13 Reasons Why

Netflix sube la puntería con los adolescentes (y no quienes ya no lo son y recuerdan la etapa con tanta nostalgia, como en Stranger Things) y pone on demand una historia sobre su mundo, que por más que se quiera, no se puede separar del bullying. Una chica se suicida en una secundaria de chicos de clase media y deja casetes grabados (sí, usa tecnología vetusta, en un estilo vintage que tanto se parece a la resistencia contra el mundo moderno y adulto) en los que explica las 13 razones de su decisión. en 13 capítulos expone la vulnerabilidad de chicos y chicas sin caer en golpes bajos, sin levantar dedos acusatorios y sin pretensiones morales, típicas de quienes nunca se responsabilizan por nada. Sólo trata de mostrar el lado B de lo que se ve todos los días en la superficie. Primera temporada, 13 episodios. Por Netflix 


Billions. Algunos quieren ver en esta historia protagonizada por Paul Giamatti y Damian Lewis una especie de Tom y Jerry que se persiguen porque eso los entretiene en la vida y en buena medida son iguales. Reducirla a eso no sólo es desmerecerla, sino perder de vista que los parecidos no implican igualdad: más allá de que de hecho todos los humanos nos parecemos, y eso no nos hace iguales, la serie de Showtime da cuenta de un mundo al que el común de los mortales suele no acceder. Se trata del que forman el círculo rojo y sus adyacencias, por decirlo de alguna manera, y que tiene, vaya paradoja, más puntos de contacto con el ámbito de los comunes que lo que los comunes se imaginan. No sólo porque gozan y padecen de odio, envidia, ira, venganza, amor y lealtad (y por tanto traición), sino porque los mueve mucho más que la codicia. Los mueve una pasión por el sentido de la existencia forjado en una vida de intereses, por supuesto, pero donde los intereses son mucho más que el vil metal o el mero poder. Fantástica serie que muestra al hombre y sus circunstancia, al tiempo que pone en escena la complejidad de un mundo de poder al que no es imposible de combatir, pero sí de vencer. Dos temporadas de 12 episodios cada una. Por Netflix

 

Big Little Lies. Una gran apuesta de HBO en varios sentidos. Uno, la cantidad de figuras femeninas convocadas, encabezadas por Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley, a la sazón representantes de tres generaciones sucesivas (a la que se suma Laura Dern, entre otras). Otra por el grado de sofisticación visual buscado (y conseguido), para jugar con una narrativa que yuxtapone tiempos, espacios y situaciones de una manera singular y claramente entendible. Una tercera porque su realismo es convincente en todos los niveles, tanto de ellas como madres, como mujeres sexuadas, como amigas, como competidoras con otras mujeres y como víctimas en una sociedad organizada según el criterio masculino. Por último, porque se ocupa de un sector social al que la ficción poco acostumbra: las llamadas analistas simbólicos, esas que -junto con otros equivalentes varones- crean los diversos sentidos sociales, culturales y políticos del mundo que vivimos. Es un sector social por lo general no tratado, o hecho a manera individual, nunca de un grupo como éste, todos residentes en una zona de Malibú, California, donde el más alto (y rancio) progresismo encuentra su lugar en el mundo (del que tanto se queja). Las situaciones que protagonizan como progenitores de alumnos de una primera de escuela pública, así como sus estilos de vida, son verdaderamente fantásticas. Primera temporada, 7 episodios. Por HBO 


Better Call Saul. Ya se ha dicho casi todo de esta serie por la que no se daba mucho y pudo despegar suave pero decididamente de la que le dio origen, Breaking Bad. La serie cuenta la historia de Saul antes de serlo, es decir, cuando aún era Jimmy McGill y quería que el mundo (que siempre se reduce a un puñado de personas) reconociera que él podía ganarse la vida honradamente y, además, ser exitoso. Mientras la trama lleva al espectador por el recorrido de este constante intento, lo que subyace es cómo las estigmatizaciones delinean la vida que no se pretendía ni deseaba, pero que es la que finalmente se tiene. Doblando el codo hacia la parte final de su existencia, cuando ya se siente en carne propia que lo que se quería y no se hizo no podrá suceder, y lo que se hizo y dio sentido ya no se puede repetir, Jimmy intenta la alquimia de ser aquello que los otros quieren, sin dejar de ser él mismo. Tres temporadas de diez episodios cada una. Por Netflix.

 

Fargo. Joel y Ethan Coen son los creadores de esta serie derivada de la película homónima que dirigieron en 1996. Si en aquel momento los hermanos hacían gala de su cinismo y de una elegancia canchera, acá conservan la acidez sin burlarse y el estilo sin alardear. Cada temporada basado en un hecho verídico que extraen del Estados Unidos profundo, los Coen antes que intentar explicar, reflejan el sinsentido general del humano medio de hoy, en las que las únicas cuerdas parecen ser las mujeres (y no siempre ni en todos los casos). Son ellas las que ponen un poco de luz -racional y afectiva- sobre tramas tan creíbles como absurdas; las que permiten entender a la primera potencia mundial desde el lugar de una cotidianidad ordinaria, cruel y de miedos profundos. Tres temporadas de 10 episodios cada una (se pueden ver de forma independiente). Por Direct TV.