No muchas bandas logran mantenerse unidas a los largo del tiempo, consolidar una propuesta artística y convocar el gusto popular. En ese triple apartado se encuentra el grupo uruguayo No Te Va Gustar, que festeja sus 25 años de carrera con un disco acústico, su correlato audiovisual y una biografía oficial. NTVG supo llegar con sus hits a toda Latinoamérica y en la Argentina construyó una base de fans fenomenal que le permite llenar estadios de todo tipo y magnitud.

El grupo encaró 2019 con múltiples festejos. Primero lanzó la biografía Memorias del olvido, escrita por el periodista argentino Mateo Crespo y con prólogo de Fernando Cabrera. Y hace días editó Otras canciones, un disco en vivo con espíritu acústico que incluye invitados de lujo como Julieta Venegas, Draco Rosa, Jorge Drexler y Hugo Fattoruso, entre otros. El álbum tiene su versión, registrada también el 19 y 20 de diciembre pasados en la sala Hugo Balzo (Montevideo), que ya puede verse en forma gratuita en y en 30 días estará disponible en el canal de YouTube de la banda.

Los festejos del noneto uruguayo también incluirán una gran gira que llegará a Buenos Aires en junio, para presentarse el 25, 26, 27, 28, 29 y 30 en el Teatro Gran Rex. «Todo esto que estamos publicando es parte de un largo camino recorrido que nos ha traído muchas satisfacciones, aunque en algunos casos también dolor, pero que en definitiva se transformó en nuestra forma de vida. Y acá estamos, 25 años después con muchas ganas y proyectos. Eso es lo más importante: seguimos con el mismo fuego», dice Emiliano Brancciari, cantante y cara más visible del grupo. A su lado, el trompetista Denis Ramos asiente y amplía: «Fue algo medio de casualidad porque no nos detenemos a pensar en las fechas. Pero en un momento nos dimos cuenta de que se venían los 25 años y ya teníamos nueve discos de estudio, muchas giras y más. Ahí pensamos que era el momento de hacer un resumen para mostrarle a la gente cosas que tal vez no sepan de nosotros. Así fue como lo encaramos».

 –¿Pensaron el disco, la producción audiovisual y el libro desde el primer momento o se fue dando?

Emiliano Brancciari: –Las piezas se fueron juntando sin querer. Lo del libro fue pensado con mucho más tiempo porque llevó un proceso más largo. En cambio, grabar este disco lo decidimos hace un año e inicialmente iba a ser parte de un acústico de MTV. Nos lo propusieron ellos, pero cambiaron de opinión a mitad del proyecto no sé por qué problemas internos. Ahí nosotros decidimos hacerlo de manera independiente, pero con más recursos, cediendo menos en todo. Primero nos cayó mal porque pensamos que era bueno lanzar un disco en ese canal de los ’90, el mismo que editó el acústico de Nirvana: pero luego nos dimos cuenta de que estábamos por hacerlo en el canal de los hijos de Caniggia. Por suerte pudimos seguir con el proyecto para, inclusive, hacerlo de una mejor manera.

Denis Ramos: –Estos tres lanzamientos son proyectos muy fuertes para nosotros.

–Desde su título, el disco hace gala de brindar canciones poco escuchadas del repertorio de NTVG. ¿Fue siempre esa la idea?

EB: –Hace unos años hicimos un show que se llamo Otras canciones. Era una serie de conciertos que hicimos sentados, muy unplugged y con mayoría de lados b que no tocábamos ni estábamos acostumbrados a tenerlos en nuestra lista de temas. La gente en su momento lo disfrutó mucho y pensamos que más adelante podríamos hacer algo concreto con ese formato. Ese momento llegó ahora porque no sólo aparecen esos lados b, sino que también reversionamos los clásicos de la banda de manera muy, muy diferente. Por ejemplo, el primer corte es «Chau», con Julieta Venegas. Se trata de una canción que tiene muchos años, pero ahora suena muy diferente, con la voz única de Julieta, otra instrumentación y otro tono. Hay muchos cambios de géneros inclusive, como en «Verte reír», que desde su reggae original pasa a ser algo folk que le queda muy bien. La idea es darle al público algo nuevo dentro de lo conocido, más los lados b.

–Este nuevo álbum refleja entonces un nuevo proceso sobre canciones conocidas. ¿Cómo se maneja la democracia grupal en ese sentido?

DR: –Con el correr de los años hemos aprendido a trabajar en consenso y a tomar lo positivo de una situación cuando viene un compañero y te dice que le gustaría hacer algo diferente sobre una nueva canción. Ahí todos los demás vamos en esa dirección para darnos cuenta si está bien o mal y lo acompañamos.

EB: –Lo más importante es la canción. Siempre intentamos agotar todos los recursos para que luzcan de la mejor forma. Buscamos que las nuevas versiones sean mejores a los originales. Si nos dábamos cuenta de que no quedaba mejor o no aparecía algo nuevo de verdad, con dolor en el alma, la sacábamos del proceso.

–¿Con qué canciones les pasó eso?

EB: –Fue el caso de «Tan lejos». No le encontramos la vuelta: la tocamos muchas veces y no nos servía para este proyecto. En cambio en otras situaciones, las canciones salían muy bien y hasta pensábamos en invitados.

–¿Cómo manejaron la instancia de los invitados? Todos son diferentes entre sí.

EB: –Las propias composiciones son las que piden invitados. Tiene que cuadrar que haya cierta admiración de nosotros hacia ellos. Pero primero tenían que aceptar y después buscar el tono para que les quedasen cómodas, entre otras cosas. Con Jorge Drexler nos pasó lo mismo. A algunos de los invitados les mandamos un par de sugerencias, pero ya sabíamos qué tema iban a elegir. Es decir, les mandamos opciones para ver con cuáles se sentían más cómodos y que no pensaran que había algún tipo de imposición. Sin embargo, en todos los casos eligieron lo que para nosotros era la opción lógica. Y, afortunadamente, todos dijeron que sí ni bien les hicimos la propuesta. Yo creo que lo verdaderamente importante fue que se adueñaron de las canciones: no fueron sólo invitados a cantar un pedacito de tema. Creo que es algo que se nota muy claramente en el audiovisual.

–Este disco, en comparación con el anterior, es muy diferente en términos discursivos y de atmósferas. ¿Fue algo  buscado o el proyecto los llevó hacia ese lado?

EB: –Eso del cambio fue algo que se dio solo. Pasamos de un disco denso como Suenan las alarmas a bajar hacia lo acústico y trabajar los temas con otros enfoques. Es algo totalmente diferente que nos motiva, inclusive el pasar por un tiempo a tocar en teatros, sentados y en otro plan. No apostamos tanto a la adrenalina de siempre sino a otro tipo de energía. Acá van a pasar más cosas por lo musical y por la capacidad de escuchar otras cosas en el vivo. Van a existir otras texturas de audio que ni la gente ni nosotros estamos acostumbrados a experimentar.

–Veinticinco años es un número muy significativo. ¿Hicieron algún tipo de balance o reflexión?

EB: –El libro nos ayudó a pensar muy bien todo eso. Si bien cada tanto miramos para atrás y sabemos que pasaron cosas, el hacer el libro nos mostró toda la película otra vez. Refrescar todo eso es importante cuando comenzás a mirar el camino recorrido. En algún momento ves esa situación y valorás dónde estás, por dónde pasaste y de dónde venimos. Pero es sólo un ratito eso de mirar para atrás. Lo hacés y enseguida comenzás a mirar para adelante.

–¿Recuerdan la primera vez que vinieron a Argentina?

EB: –Vinimos después de tocar en un festival en Uruguay en el 2000. Nos tomamos el barco y fuimos a tocar a la zona sur del Gran Buenos Aires. Íbamos a tocar en una plaza, en el marco de un festival en Burzaco, pero llovió mucho ese día y tuvimos que meternos en un pool en Adrogué para protegernos de la lluvia. Ese mismo día fuimos a un lugar cerrado que consiguieron los chicos de la banda La Revuelta, tocamos y estuvo buenísimo. Luego vinimos a tocar solos en el pub Oliverio, en Corrientes y Callao. Ya más tarde comenzamos a hacer intercambios con La Zurda, una banda del oeste. Así comenzamos a ser conocidos en el under de acá, cuando en Uruguay ya nos conocía mucha gente. Sin embargo, aquel primer show es algo especial para nosotros, sobre todo para mí que soy argentino. «


Una banda con mucha historia


Las más de 400 páginas de «Memorias del olvido», la biografía de NTVG escrita por Mateo Crespo junto a la ayuda inestimable de los recuerdos de actuales y antiguos miembros de la banda, representan un recorrido extenso y puntilloso por muchos de los sucesos que hicieron del noneto uruguayo uno de los grupos más exitosos de Latinoamérica. Con la ayuda de fotografías poco conocidas, no es difícil imaginarse al lector meterse en el relato que Crespo propone con el correr de las páginas. “Hacer este libro fue un desafío hermoso y motivante. Traté de tener una política de ser sintético y los que lo lean deberán tomarse un tiempo para esto, ya que se trata de un texto con mucha información, data y carga emocional. A la vez el material va acompañado por un gran paquete fotográfico. Todo el proceso fue muy natural y sin inconvenientes porque tuve un lugar de testigo privilegiado para observar a la banda sin que ellos se sintieran observados o intimidados por alguien ajeno. Así que eso me permitió una posición inmejorable para escribir. La premisa era que el libro era de ellos, no el mío, entonces lo que quería es que ellos quedasen contentos con lo hecho y creo que eso fue lo que sucedió», destaca Crespo.

Un Estado libre de la Iglesia

La legalización del cannabis en Uruguay puso al país en el ojo de las consideraciones mundiales, algo que el año pasado también lograron naciones como Canadá. Consultado sobre este fenómeno, Emiliano Brancciari califica como positivos los cambios que impuso la nueva normativa. “Yo no soy un gran fumador, pero es de carácter ordenado dejar de criminalizar a los que suelen fumar o a los que son fumadores estables. Ese mercado negro que era tan grande en el pasado hoy tiende a desaparecer, o por lo menos a no tener tanto peso como antes. Hay muchas cosas que en Uruguay, por ser un país pequeño y con un Estado que no tiene nada que ver con la Iglesia, se pueden desarrollar. En ese contexto, como así también con la problemática del aborto, Argentina está muy atrasada. Pero siento que acá se va camino a eso y no hay forma de volver atrás. Ojalá que estos derechos se conquisten lo más rápido posible», concluye el cantante.


En vivo

No Te Va Gustar presentará Otras canciones el 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de junio a las 21 en el teatro Gran Rex, Av. Corrientes 857.