La realidad artística de uno de los compositores y bandoneonistas más celebrados de nuestro tango comienza a ponerse de nuevo en contacto con el público. Este sábado Rodolfo Mederos volverá al escenario del Torquato Tasso, a esta altura casi una segunda casa para el músico.

Este regreso se dará de la mano de su trío, que completan Armando de la Vega (guitarra) y Sergio Rivas (contrabajo). “Siempre es auspicioso tocar porque ahí se desarrolla lo que uno hace. Racionalmente, durante estos últimos tiempos es cierto que hubo una postergación, pero como no soy un tipo al que le guste mucho salir de su casa no sentí demasiado al asunto. Un nuevo show como este es un intento por seguir viviendo e ir compartiendo lo que hemos aprendido a hacer”, dice Mederos.

Ampliando sus comentarios, el maestro recuerda que durante los últimos tiempos estuvo tocando pero en formato streaming. “Las funciones que hice antes de esta próxima fecha fueron sin público. En pandemia tuve que suspender viajes y conciertos, así que se puede decir que con público presente no toqué desde el comienzo de toda esta porquería de la pandemia. Tocar pero no ver al público definitivamente no es algo lindo porque hacer música es algo para compartir y sobre todo porque me gusta comunicar y la comunicación implica la presencia del otro, así que volver a tocar con la gente ahí no deja de ser una gran oportunidad de encuentro. El Tasso ha sido el lugar donde pude desarrollarme desde hace varios años y eso incluye mi trabajo con la orquesta típica, con el trío y con Generación Cero, así que la convocatoria para conmigo de parte de ellos debe suponer algún valor. Por otro lado, tocar ahí tiene como virtud que se trata de un espacio que no tiene aspiración alguna de tener una impronta de tango para el exterior o para el turista. No es un lugar para el turismo tangencial. No crítico al turismo porque yo he hecho turismo alguna vez, lo que quiero decir que abordar otra cultura no es algo fácil. En definitiva, en el Tasso me siento muy cómodo”, aclara el maestro Mederos.

“Desde hace un tiempo los seres humanos no hacen lo que quieren sino lo que les conviene y la orquesta típica, por la cantidad de músicos y por otras cosas más, no es conveniente, por lo tanto es un formato de lujo para ciertas situaciones. Generación Cero es una recuperación por abrir ventanas pero sentí que no era el momento para esta situación. El trío es mi visión intima de la música, y ahí se puede sentir lo que le pasa al otro, como una charla de café pero de a tres, así que tocaremos lo que ese momento nos dicte, sin mucho repertorio pensado. Esta formación genera una situación de sinceridad, y ahí uno es lo que es, se muestra verdaderamente. Como todo grupo, el trío me da complicidad por su carácter pequeño, donde hay un metalenguaje porque no se necesita hablar. Ahí existe un canal de comunicación sutil”, sostiene el bandoneonista.

Vacunado con las dos dosis contra el Covid-19, el factor de la pandemia sobrevuela la charla con Mederos. Ahí siempre resalta su reflexión sobre lo vivido y el tratamiento que las autoridades locales le dieron a la compleja situación sanitaria que se vive en estos momentos: “Pertenezco al género humano que siente temor, y si se siente eso no se ignora al enemigo, por lo cual el que no ignora se vacuna, usa barbijos. El que desconoce esto es una persona que tiene tanto miedo que opta por negar lo que acecha. Creo que tengo la porción de miedo para ir a tocar al Tasso pero vacunado, aunque también salgo a la calle y hago cosas de manera racional. Creo que las personas que no hacen esto están desbordados de miedo o tienen una desconexión fuerte con la realidad. Creo que las autoridades manejaron esta situación extrema de buena manera y esto no significa tener una posición partidaria. El cuadro que se presentó en el mundo fue impredecible, y más si tenemos en cuenta que la Argentina no tiene una posición preferencial en el globo terráqueo. Si yo voy a ir a tocar al Tasso es porque se han hecho las cosas lo mejor que se pudieron hacer, y se me ocurre también que puede haber alguien que diga que todo se podría haber hecho mejor. Y sí, porque el mejoramiento es inacabable, sobre todo porque siempre podemos mejorar algo que hemos hecho. Es más, si me preguntás sobre mi música, creo que tendría que tirar todo mi obra y hacerlo de nuevo (risas)”.  


Rodolfo Mederos Trío

Sábado 11 de septiembre a las 21 en el Torquato Tasso, Defensa 1575.