La Primera Guerra Mundial fue uno de los mayores shocks que sufrió la civilización occidental. Nunca antes, lo que se conoce como humano, tuvo constancia de la crueldad de la que era capaz. En muchos sentidos, puede compararse con la decepción sobre sí misma que según varios historiadores tuvo la humanidad con la caída del Imperio Romano.

Acaso ése sea un obstáculo importante para emprender proyectos audiovisuales que intente dar cuenta de los cambios que produjo esa contienda en lo que los hombres, como género en general, creían y sentían de sí mismos. Desde el siempre ilustrativo y fascinante mundo de la mafia (quizás por permitir entender tanto), Peaky Blinders intenta dar una respuesta a los cambios producidos en lo inmediato en quienes participaron de esa guerra. Y a partir de ellos, mostrar todo lo que el mundo había cambiado.

Es 1919 y Birmingham, el hasta entonces “Taller del Mundo” -principal distrito industrial de la hasta entonces primera potencia del planeta, Inglaterra- es un lugar propicio para el desarrollo que tienen su caldo de cultivo en situaciones de extrema pobreza. Afectada como poca ciudades por la Primera Guerra Mundial, no sólo por los jóvenes que se le fueron sino también por la crisis económica de posguerra, el joven Tommy Shelby se encuentra en condiciones de agrandar los ya poco legales negocios de su familia de apuestas hípicas. El resto de los miembros no está muy de acuerdo, pero como suele decirse, luego de la guerra a Tommy no le cabe una. Violenta como pocas series de la actualidad -no sólo en la acción física, sino en la crueldad simbólica y física que practican algunos de los personajes-, la serie gana un verosímil que permite entender mejor todo lo que transformó en el interior de los hombres y las mujeres la Primera Guerra.

Creada por Steven Knight para el canal BBC Two y protagonizada por Cillian Murphy, habrá cuarta y quinta temporada luego de que se había dicho que concluiría en la tercera. El éxito de público y crítica -aunque algunos quisquillosos críticos progresistas hicieron hincapié en cómo mostraban la violencia- produjeron el cambio de decisión. Y en buena medida, también, la adquisición de las tres primeras temporadas por parte de Netflix para lanzarlas en su plataforma.