La jetée (El muelle, 1962)

Primera de esta serie de distopías cinematográficas que recorren distintas fantasías catastróficas según pasan las décadas y las épocas. Aquí, luego de una guerra nuclear que devastó al mundo, un grupo de científicos cree que la única manera de salvar a la humanidad de su desaparición es viajar a través del tiempo, pero como el riesgo es alto, envían a un prisionero. Primero lo mandan al pasado: creen que el recuerdo de una imagen de su infancia, la de una mujer que espera en el aeropuerto de Orly (Francia), lo dotará de los atributos emocionales necesarios para tolerar el contacto con los objetos y personas que se encuentre en su viaje al futuro. Maravilla del montaje -está hecho a partir de fotografías fijas-, el film plantea la disociación perceptiva que producen las diferentes dimensiones del tiempo (eso que hoy llamamos autopercepción).

Disponible en Amazon Prime,  Mubi (como El puente) y versión subtitulada gratis en YouTube.

Mad Max (1979)

Un debutante Mel Gibson es uno de los mejores ‘interceptores’ de las desiertas autopistas de Australia, una especie de Far West con línea demarcatoria precisa: más allá de un límite es tierra de nadie; de este lado, el Max de Gibson y sus compañeros mantienen a raya a los que incursionan desde la tierra de nadie para saquear casas y vejar gente. Un mundo que perdió su dirección y se dirige hacia la decadencia total, pero que aún no encuentra otro que lo reemplace. Nada tiene sentido excepto el cariño y el amor de los más cercanos. Un apocalipsis tan distinto como creíble en el último año de la década de los ‘70, cuando todas las utopías habían sido vencidas. La distopía daría lugar a una de las mejores sagas de cine de la historia, en la que, una vez destruida esa frontera, aparecerá una disputa tribal por el petróleo en la segunda (1981) y otras formas de energía en la tres (1985), para habilitar la genial cuarta parte, Furia en el camino (2015), en la que la lucha a muerte es por el agua.

Disponible en Google Play Movies, Apple TV, HBO Max y Movistar Play.

Terminator

Si Mad Max presagiaba lo que le deparaba al mundo la crisis energética, Terminator adelantó algunos de los posibles escenarios a los que se enfrentaba la humanidad ante la irrupción de la inteligencia artificial (IA) y la robótica. Pero no tanto por el desarrollo tecnológico en ciernes, sino más bien por la fuerte fantasía de esa década de que el progreso tecnológico liberaría a hombres y mujeres de la carga del trabajo, y así no habría necesidad de revolución alguna que pretendiera voltear al capitalismo; y entonces, casi que todos viviríamos en un mundo feliz parecido en parte a la distopía de Aldous Huxley de 1932, pero más al realismo de la real politik que luego plasmó doctrinariamente Francis Fukuyama en El fin de la historia (1992). El asunto es que aquí a nuestra heroína Sarah Connor (Linda Hamilton), que anda por la vida penando por no conseguir un hombre como la gente, un día se le aparece un señor de su edad que le dice que conoce a su hijo, y que él (su hijo) lo mandó desde el futuro a salvarla del inminente asesinato que perpetrará contra ella un Terminator, al que le describe según su número de código. Maravilla de la ciencia ficción que sigue el camino de Alien con heroínas en lugar de héroes, y que por eso tiene una fe casi ciega en la especie humana.

Disponible en Google Play Movies, Apple TV, Amazon Prime y Movistar Play.

Niños del hombre (2006)

Una profunda indagación filosófica acerca de qué sería de nosotros si un día la especie no pudiera reproducirse más biológicamente. El gran film de Alfonso Cuarón se ubica en el año 2027 y el ser humano está al borde de la extinción: se ha perdido la capacidad de procrear y se ignora la razón de la esterilidad de las mujeres; incluso falla el procedimiento científico de reproducción. La película comienza su narración con la muerte de un joven de 18 años, la persona más joven de la Tierra. La desesperación de la población mundial está a punto del desborde total. En medio de esa situación, Julian (Julianne Moore), llama a Theo (Clive Owen) -un desilusionado activista radical de Londres convertido en burócrata- para que proteja a una mujer que muy probablemente pueda procrear. Ella y él (Moore y Owen) son de los pocos conscientes de que no sólo lo que hay es un problema a futuro (no poder reproducirse) sino un terrible problema presente: ¿cuál es el sentido de todo si lo que se hace y transmite no será abrazado y disfrutado por nadie? ¿Cómo sobrevive en el presente una cultura que no puede dejar legado?

Disponible en Apple TV y Google Play Movies.

Los juegos del hambre (2012)

Panem es lo que quedó de Estados Unidos después de décadas de guerras y matanzas. Está dividido en doce distritos, cuyo centro de poder es el Capitolio, una ciudad-estado gobernada por el presidente Coriolanus Snow. Había uno más, el 13, que fue destruido hace 100 años porque se había rebelado al estado de servidumbre que le imponía el Capitolio; como recordatorio para evitar otros futuros levantamientos, el Capitolio creó Los Juegos del Hambre: los 12 distritos deben enviar dos participantes, un chico y una chica con edades entre los doce y los dieciocho años, para que luchen a muerte hasta que quede uno solo; es decir, llegado el caso tendrán que eliminar a uno de los propios. Mientras, el resto de los habitantes de Panem siguen las alternativas de los juegos por televisión. Ese es el panorama ante el que abrió los ojos como dos huevos fritos la generación centennial: allí estaba el futuro que ellos percibían en su presente. Trabajos esclavos (forma ficcional de hablar de los trabajadores en blanco que igual son pobres, o del trabajo de plataformas, incluso de la llamada economía gig), un estado de creciente autoritarismo, lazos sociales de una precariedad cercana al terror. Como en Terminator, será una heroína, Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) quien sintetice las esperanzas de la humanidad.

Disponible en Google Play Movies, Netflix, Amazon Prime Video y HBO Max.