La televisión local ostenta una larga relación con la cocina que generó múltiples estrellas provenientes del mundo culinario. Pero hoy hace gala de una multiplicidad de programas y géneros que giran en torno al universo de la comida y ganan cada vez más espacio en las grillas de los canales de aire. En ese contexto aparecen propuestas clásicas que exhiben la forma de alcanzar el plato deseado siguiendo una receta específica, realities donde se compite para ver quién es el mejor cocinero, magazines que incluyen amplios segmentos de dedicados a la comida, programas de entrevistas que giran en torno de suculentos menús y hasta micros instructivos de 15 minutos. Los números son elocuentes: la televisión argentina ofrece más de 200 horas mensuales de programas que apelan a la comida como estrategia de seducción y empatía.

Los canales con más rating tomaron nota del interés del público y de las ventajas del menor presupuesto que exigen estos programas en relación a la ficción, los móviles en exteriores y otros formatos. El Trece destina más de 70 horas mensuales a programas relacionados con el mundo de la cocina y Telefe supera las 54. La TV Pública, por su parte, le dedica más de 50 y Canal 9 supera las 44. Sólo América TV no apela a este recurso, en ninguno de sus formatos, en toda su programación.

Dos realities debutaron recientemente como parte de esta tendencia. Telefe incorporó Familias frente a frente: desafío en la cocina (domingos a las 22), una propuesta culinaria conducida por Leandro «Chino» Leunis que hace foco en 12 grupos familiares de diferentes países que compiten por un premio en efectivo de 500 mil pesos. El Trece puso en el aire El gran premio de la cocina (lunes a viernes a las 17:30), conducido por Carina Zampini, donde una serie de concursantes busca transformarse en cocineros profesionales compitiendo en diversos desafíos. En este caso, el premio en efectivo es de 300 mil pesos.

«A todos nos gusta ver cocinar a los que saben y los realities de este tipo tienen una magia especial. Definitivamente, hay algo que tiene que ver con lo más primitivo de todos nosotros cuando miramos en la tele algo así, pero también cuando vemos que todo eso que nos gusta se hace de manera estética y organizada. Todo ese cóctel genera mucha más atracción que un programa común y corriente», asegura el Chino Leunis en relación al programa que lo tiene como figura principal junto con los jurados Christophe Krywonis, Dolli Irigoyen y Mauricio Asta.

Estrategia y viabilidad

Para Carina Zampini, lo que diferencia a El gran premio de la cocina de otros realities de comida es que la competencia se realiza en tiempo real, sin edición alguna. «Esta es una propuesta innovadora, no se parece a nada de lo que se hace en la Argentina. El programa no está editado, ni acomodado, ni nada. Los platos están chequeados por Narda Lepes como productora revisando la viabilidad de la preparación. Acá se necesita estrategia, capacidad y decisión», sostiene Zampini. Junto a ella, quienes evalúan los platos son los chefs Christian Petersen y Felicitas Pizarro.

Las propuestas más clásicas de cocina tienen múltiples ofertas en nuestra televisión. Marcan agenda en ese rubro programas como Cocineros argentinos (conducido por Guillermo Calabrese, que se emite todas las tardes a las 14 por la TV Pública) y Qué mañana! (al mando de Ariel Rodríguez Palacios, siempre de lunes a viernes a las 9 por El Nueve).

«Creo que la expansión de estos programas se debe a que la cocina volvió a estar en la cabeza de todos. Y digo volvió porque antes, cuando era chica, la cocina era una obligación de la mujer ama de casa. Recuerdo que los programas de hace 25 años estaban enfocados todavía en la señora. Ahora la cocina es algo que nos compete a todos. Si bien sigue siendo una obligación cocinar porque algo tenemos que comer, creo que ahora se ve como algo divertido para hacer en tu casa, y de paso reunir amigos y familia. La cantidad de programas que hay en esa línea refleja el gran interés que genera la cocina en estos días», explica Ximena Sáenz, una de las chefs históricas de Cocineros argentinos junto a Guillermo Calabrese, Juan Braceli y Juan Ferrara.

Ariel Rodríguez Palacios conduce y cocina en Qué mañana!: «Mi programa gira alrededor de la cocina, pero teniendo en cuenta las herramientas que tenés en tu casa. Me interesa que la gente pueda cocinar mis recetas sin muchos preámbulos. Todos tenemos la necesidad de comer y los alimentos están en nuestras vidas, más allá de la bola que les demos. Yo creo que estos programas enseñan, la gente es curiosa y por eso nos miran. La cocina nos llama siempre de diferentes maneras y con distintos tiempos, y en Qué mañana! tenemos en cuenta que el primer segmento horario de la tele nos sirve para comenzar el día. Y para transcurrir ese día es importante tener en claro qué vamos a comer al mediodía y a la noche. En definitiva, nosotros tratamos de ser útiles para el televidente».

Entretenimiento e ideas

Morfi, todos a la mesa (conducido por Gerardo Rozín y Zaira Nara, de lunes a viernes a las 9 por Telefe) inventó su propia receta. Se trata de un magazine que incluye entrevistas, presentaciones en vivo, noticias, secciones especiales y más. Pero todo, hasta el nombre del envío, gira en torno a la comida. El programa se consolidó durante la semana y los domingos se hizo más grande con su versión La peña de morfi (siempre con Rozín en la conducción pero sumando a Jesica Cirio) y ofrece todavía más variantes en sus cinco horas de duración.

«En Morfi hay una familia siempre mirando la tele. Soy de hacer asados en pantalla, buscar cortes económicos y contarle a la gente por qué les ofrezco lo que les ofrezco. La televisión tomó nota de que la gente se ocupa mucho de lo que come. La cocina siempre atrae porque los programas entretienen, intentan enseñar y muchas veces lo logran», afirma Santiago Giorgini, cocinero de Morfi en sus dos versiones semanales.

La hora de los hornos

El amplio abanico de programas televisivos que se rinden ante el poder convocante de la comida incluye a los históricos ciclos de Mirtha Legrand (sábados a las 22 y domingos a las 13, por El Trece) y el de Andy Kusnetzoff PH, podemos hablar (sábados a las 22, por Telefe). En estos casos, no se ve a los cocineros ni se enseñan recetas. Pero la comida funciona como un catalizador ineludible que convoca a invitados y espectadores.

Para todos los entrevistados, la existencia de la gran cantidad de programas que giran alrededor del formato gastronómico no es una sorpresa, sino más bien la multiplicación de un formato de probada efectividad. «Creo que hay momentos en los que determinados tipos de programas se ponen de moda. Este parece ser el tiempo de los programas de comida. Seguramente más adelante aparezcan otras tendencias, pero creo que los programas relacionados con lo gastronómico nunca van a desaparecer», sostiene Zampini. «Hay una consolidación que se expresa con muchos programas culinarios hoy en día. Desde los tradicionales hasta los realities, pasando por la propuesta de programas como PH, podemos hablar. La comida nos une y nos lleva a relajarnos, a sentirnos bien y a disfrutar de la compañía de los otros. Creo que más que eso no podemos pedir», concluye Leunis. «


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Opciones de digestión rápida

De la multiplicidad de propuestas relacionadas con el mundo de la cocina, son pocas las producciones que no sobrepasan la hora de duración. Entre ellos se encuentran Morfi kids (sábados de 9 a 10 por Telefe) y Carna a la parrilla (conducido por Jorge «Carna» Crivelli, los domingos de 13 a 14 por El Nueve), que representan las únicas opciones con sólo una hora de duración. Los que buscan algo más exprés pueden sintonizar Manos a la olla (los sábados a las 6:30 por la TV Pública), que muestra la gastronomía del interior de nuestro país en sólo 30 minutos. Pero hay formatos todavía más acotados que resultan ideales para los más ansiosos: Cucinare (lunes a domingo a la medianoche por la pantalla de El Trece) ofrece recetas rápidas, sabrosas y coloridas en sólo 15 minutos, casi como un tutorial de YouTube.

Doña Petrona: pionera y referente

Los inicios de la mediatización de los cocineros en nuestro país encuentran en la figura de Petrona Carrizo de Gandulfo –conocida popularmente como Doña Petrona– a su personaje más relevante e influyente. Verdadera pionera en el arte de trasladar conocimientos a millones de personas, comenzó a ofrecer sus recetas en los medios de comunicación en los años ’30. Y desde ahí no paró más.

Primero fue la radio, luego publicó El libro de Doña Petrona –reeditado más de cien veces–, pero cuando desembarcó en el mundo de la televisión, en 1952, comenzó a edificar una carrera y después su leyenda. Fue la estrella de Buenas tardes, mucho gusto, un programa de enorme éxito que estuvo más de 22 años al aire. Todos los entrevistados de esta nota mencionaron a Doña Petrona como a una referencia ineludible.