo Lazenby quien renunció al personaje justo antes del estreno de la película, llegando a presentarse el día del estreno con la barba y el pelo crecido. Cautivado por la cultura hippie, creyó que James Bond, ligado a los valores conservadores de la sociedad británica, pronto se volvería obsoleto. Su sorpresiva renuncia obligó a los productores a pedirle a Connery que les hiciera el favor de volver por una película, mientras buscaban al reemplazo definitivo. De origen australiano, Lazenby es además el único actor nacido fuera de las islas británicas en hacerse cargo del papel.

Películas: Al servicio de Su Majestad (1969). A pesar de su carácter excepcional, se trata de un film que muchos reivindican y cuenta entre sus fanáticos más famosos al cineasta Christopher Nolan. 

Señas particulares: Pelo y ojos color castaño oscuro. Fue el primer Bond con un hoyuelo profundo en el mentón, 20 años antes de Timothy Dalton.

Curiosidad: Cuando firmó contrato para convertirse en la nueva Chica Bond, Diana Rigg ya era muy popular en todo el mundo, gracias al icónico rol de Emma Peel en la serie Los Vengadores. Su personaje en la palícula, Teresa “Tracy” Di Vicenzo, es el único que consiguió algo que parece imposible: llevar a James Bond al altar. Al servicio de Su Majestad es la única de la saga en la que el personaje se casa, aunque la decisión recibe un castigo desmedido: Tracy es asesinada cerca de los títulos finales cuando la pareja partía rumbo a su luna de miel. Una de las alianzas que se usaron en la escena del casorio fue subastada por la casa Sotheby’s de Londres en 2019, alcanzando un valor de 52.500 libras esterlinas (casi 70 mil dólares).

Edad de alta y jubilación: En este caso es la misma, 30 años, ya que Lazenby solo interpretó al personaje en una sola película. Eso lo convierte en el actor que tomó el papel y al mismo tiempo en el que se retiró de él siendo más joven.

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Fue el primer actor inglés en ponerse en la piel de Bond. Antes de llegar a esa instancia, Moore ya era sumamente popular gracias a sus roles protagónicos en las series El santo (1962-1969) y Dos tipos audaces (1971-1972), donde hacía dupla con Toni Curtis. Con su llegada el personaje cambió de manera sensible, volviéndose menos recio que Connery, su antecesor, abrazando en cambio un estilo mucho más atildado, más cercano al arquetipo clásico del gentleman inglés. Afectado y dado al uso de un tono irónico y poco preocupado, el suyo es el Bond pop por excelencia. Hijo de un modesto oficial de Scotland Yard, Moore heredó de su padre un profundo respeto por la institución policial. Tanto que durante el rodaje de Misión espacial (1979), en el que algunas escenas se filmaron en Río de Janeiro, se negó a que el famoso ladrón de bancos Ronald Biggs, que se encontraba exiliado en Brasil, tuviera una participación en la película.

Películas: Moore es el actor que interpretó al personaje en el mayor número de películas oficiales, todas ellas de forma consecutivas, encarnado a 007 en siete oportunidades. Los títulos son: Vivir y deja morir (1973); El hombre del revólver de oro (1976); El espía que me amó (1977); Misión espacial (1979); Sólo para tus ojos (1981); Octopussy (1983) y En la mira de los asesinos (1985).

Señas particulares: Pelo castaño claro, ojos celestes, un lunar en la mejilla izquierda y un elegante acento británico.

Edad de alta y jubilación: El inglés es el actor que comenzó en el papel siendo más grande (46 años) y el que se retiró más viejo, interpretándolo hasta los 57 años. Es además el único de los seis actores del grupo que ya falleció, muriendo en 2017 a la edad de 89 años.

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A pesar de que solo perteneció a la escudería Bond por solo dos películas, la relación de Timothy Dalton con el papel es muy larga y sinuosa. Es que este actor de origen galés había audicionado para interpretar al espía en Al servicio de Su Majestad, en 1969, pero él mismo renunció a esa posibilidad por considerar que era demasiado joven. Por entonces tenía solo 23 años y una carrera ascendente. Volvió a ser tentado para personificar a James Bond cuando Roger Moore comenzó a mostrarse cansado del personaje, tras el estreno de Octopussy en 1983, pero lo volvió a rechazar porque su agenda estaba repleta de proyectos. Cuando Moore finalmente se bajó de la saga en 1985, el rol de 007 se le ofreció al irlandés Pierce Brosnan, quien primero aceptó pero finalmente tampoco pudo resolver algunos compromisos previos y debió resignar su lugar. Entonces los productores volvieron a ofrecerle el papel a Dalton y la tercera fue la vencida. Su labor en la piel de Bond fue convincente desde lo dramático, pero las películas no tuvieron el éxito que se esperaba y eso adelantó su salida. También es cierto que la etapa coincide con el peor momento de la productora EON, dueña de los derechos del personaje, que se vio envuelta en una serie de litigios que afectaron la promoción de las películas. De hecho, el guión que luego se convertiría en GoldenEye –con Brosnan debutando como 007— fue escrito para ser protagonizado por Dalton. Bajo el título original de The Property of a Lady (La propiedad de una dama), el film debía estrenarse en 1991, pero los problemas mencionados ocasionaron que la producción se demorara tanto que el galés terminó por renunciar en 1994. Como consecuencia de tales inconvenientes entre el último trabajo de Dalton y el desembarco del irlandés en 1995 pasaron 6 años, el mayor lapso entre dos títulos dentro de la filmografía Bond.

Películas: Su nombre es peligro (1987) y Licencia para matar (1989).

Señas particulares: Pelo castaño oscuro, ojos verde esmeralda, hoyuelo en el mentón y voz profunda. Según los sastres que vistieron a los diferentes actores de la saga, Dalton sería el más alto de los seis. Sin embargo, de acuerdo con la página Imdb.com, el galés mide lo mismo que Lazenby (1,87 metros), con lo cual ambos serían un centímetro más bajos que Connery (1,88), pero uno más altos que Moore y Brosnan, quienes “apenas” llegan al metro 86.

Edad de alta y jubilación: En su primera película como 007, Dalton tenía 41 años. En la segunda y última, 43.

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A diferencia de su antecesor, que llegó a la saga con una sólida carrera en el teatro y el cine, o del caso de George Lazenby, que venía del mundo de la publicidad y no tenía ninguna experiencia como actor, Pierce Brosnan se había convertido en un actor popular gracias a su trabajo en la televisión, igual que Roger Moore. En la pantalla chica había protagonizado entre 1982 y 1987 la serie Remington Steele, en donde interpretaba a un investigador privado con muchos puntos de contacto con la idiosincrasia de 007. Sin embargo fue esa misma serie la que frustró su primer desembarco en la saga. Sus productores habían decidido cancelarla en 1986 y eso permitió que Brosnan fuera el primer actor elegido para reemplazar a Roger Moore. Todo estaba dado para que el irlandés protagonizara Su nombre es peligro, estrenada un año después, pero los responsables de Remington Steele dieron marcha atrás y decidieron rodar una nueva temporada de la serie. Tras una ardua negociación, los responsables de la marca Bond decidieron que el súper espía no podía compartir la identidad con un detective televisivo y el papel recayó en Dalton. Finalmente se grabaron apenas seis episodios de aquella quinta temporada y luego la serie se canceló de forma definitiva. Pero justo después de eso Brosnan tuvo otro curioso acercamiento al personaje, interpretando una velada versión no oficial en un par de publicidades para Coca Cola Diet. Ambos cortos, de apenas 30 segundos de duración, estrenados en 1987 y 1988, están protagonizados por un elegante espía de acento británico, quien se presenta repitiendo con gesto irónico un latiguillo de inconfundible aire bondiano: “Bueno, este no es un mundo perfecto”. Mientras se toma unas latas de la conocida gaseosa junto a sus acompañantes femeninas, el proto Bond frustra con gracia los ataques de un grupo de ninjas que lo quieren matar. Vistos en retrospectiva, ambos comerciales adelantan con bastante precisión al agente 007 que estaba por venir.

Películas: Aunque la llegada de Brosnan revitalizó la saga tras los diez años de depresión que pasaron entre el retiro de Moore y su desembarco, el actor irlandés solamente protagonizó cuatro películas: GoldenEye (1995), El mañana nunca muere (1997), El mundo no basta (1999) y Otro día para morir (2002). Sin embargo, todas ellas se encuentran entre las más exitosas de la filmografía y así su estampa quedó asociada con fuerza al personaje.

Señas particulares: Pelo castaño oscuro, ojos azules. Siempre de acuerdo con el equipo de sastres encargado de vestir al personaje, fuente inagotable de chismes, Brosnan ostenta dos records físicos opuestos dentro del historial Bond: es al mismo tiempo el actor más liviano y el más pesado de los seis que se pusieron el smoking de 007. Cuando debutó en GoldenEye Brosnan pesaba algo más de 74 kilos, mientras que cuando se retiró siete años después, en la película Otro día para morir, la aguja de la balanza siguió de largo hasta marcar casi 96 kilos.

Edad de alta y jubilación: El irlandés tenía 42 años cuando asumió como el quinto Bond y su retiro se concretó cuando ya andaba por los 49.

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Luego de haber pasado por todas las nacionalidades que conviven en las islas británicas –con el plus del australiano Lazenby—, con Daniel Craig James Bond volvió a ser inglés, siendo junto a Moore los únicos actores de ese origen en interpretar oficialmente al personaje. Pero antes de eso hubo una dura puja por resolver quién ocuparía el lugar de Brosnan en la línea sucesoria. La danza de nombres antes de que Craig resultara elegido es impresionante: los australianos Eric Bana y Hugh Jackman, los ingleses Clive Owen y Ralph Fiennes, el galés Ioan Gruffud, el escocés Dougray Scott y hasta el neozelandés Russell Crowe fueron algunos de los candidatos oficiales. Aunque la lista se amplía si se suman algunas encuestas realizadas por distintas revistas y publicaciones británicas, en las que aparecieron algunos nombres lógicos, como los de Jude Law o Ewan McGregor, pero también otros inesperados como el del cantante Robbie Williams. La elección de Craig causó un gran impacto, ya que su tipo físico no coincide con los cánones que surgen de la suma de sus cinco antecesores, sin embargo es el ideal para asumir los cambios profundos que la saga sufrió a partir de su llegada. En consonancia con el modelo de las películas de acción post atentado de las Torres Gemelas, las películas de Bond se volvieron más aguerridas y espectaculares, más realistas pero también más nihilistas en relación al vínculo que establecen con el mundo real. Al mismo tiempo perdieron el carácter juguetón y algo despreocupado que caracterizaba a los filmes anteriores, y con ello se fue buena parte de su humor autoconsciente. Curiosamente el agente 007 de Craig parece haber acusado el impacto que provocó en el cine de acción el éxito otras sagas, en especial la de su colega estadounidense Jason Bourne, donde los niveles de intriga y adrenalina convierten a sus películas en una guerra de nervios. Suena bastante lógico que tras cinco películas con esa intensidad, el actor inglés haya terminado agotado y con ganas de retirarse

Películas: Casino Royale (2006); Quantum of Solace (2008); Operación Skyfall (2012); Spectre (2015) y Sin tiempo para morir (¿2020?). Las cuatro estrenadas hasta ahora se convirtieron en los mayores éxitos comerciales de la saga, recaudando en conjunto casi 4.200 millones de dólares, llegando en el caso de la tercera a superar por sí sola los 1.100 millones. Aunque ha personificado a Bond en cinco películas, dos menos que Connery y Moore, Craig es quién más tiempo a estado a cargo del personaje, prestándole sus servicios histriónicos durante, hasta ahora, 14 años.

Señas particulares: Pelo rubio y ojos azul profundo. Son muchas las diferencias morfológicas que separan a Craig de sus antecesores en el linaje Bond y que hicieron que los barrabravas de la saga nunca terminaran de aceptarlo. Por empezar, con una altura de 1,78 metros es el más petiso de todos, pero también el de físico más trabajado, en consonancia con la moda de los héroes de acción fibrosos del siglo XXI. Estas características, sumadas a unos rasgos faciales más duros que se asemejan a los de un jugador de rugby o un boxeador (dos deportes de origen bien británico), le confieren un aspecto de bulldog que combina muy bien con la nueva personalidad del icónico espía británico. Pero definitivamente lo alejan del estilo atildado, longilineo y, claro, publicitario de los cinco anteriores.

Edad de alta y jubilación: Cuando se estrenó Casino Royale en 2006 Craig tenía 38 años y cumplió 52 el 2 de marzo pasado. Habrá que ver si finalmente la pandemia permite que Sin tiempo para morir se estrene antes de que el actor sople sus 53 velitas.