Hasta el 20 de octubre se desarrolla en El Tinglado la IIIº Edición del Festival de Teatro Clásico Universal, una iniciativa que tiene por objeto acercar el teatro clásico al público en general, especialmente al más joven. Con entrada libre y gratuita y la dirección de Eduardo Lamoglia y la Producción General de Natalia De Cicco, este año, entre las obras principales, se encuentran: Macbeth, Quijote, La Fierecilla Domada, Sobre el daño que causa el tabaco; y entre los directores están: Lautaro Vilo, Luis Agustoni, Rita Terranova, Norma Angeleri, Jorge Eines, Eduardo Lamoglia y Manuela Serrano Bruzzo.

“Es una iniciativa que teníamos desde hace un tiempo pero que pudimos concretar en los últimos años -cuenta Natalia De Cicco acerca de la génesis del proyecto-. Es un ciclo que tiene como objetivo principal al público adolescente, por eso a la mañana las funciones son para escuelas de nivel medio y a la tarde para el público en general.”

A la mañana, la función se completa con un taller “en el que se explica el contexto histórico en el que se hizo obra obra, cómo la concibió su autor y una serie de elementos que permiten entenderla mejor”, agrega De Cicco. Y es ahí, según dice, donde el teatro parece hacer realidad todo lo que se dice de él. “La mayoría de los chicos que vienen nunca fueron al teatro. Lo digo porque es una pregunta que se repite en el taller, y muy pocos levantan la mano. Por eso es tan interesante hacerlo en un teatro: no sería lo mismo si llevaramos la función a la escuela. Aquí es un acto vivo, forman parte del ritual, les despierta una sensibilidad distinta, tienen otro estímulo. Todo eso se nota en las charlas y debates que se dan en los talleres.”

Este año, la demanda de las escuelas fue tanta, que el turno vespertino de las 17 también lo ocuparon las escuelas, que reservaron a ese horario ante las localidades agotadas de la mañana, y pese a no tener taller. Por un tema de horario, el festival luego tiene que dar lugar a la programación habitual de El Tinglado.

“Nosotros tenemos un mailing -explica De Cicco- y ahí las escuelas se van anotando y eligiendo la obra que quieren ver, de una oferta que nosotros armamos a partir de las obras de teatro clásico que se están haciendo en el país.” También, en ese mailing, luego los colegios van haciendo sus propuesta de obras u autores sobre los que les gustaría ver una obra. “Por lo general sus propuestas tienen que ver con lo que están viendo en materias como Historia o Literatura; algunos también ese año están preparando una determinada obra y la piden”, señala De Cicco.

El tema de que el espacio haya quedado chico por ahora no se puede solucionar, aunque la idea de abrir otras sedes es algo que entusiasma a los organizadores. El obstáculo principal, como era de esperar, es el financiamiento. Al funcionar bajo la ley de mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires, el dinero que sostiene el festival proviene de donaciones privadas anuales que no siempre son las mismas, pese a que cada año “se van tratando de sumar aportes”. Lo importante por el momento es que el Festival consiguió continuidad y ya tiene su lugar cada dos años.

“Esperamos hacerlo crecer -se esperanza y entusiasma De Cicco-. Ver a los chicos reflexionar profundamente, que te escuchan y se escuchan es un motor de motivación muy grande.” Y contradice, dice, eso de que los chicos “no escuchan”.

Información completa de obras: www.teatroeltinglado.com.ar