El próximo sábado 20 el Luna Park será testigo de un hecho excepcional: Los Carabajal festejarán sus 50 años de carrera. Son contadas las formaciones en el mundo que pueden os-tentar semejante logro.»Comenzamos trabajando un 1º de enero en Monte Quemado, Santiago del Estero. A partir de ahí comenzó esta historia de ‘Todo el año es Carabajal'», explica Cali, junto con Musha uno de los históricos del grupo, sobre el slogan que acompaña el festejo de estos 50 años. «Y lo bueno es poder ir a cada lugar a encontrarnos con la gente que nos ha sostenido –continúa–. Hemos pasado por mucho apoyo afectivo. Cuando no sos conocido, de repente la gen-te te brinda un almuerzo, una mesa servida, la cama, y eso tiene un valor muy fuerte para la historia. Porque la cosa sagrada, que es la cama matrimonial, te la prestan para que descansen los muchachos porque han viajado. Te incorporan como si fueras de la familia. Así que esta historia ya no nos pertenece, le pertenece a la gente. Hay gente de todos lados del país que consiguió las entradas y nos manda la foto de los tickets vía Whats-App”, sonríe de satisfacción y alegría Kali.

Hoy recuerda Musha que Los Carabajal «aparecieron en la colita de la década del ’60, que fue furor de la música folklórica», un momento en el que fue difícil hacerse un lugar entre el gusto popular. «En realidad uno no piensa perdurar tanto tiempo –agrega Kali– porque este trabajo te va modelando como persona y a medida que el tiempo transcurre uno va apostando cada vez más al futuro. No es que ahora no disfrutemos, pero en el comienzo disfrutamos mucho de la inconsciencia.» 

Una inconsciencia que no fue irresponsabilidad, sino atrevimiento para ver, asimilar y preguntar a aquellos que consideraban que sabían más –incluso de otros géneros– «para entender y llegar a las nuevas generaciones», dice Musha. Y en esa comprensión estuvo, sin dudas, una de las razones de su éxito de popularidad y permanencia. Porque los encontró preparados para el cambio. «Hay un antes y un después de Como pájaros en el aire (1987) –afirma Musha–. Nosotros veníamos vistiéndonos de gauchos en las presentaciones. Y veíamos que las generaciones nuevas le escapaban a lo tradicional. Y en ese disco,desde el contenido musical, hasta la estética, todo cambió.» Zapatillas, camisas de colores, un sonido con más electrificación y el préstamo impagable de León Gieco, que les cedió su querida guitarra Ovation, resultaron en «12 nuevos temas de los que prácticamente todos se hicieron conocidos» y volvieron a catapultar al grupo en un firmamento que habitarán por siempre.

Un patio santiagueño en el Luna

El show del Luna Park es-tará dividido en cinco blo-ques, de los cuales uno estará dedicados a temas nuevos «ya que será grabado en vivo». «Después estarán las cancio-nes de otras épocas para to-car con todos los exintegrantes que se subirán al escenario –sigue explicando Kali–, por-que también ellos han marca-do alguna época con respecto a las canciones». Será una lista de 53 temas, que calculan les llevará tres horas. «Tenemos que tener cuidado en eso para poder darle las variaciones que nos ayuden a mantener la atención de la gente –señala–. Por eso va a haber distintos bloques de canciones, una participación especial de Luis Landriscina, y vamos a relatar la historia con sus integrantes y las canciones más relevantes de esas etapas.» El toque especial será el ‘Patio Santiagueño’, que hoy por hoy es lo más identificatorio de nuestra provincia. Allá no hay una peña, en el patio están la guitarra, los amigos, el horno de barro. Ahí la gente va a bus-car un patio de tierra, bailar chacarera, escuchar cantores, comer empanadas, tomar un vinito. Todo eso lo traemos al  corazón de Buenos Aires.»