Qatar fue distinto en todo. Incluso a los mundiales que Argentina ganó en 1986 y 1978. A la selección comandada por Diego Maradona hace 36 años se le tenía poca fe, así que nadie se animó a hacer cantitos para alentar, mucho menos para posibles festejos. Anverso perfecto de Qatar 2022, la película Héroes, que muestra cómo la Argentina ganó la Copa de México ‘86, es un documental británico. Y le faltan muchas imágenes que se pudieron ver en vivo desde la Argentina, pero que la desidia oficial (en ese momento aún todos los canales eran estatales) dejó en el olvido o en el recuerdo de cada uno, que siempre es amañado por los distintos estados de ánimo que se atraviesan según los años y la historia. De hecho, el film termina con la canción favorita de Diego Maradona por entonces, “Me das cada día más”, interpretada sin igual por Valeria Lynch. Pero no registra ninguno de los cánticos a los que es tan adicta la afición argentina, excepto el “Dale Campeón”, o el famoso “La Argentina va a salir campeón… Se lo dedicamo’ a todos…” 

La Copa de 1978 dejó una película pésima como La fiesta de todos, un cántico cuasi oficial (“Vamos vamos, Argentina, vamos vamos a ganar, que esta barra, quilombera, no te deja, no te deja de alentar”) y, a pesar de que el mismo Ennio Morricone hizo la marcha oficial del Mundial, la mayoría de nuestro país recuerda otra, funesta -y siniestra- aprendida de memoria por la ciudadanía, que hablaba de «25 millones de argentinos» y una «justa deportiva sin igual». Qatar también fue distinto porque nunca antes la ilusión fue tanta, ni tan certera, y mucho menos sostenida en la confianza que había generado un equipo. Acaso por eso la batería de hits fue igual de pródiga que la esperanza que despertaba la Scaloneta.

Acaso, también, musicalmente hablando, el equipo argentino se permitió legitimar, con su gusto y elección del tema para que sonara cuando se hiciera un gol, un cambio de época: uno que ya todos sienten pero del que nadie habla abiertamente (aunque la academia seguramente estará trabajando en algún paper). Elegir Luz Delito, la maravillosa composición de Wos, un puente generacional con la herencia del rock, indica una transformación, una bisagra que también tiene que ver con nuevos liderazgos y conducciones de grupos -y sin dudas nuevas masculinidades- sobre la que aún está por escribirse. “¿Qué tal?» dijo el hombre rutinario/ Mirala a la muchacha cómo besa su rosario/ Pide al cielo y suspira con su rezo diario/ Pero se ve que Dios no escucha a los de su barrio”, dice Valentín Oliva en la letra. Si bien la Selección siguió escuchando cumbia (género que “gobernó” los festejos en el vestuario), que varios jugadores tengan en sus playlist canciones de trap, rap y hip hop argentino, que Lali Espósito, la misma Tini, Bizarrap, Wos, Trueno y otros sean de escucha asidua, indica que también en eso Qatar 2022 fue distinto a todo.

Incluso el cantito futbolero que eligió el grupo es diferente. En el tema de La Mosca no hay enemistad manifiesta con nadie (tipo el tradicional “esos putos periodistas”, o el más de este siglo, “Brasil decime qué se siente”), aunque sí orgullo por la superioridad: “La final con los brazucas la volvió a ganar papá”. Y tampoco, llamativamente, apela a la fuerza (“esta tarde cueste lo que cueste”) o a la hombría machista. Sino a la esperanza que despierta la ilusión (“ahora nos volvimos a ilusionar”). Incluso, como para cerrar esta breve observación, trae a la memoria un hecho histórico que no tiene equiparación con otro lugar del mundo que no sea Argentina: no habla de guerra, de crisis, de hambre, de desigualdad, o de algún otro mal equivalente en otro lugar de la Tierra, sino que hace referencia a un pedazo del terruño birlado y a quienes dejaron la vida en él: “los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”. Ni Messi, el más viejo, había nacido en aquel trágico 1982.

Qatar sigue siendo único. Por eso el hit futbolero ya cambió su letra, para que la nueva versión siga sonando como himno al recibir a la selección. El nuevo final es un elecuente y merecido festejo: «¡Muchachos! Ahora solo queda festejar/ Ya ganamos la tercera, ya somos campeón mundial/ Y al Diego le decimos que descanse en paz/ Con Don Diego y con La Tota/ Por toda la eternidad».