“Diría que la improvisación es lo más importante de mi vida como músico; lo primero que hice fue sentarme al piano a improvisar: ese fue siempre mi motor en cualquier cosa que haga con la música.” Define su relación con la música, Leo Sujatovich, que a la vez lo define. Pianista, compositor y últimamente cantante. Sí, lo que nunca había hecho, acaso por ese dejarse llevar en esa inquietud que siempre lo movió y lo sigue haciendo (puede decirse, una variante de la improvisación), hoy Sujatovich también canta. 

“Toda la vida canté –asegura–. Cuando era chico teníamos un dúo con Ariel Rot, que éramos amigos de la infancia y cantábamos nuestras canciones. Cantaba de chico con mi mamá y mi hermana en el coche, lo que pasa es que nunca se me armó un proyecto de cantar.” Eso llegó relativamente hace poco, con esa bella versión del tema central de la película La novia del desierto, que tanto premio ganó. “Recibí el guión y después de leerlo se me ocurrió hacer una canción, y hacerla en base al personaje de la película, que es una mujer. Entonces escribí una letra que hablaba en primera persona femenina. Arrancaba diciendo: ‘En este cielo solita estoy’; y siempre pensando en que si la canción prosperaba iba a llamar a una mujer para que lo cante. Y cuando las directoras de la película la escucharon les gustó mucho y preguntaron quién la había cantado, porque no me reconocieron. Y cuando llegó el momento de la versión final quisieron que quedara así, cantada por mí. Fui al cine y me gustó escucharme, me conmovió. Y me dije: ‘tengo que atender esa cuestión, voy a hacer más cosas.’”

Llegó entonces una nueva forma de hacer lo que ya hacía, y se puso a cantar temas de Luis Alberto Spinetta, tango, a estudiar canto “e inclusive componer cosas nuevas pensando en cantarlas; se me armó un mundo”.  Aprovechó una invitación a tocar a un festival de cine en Godoy Cruz, Mendoza, para presentarse también cantando. “Hoy siento que tocar en vivo sin cantar sería algo incompleto para mí.”

Foto: Gentileza Guido Adler / Prensa

La improvisación es motor pero también rumbo no certero: una especie de bandera de largada pero sin ninguna que le diga que ha terminado el periplo. “El puntapié inicial de componer para mí es sentarme al piano a jugar, a improvisar, a boludear tratando de nadar en ese mundo incierto que es la improvisación, en ese salto al vacío que implica. Y muchísimo más si es en público, porque cuando me pongo a improvisar no tengo la más remota idea de dónde voy a ir. Y eso a mí me enciende.”

Y enciende sus ideas: en sus shows, Sujatovich improvisa temas a partir de historias de la audiencia, en tiempo real, sin preparación, que a veces son relatadas en vivo por artistas invitados. “La novedad es haber encontrado este medio para improvisar, que es el relato de la gente misma, porque para mí siempre fue estimulante escribir a partir de un guión. Pero recibir una historia jugada, algo que lo haya atravesado. Hice una experiencia de esta nueva idea el mes pasado en Uruguay, y la gente me compartió este tipo de cosas. Y fue muy fuerte para mí, y también para ellos al ver cómo rebotaba esa historia en un músico que se ponía a improvisar.”

–Y en ese esquema de hora, hora y algo, ¿cómo va a estar estructurado el show?

–Voy alternando estas nuevas músicas, que son nuevas canciones que me gusta cantar y también hago algunas de las canciones que compuse con el Flaco Spinetta, que las cantaba él, obviamente, y que esta vez me doy la oportunidad. Y voy alternando con los relatos que me manda la gente y los improviso. Y también dos cosas importantes. Me conocí ahora en Uruguay con una artista audiovisual muy grosa, Sofía Córdoba, que en esa ocasión hizo un laburo de video en vivo, casi improvisando conmigo, muy, muy piola. Y Sofía proceso varios de esos videos para que los pueda reproducir, no con la dinámica de improvisar en vivo, pero sí con la estética de lo que hago. Entonces voy a proyectarlos en varios momentos del show, y cerca del final va a haber un invitado, invitada, invitade para contar su relato; en este caso, Julieta Pink.

Ya hay fechas el 21 de abril (Pista Urbana) y el 3 de junio (Cuerda Mecánica), y alguna otra que se anunciará oportunamente, para un show que imagina que sumará otras disciplinas como pintura (hizo un trabajo hace poco con Cynthia Cohen) y danza, que lo llevaría directamente a la performance. En definitiva toda la vida tiene música, según nos enseñó ese artista que, al menos físicamente, murió hace diez años. “Luis siempre tiró el mensaje de ser fiel a lo que te conmueve, de atender lo mejor posible a tu corazón. Me gustó mucho que mi hijo Mateo (líder de Conociendo Rusia y desde la adolescencia es amigo de Vera Spinetta), que en su último disco hizo una canción que se llama ‘Brújula’, y que fue muy conmovedora para mí porque: cuando no sabés para dónde ir en algunos momentos, atendé a ese brújula que hay en tu corazón, que no falla. Y Luis, de diferentes modos, volúmenes y colores siempre tiró ese mensaje. Yo pensé: vos también lo escuchaste.”



Conexión Sujatovich

Jueves 24 de febrero, a las 20, en el Teatro Picadero, Enrique Santos Discépolo 1857. Nuevas funciones: 12 y 24 de marzo.