El abuso sexual es uno de los tipos de violencia más graves que se ejerce contra las infancias y adolescencias. Transversal a todas las clases sociales, y perpetrado, en la mayoría de los casos, por varones que forman parte del seno familiar, aún a pesar de los avances en materia de derechos y de muchas reivindicaciones –en especial, las de los feminismos–, víctimas y sobrevivientes siguen luchando para que sus voces sean oídas, y porque la justicia que merecen se cumpla efectivamente.

La reparación, la nueva película de la realizadora Alejandra Perdomo, reúne testimonios de diversas personas que pudieron contar su historia de abuso, denunciar y reclamar lo que la ley prevé para estos casos: la certeza de que algo del daño sufrido pueda ser restaurado es una de las maneras de aliviar el dolor y seguir adelante. Sin embargo, el sistema aún está lejos de garantizar esos derechos, y la revictimización y la impunidad son moneda corriente.

“Hace años que vengo abordando distintas violencias”, cuenta Perdomo, quien también dirigió los documentales Cada 30 horas, sobre femicidios; y Nacidos vivos, sobre la búsqueda de identidad de las personas que fueron entregadas o robadas al nacer. “Además del trabajo y el interés de volcar esas experiencias en un material audiovisual, está también el de exhibirlo, hacer mesas de debate en nuestro país y en otros, para charlar con la gente de distintas edades y en distintas situaciones. Eso me permitió conocer innumerables historias”.

Con el objetivo de que sus proyectos tengan un impacto directo en la comunidad, Perdomo siempre está atenta a las perspectivas que se le presentan. “Una de las cosas que vi, trabajando con la violencia de género, es que muchas de esas mujeres que habían sufrido o estaban sufriendo maltrato por parte de sus parejas, venían con un bagaje de historias de abuso en la infancia.” Así, luego de la gran repercusión de Cada 30 horas, se decidió a abordar el abuso sexual en las infancias y adolescencias. Volvió a convocar a Eva Giberti, además de a Unicef y al equipo del Programa “Las víctimas contra las violencias”. Luego tomó contacto con Mónica Cortínez, madre de una víctima de abuso sexual, activista, y cuyo testimonio forma parte de La reparación junto con el de Felicitas Marafioti, denunciante del músico Cristian Aldana; Daniel Sgardelis, sobreviviente de los abusos que se perpetraron en el Instituto Antonio Próvolo para niños sordos; Santiago Bustince, uno de los hijos del oftalmólogo Fernando Bustince, condenado en 2014 por abusar de dos de ellos, pero que siguió en libertad hasta 2018; Roberto Piazza, el modisto que impulsó una de las leyes que modificó la prescripción de los delitos de abuso infantil; y miembros de colectivo #Yo Sí Te Creo y #Ya No Nos Callamos más, entre otros sobrevivientes y especialistas.

“Son personas que se atrevieron a hacer pública su historia”, cuenta la directora. Respecto a cómo abordar, desde la puesta, escenas de tanta sensibilidad, Perdomo explica: “Trabajo con un equipo en el que confío plenamente. No podés hacer tomas en las que estés pendiente de la luz u otros detalles. Estás tratando algo tan íntimo, tan doloroso, que no hay lugar para eso. Está todo charlado de antemano y ya mi equipo sabe que lo más importante es el respeto al relato, a la persona. Está todo súper organizado y establecemos el set en el momento de filmar. Antes hay una confianza entre el entrevistado y yo, les pido que elijan la hora y el lugar donde encontrarnos. Somos nosotros los que vamos adónde ellos o ellas se sientan cómodos o cómodas para hablar. Y yo no sigo un cuestionario, sino que llego con disparadores. Les explico que la idea es tener un material para tratar de difundirlo lo más posible, para intentar ayudar a prevenir, o que el testimonio sirva de inspiración, de ejemplo, de lucha para otra persona que, en silencio, está atravesando esto. Y les hago saber que tienen absoluta libertad para contar lo que quieran, como quieran”. 

La reparación arrancó en 2017. Su realización atravesó momentos claves como la denuncia pública de Thelma Fardin contra Juan Darthés, la cual, entre otras repercusiones, motivó a Santiago Bustince a contar lo que sucedía después de la condena de su padre abusador. También uno de los encuentros previos a la cuarentena realizados el 19 de noviembre, Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual contra Niñas, Niños y Adolescentes, por el colectivo #Yo Sí Te Creo y otras agrupaciones, también registrado en el film. Luego, la pausa impuesta por la emergencia sanitaria sirvió, según Perdomo, “para llegar al estreno habiendo visto y reflexionado sobre la película muchas más veces. Y la devolución que me dieron los protagonistas fue muy buena”.

Una sociedad que prefiere negar o callar; un sistema judicial que, aún con leyes que garantizan el derecho de los niños, niñas y adolescentes a ser escuchados, sigue priorizando la voz de los acusados, con sesgos machistas y clasistas. Una red que también destrata a familiares, especialmente a las madres, que exigen contención y protección para sus hijos, y que las normas se cumplan. Perdomo espera llevar en los próximos meses La reparación a los barrios, pueblos, escuelas o municipios dispuestos a generar conciencia. “Con todos los prejuicios que existen, desde el desconocimiento y la ignorancia, se piensan cosas que realmente no se ajustan a lo que es. Por eso, siempre me dije: ‘si hago documentales, tengo que tratar estos temas’”. «


La reparación
Guión, dirección y producción: Alejandra Perdomo. Desde el jueves 2 de junio a las 19, en el Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551.