Los Rusos Hijos de Puta están en un momento auspicioso. Hace pocos días presentaron el clip del tema “Poca cosa” y este jueves en el Xirgu Espacio Untref concretarán la presentación oficial de “Nos vamos a morir de hacer estrategias de amor», su segundo larga duración.

El cuarteto formado por Luludot Viento (alias La Rusa, voz, teclado y guitarra), Flor Mazzone (batería y coros), Julián Desbats (guitarra y voz) y Santi Mazzanti (bajo) había obtenido una muy buena respuesta con “La rabia que sentimos es el amor que nos quitan” (2016), su disco debut. Fueron nominados en los premios Gardel como mejor álbum de rock pesado/punk y recibieron muy buenas críticas. Pero este segundo trabajo va por más.

“Vamos a tocar temas nuevos que no habíamos hecho en vivo, así que estamos muy entusiasmados. Los otros discos tenían canciones más viejas. Este show va a incluir muchas cosas nuevas y un montón de invitados, un montón de amigues que hicimos este último tiempo, personas que admiramos y apreciamos. En una presentación de disco uno se puede dar un montón de gustos y permisos”, reconoce la cantante.

“Nos vamos a morir de hacer estrategias de amor» incluye diez temas: “Soy horrible”, “Capilla del Monte”, “Cascada”, “Parawita”, “Porquería”, “Insistencia”, “El sabor de lo nuevo”, “Quiero cortarme, perdido en el DF” y “Poca cosa”, este último elegido para  hacer un videoclip.

“El video es un deseo. El guión lo escribí yo, con ayuda de los pibes, y sale de las ganas”, revela la Rusa, que reconoce que la música le salvo la vida. Trabajaba pero no era feliz, más cuando le tocó hacer edición de videos en la televisión, mercado rentable “pero la peor mierda de todas”, según su palabras. Hasta que encontró que hacer canciones era lo suyo.

“Tocar es lo que más nos gusta. Grabar está bueno, pero sucede muy cada tanto. Sale un montón de plata y es difícil. Pero te da la oportunidad de hacer cosas nuevas y después llegan esos momentos mágicos de encuentro con la gente. Así lo vivimos. Es lo que hacemos y aprovechamos ese momento para dar lo mejor de nosotres. Sentimos que tocar es un momento de libertad plena donde podemos hacer lo que queremos. Hay algo mágico que sucede ahí. Una especie de portal que se abre, algo que no sucede todo el tiempo. La gente se mete en eso y se arma una cosa muy linda a nivel energético”, cuenta la oriunda de Zarate.

“Fundamentalmente hago lo que me sale del corazón. El único objetivo que tiene para mí hacer música es hacer mejor mi vida. Me pone contenta cantar. Al compartirlo me interesa que las canciones tengan, en la medida de lo posible, algún mensaje que aporte a un mundo mejor. Siempre que alguien te escucha le estás pasando una info o una mirada particular. Soy pesimista, pero hay que intentar  llevar un mensaje”, puntualiza.

Para ella tener una banda “es de lo más hermoso que me pasó en la vida. Es súper fácil de hacer, si sentís que tenés que hacerlo, sale solo o no te cuesta tanto hacerlo. Mientras lo hagas con el corazón y con tus propias convicciones, todo se puede hacer, tenés de golpe un proyecto de vida, algo por lo cual trabajás y que es tu propia plantita que haces crecer. Moralmente no transás con nadie, eso es impagable”. Viajar con su música  es para la Rusa una sensación de libertad: “Es hermoso hacer amistades con gente talentosa sensible y buena. No todos, está lleno de machirulos horribles por todos lados, pero la mayoría es gente que entiende que esto es para compartir. Esto sirve para que la gente se dé cuenta que puede hacerse lo que quiera, que no hay que dejarse esclavizar y siempre hay que luchar por lo que uno cree”.

Comprometida con  la causa feminista, Luludot Viento opina que es una lucha que recién empieza: “La mentalidad que cambió es la de las mujeres, maricas y trabas que sintieron que no tiene nada que ocultar o que temer y hacen valer sus derechos, no hay nada porque sentirse menos por tener una condición. A las mujeres nos pasa contantemente que tenemos que someternos a los comentarios que se le ocurren decir a muchos chabones, a las miradas, a las muertes, al trato despectivo o al insulto. A veces ando por la calle de noche y  llevo un cascote en la mano. No lo hago por pirucha: lo hago porque siento el peligro. Si voy caminando y me dicen un montón de cosas: ¡¿Por qué me lo tengo que bancar?! Adentro mío  pienso donde me digan algo o se me acerque un chabón le rompo la cara. No da para más. Y armas tomar para cuidarnos no está mal creo, si es necesario”.

Los Rusos Hijos de Puta, jueves 25 de octubre en Xirgu Espacio Untref (Chacabuco 875, CABA). A las 21:00. Banda invitada: Sentidos Alterados.