Mirta Legrand volvió este sábado pasado a la televisión después de casi tres años sin poder realizar sus famosas “mesazas” de invitados, las cuales, como se pudo comprobar nuevamente este fin de semana, ya no son necesariamente almuerzos. Así, con la producción de su nieto Nacho Viale, la histórica conductora arrancó un nuevo ciclo de La noche de Mirtha, tras una larga espera pandémica que sólo se interrumpió por esporádicas apariciones “especiales”. Al mismo tiempo, su nieta Juana Viale, quien en 2020 fue elegida para sostener el espacio que Legrand dejó vacante por la llegada del coronavirus, pasó a ocupar este domingo y “oficialmente” -esto es, con programa propio, como se encargó de recalcar- el mediodía tardío con Almorzando con Juana.

Sobre las 21.30 de este sábado 17 de septiembre comenzó entonces el primer programa que marcó el regreso de Mirtha Legrand a la pantalla chica, con una apuesta exageradamente épica: mientras de fondo sonaba la imponente y estruendosa Carmina Burana, se sucedían a modo de racconto imágenes de todas las épocas del envío. Tras el anuncio, la conductora hizo su entrada de la mano de su asistente, entre una ovación no menos sobreactuada de aplausos, vítores, bravos, exclamaciones de “bienvenida” y hasta un cántico de “Chiquita, Chiquita”.

“Qué emoción, no dormí en toda la noche, pero estoy felicísima de estar aquí de vuelta, tanto que me pedían ‘Mirta volve´, Mirta volvé, Mirta te queremos ver’ y Mirta volvió, la Chiqui volvió”, decía Legrand. Además de agradecer y entre otras apreciaciones, no dejó de exaltar la “escenografía de 1000 metros cuadrados” que se puede ver en “360 grados”, así como el enorme gasto de producción.

Los invitados de la vuelta estuvieron a tono con los maridajes habituales; esta vez fueron Moria Casán, Fernando “Pato” Galmarini, José Luis “El Puma” Rodriguez y Baby Etchecopar. Aunque con un tono un poco menos exasperado que de costumbre -vale decir que el tiempo de ausencia ralentó el habitual ritmo de Legrand, al menos en esta primera entrega-, no pudieron faltar los intercambios de actualidad.

Sobre el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, Legrand arrancó: “vamos a hablar del frustrado asesinato a la vicepresidenta”, e inmediatamente, tras algunas expresiones de repudio a lo sucedido, el diálogo continuó con Etchecopar expresando “que no le echen la culpa a los medios y a los periodistas”, ocasión que la conductora aprovechó para preguntar: “¿y al gobierno?”.  Enseguida, Legrand sentenció que “el odio tiene que desaparecer”, tras lo cual, Casán abrió un debate sobre el papel de las redes sociales, diciendo que “el odio vende”. Vale aclarar que dos días antes, Legrand había declarado en Telenoche, consultada por el atentado, que “estamos viviendo momentos muy duros, yo estoy asustada, tengo miedo de que haya un enfrentamiento entre argentinos, que sería terrible” y hasta llegó a responsabilizar a la televisión, incluyéndose ella misma en ese dicho.

Con otras variopintas anécdotas mediante, como el relato de los delicados momentos de salud que atravesó “El Puma” Rodriguez, o el asalto de Baby Etchecopar, o la fabulosa corona de oro que le obsequió Casán en vivo a la conductora, la noche terminó con un brindis “por la unión de los argentinos”.

A nivel rating, el muy esperado regreso midió bien y ganó la audiencia hasta que PH, el programa que conduce Andy Kusnetzoff por Telefe entró en escena. Según el minuto a minuto, ambos shows alternaron altas y bajas en una reñida competencia, que finalmente, en promedio, hizo que la noche cerrara con 8 puntos para los dos, perdiendo por algunas centésimas el ciclo de Legrand, que logró por momentos alcanzar más de 9.    

Al día siguiente, pasadas las 14.30, Juana Viale entraba al estudio de El trece bailando, para decir “buenas, santas, ¡domingo! Primer programa de mi ciclo, Almorzando con Juana, sé que había mucha expectativa y quiero contarles que estoy muy feliz”. Luego de confesar (por primera vez de muchas) que estaba muy nerviosa, se refirió también a que el envío cuenta, además, con canción propia, compuesta por Valeria Gastaldi, a quien llamó “una hermana del alma” (la exBandana es hija de Marcos Gastaldi, último esposo de Marcela Tinayre).

En una mesa poco llamativa, los invitados fueron Pampita, Guillermo Coppola, Rolando Barbano y El Polaco. Hubo anécdotas de Maradona y lágrimas de complicidad entre la anfitriona y Ardohain, que se emocionó al repasar algunas cuestiones de su maternidad.

En cuanto al rendimiento de Almorzando con Juana, en este caso La Peña de Morfi, por Telefe, mantuvo una ventaja amplia que por momentos duplicó al de El trece y finalmente ganó por varios puntos de diferencia, con picos de 6 para Viale y de 8.8 para el programa conducido por Jey Mammon.