El regreso de Stranger Things a Netflix, con su tercera temporada, es el suceso que los aficionados al mundo de las series estaban esperando hace poco más de un año y medio. Misterio, ciencia ficción y ciertos guiños al terror de los ochenta son los condimentos esenciales de la producción del momento.

Un joven llamado Will Byers desaparece misteriosamente. Desde allí su madre y sus amigos Mike, Dustin y Lucas emprenden la búsqueda. Al mismo tiempo irrumpe en sus vidas Eleven, una silenciosa niña que no se sabe de dónde viene y que sorprende al desplegar poderes sobrenaturales. Así comenzó la historia en su primera temporada y supo atrapar audiencias de todo el mundo.

El hilo argumental se asienta en las vivencias de este grupo de amigos ante situaciones inexplicables. Desde la desaparición de Will y las señales que su madre creía percibir, estas «cosas extrañas» devinieron en un encuentro con lo desconocido.

En esta tercera temporada de ocho capítulos se apuesta por el afianzamiento de las relaciones mediante desencuentros amorosos y tensiones propias de la amistad. Al tiempo que las intrigas parten de unos mensajes en ruso que recibe Dustin en su radio. Ambientada en el verano de 1985 aparecen estos guiños a la inminente apertura y el deshielo de la guerra fría. El cuidado de los detalles históricos y las estéticas sociales también aparecerán en las tecnologías, los peinados, las vestimentas y hasta en la manifiesta irrupción de los centros comerciales.

A la vez, la historia de estos jóvenes se focaliza más en un rito de iniciación donde las primeras experiencias ante la valentía, el miedo, el compañerismo y el amor se atraviesan en conjunto.

Desde su comienzo, fue Stranger Things la serie que supo renovar el furor por la década de los ochenta. Donde Dark, Narcos, The American, Wild Wild Country y hasta el regreso de It al cine, también constituyen una condición de posibilidad para el éxito de historias en tono vintage. En cierto modo el público de 35 a 45 años que transitó su infancia y su adolescencia en los ochenta ve en estas ficciones una cantidad de signos que provocan nostalgia. Éxitos de la música pop, sonidos de bicicletas, videojuegos arcade, además de una atmósfera propia de las películas de ciencia ficción y terror de la época, proponen leer los ochenta en clave cultural y dimensionar el lugar que juega en la identidad de las audiencias.

Desde su irrupción en julio de 2016, Stranger Things se presentó como algo distinto. Enseguida recibió críticas muy favorables y el saludo de Steven Spielberg y de Stephen King, entre otros grandes de la industria. En un principio, se trata de una ficción poco cliché y que a la vez retoma a modo de cita ciertos indicios de clásicos del cine y la televisión. Los Casafantasmas, ET, Volver al futuro aparecen en indicios explícitos o implícitos. A su vez, logra contar una historia original pensada para la distribución por streaming y construida para ver en maratón. Con un elenco coral de jóvenes y la actuación de figuras experimentadas como la inefable Winona Ryder, en su primera temporada logró posicionarse como una de las más vistas de Netflix y de las más aclamadas en eventos como Comic Con.

Con su segunda temporada logró afianzar algunos protagonismos, consagrar a los actores juveniles como nuevos influencers y apostar a más corriendo el umbral de la ciencia ficción. En la tercera temporada, los seguidores pueden esperar ser sorprendidos por una ficción que ha demostrado que se asienta en la creatividad más que en otra característica.

Despliega asimismo un nuevo star system encarnado en Millie Bobby Brown, Finn Wolfhard, Noah Schnapp, Gaten Matarazzo y Caleb McLaughlin, talentosos jóvenes que vemos crecer junto a la historia. Desde estos personajes más afianzados, la tercera temporada promete seguir develando misterios que abrió hasta ahora y que tienen a los fanáticos elucubrando teorías. «

En foco


Guión y dirección: Martt y Ross Duffer. Elenco: Wynona Rider, David Harbour, Finn Wolfhard, Millie Bobby Brown, Noah Schnapp, Gaten Matarazzo, Caleb McLaughlin, Natalia Dyer y Charlie Heaton. Por Netflix