Con la idea de rescatar al cuarteto cordobés como a una instancia autóctona y de pura cepa folklórica, el baterista y percusionista Minino Garay editó recientemente su canto de amor hacia el género con el que vibra desde su más tierna edad.

Tal vez por eso las catorce canciones de “Tunga Tunga’s band” -el nuevo disco de Garay- exhiben un latido donde vive la música de su provincia de la mano de toda una identidad cultural. Pivoteando entre Francia (país donde está radicado) y la Argentina, Minino (un músico que puede sumergirse en el jazz tanto como en la world music) demuestra estar muy al tanto de todo lo que sucede en el país.

“Sacar un disco nuevo es difícil pero no me hace perder conciencia de la realidad que se vive en el país. Sin embargo, los artistas debemos seguir adelante más allá de las condiciones. Siempre hago todo el esfuerzo por sacar mis discos acá y este nuevo proyecto tiene que ver con la necesidad de dejar claro que el cuarteto es música folklórica de la argentina, que comenzó en los años 30 con la ayuda del paso doble, los inmigrantes, la tarantela, y que hoy tiene que ver con otra cosa pero que a la vez tiene sus raíces perdurables”.

Para Garay, este disco representa un homenaje al género que pudo ser posible gracias a los “dinosaurios” que participaron de estas nuevas composiciones. “La música en Córdoba fue marcada por  Carlos “Pueblo” Rolán, la Mona Giménez, Eduardo Gelfo y Ariel Ferrari. Ellos aceptaron estar y eso fue suficiente para mí. Suelo participar de grandes festivales donde hay mucha música del mundo, pero quiero  también que en esos lugares suene el cuarteto cordobés. Quiero reivindicar todo eso para que la juventud sienta que se puede volver a las raíces y a las tradiciones. Soy de los que reivindican a la mujer porque el cuarteto es un lugar misógino, por eso quise que esté Lore Giménez, que es una gran cantante más allá de ser la hija de La Mona”.



Contar con cuatro grandes históricos más la presencia del Turco Oliva, Los Caligaris o Fernando Bladys, entre otros, potenció el disco de la mejor forma. “Todo fue fácil y accesible. El disco fue dirigido por Diego Bravo y él se encargó de grabar a cada uno de ellos entre Córdoba y Europa”, aclara Garay. “Algo así ya había hecho en ‘Asado’, mi disco de 2013, donde había participado Kevin Johansen, León Gieco y muchos más. Siento que este álbum es como una continuación de aquello, solo que ahora es dedicado al cuarteto clásico. Ojalá esta vez podamos hacer que el cuarteto salga de Córdoba para irse al mundo y exportar cultura. Pero antes que eso pase vamos a estar tocando todas estas nuevas canciones en el CAFF, en pleno barrio tanguero del Abasto”.

En ese sentido y en relación a las políticas culturales, Minino sostiene que “las bestias peludas que están ahora deberán ser sacadas en el contexto de la democracia”, afirma antes de extenderse sobre la situación actual. “Espero que venga gente más decente en el ámbito de la cultura. “La mediocridad que han hecho en lo cultural es espantoso”, concluye el cordobés.