Con el fin de juntar datos para esta columna sobre la llamada segunda mañana de FM, hice zapping de radio poniéndole el oído a 14 emisoras de esa frecuencia. Lo que encontré no me sorprendió: un medio ofreciendo sus mejores minutos a una actualidad eminentemente tóxica, reiteraciones temáticas, pereza de producción y una desesperación por asociar a las emisoras con los mandatos modernistas de las redes sociales. «Llevala con vos, bajá la aplicación de…», ordenan en una de las emisoras en una práctica por demás extendida. Cada tanto, también me deleité con soberbios armados sonoros, casi documentales de radio y con destellos de gente preparada y sensible.

¿Cómo hacerle frente, también desde la radio, a un tiempo de absolutismo tecnológico en donde se le reconoce más la inteligencia a los celulares que a las personas? Una alternativa es la radio de autor, como la que hacen Alejandro Dolina, Víctor Hugo Morales, Gustavo Campana en Funes, el memorioso, Andy Kusnetzoff, Miguel Rep, Sebastián De Caro, Diego Della Sala, Vanina Parejas, Gustavo Lema, Reynaldo Sietecase, Beto Casella, Julio Leiva, Santiago Calori, el Párrafus interruptus de Hugo Paredero y tantos más. Recorriendo el espinel me crucé con Circo Súper Pop en la FM 101.5, en el que el maestro Lalo Mir se calza una nariz roja y se convierte en el dueño del circo. En una entrevista reciente metaforiza y pinta a la perfección la aldea radial de hoy: «Somos todos un poco equilibristas, payasos, magos, malabaristas… Vivimos en una carpa agujereada por la que se filtra el agua y el frío pero a la vez es colorida y llena de fantasía». «