“Siento como si los tres fuéramos uno, y cada uno tiene su personalidad, porque somos todos de diferentes lugares del mundo, diferentes culturas, pero en el arte, ahí, somos uno”. Así se refiere Marcelo Nisinman al trío que lleva su nombre. Y en parte –solo en parte– es una explicación del sonido del fantástico Der makabere Zirkus (El circo macabro), que amerita decir que merece ese calificativo en parte por la extraordinaria factura de ese trío (que completan Alberto Mesirca en guitarra y Winfried Holzenkamp en contrabajo), que suena con la homogeneidad y la multiplicidad de las que es capaz de tener un solo ser. La otra parte de la explicación es que el disco tiene una fantasía pocas veces vista (mejor dicho, escuchada): “Nos conocemos desde hace muchos años –completa Nisinman–. Y cómo yo concibo la música, la composición; no escribo de la manera tradicional: solo de bandoneón, y el solista, ta ta ta; escribo la obra pensando que la tenemos que hacer entre los tres. Y el resultado es que ellos le dan una lírica y una poesía que supera todo lo que yo me puedo imaginar al escribir. Y esto lo digo porque es así”.

El disco tiene diez temas pero parece una sola pieza, un solo tema que anda arbitrariamente, pero con un sentido; y te lleva. Quería saber si había algo de eso y era una intención. «Es así. Quería que, a la manera de los ’70, fuera un disco conceptual; y los temas mismos son un poco conceptuales. Entonces pensé como un pequeño concierto, en el que es importante el orden de las piezas porque es como si tuviera que hacer un concierto con el trío. Y lo haría en ese orden, tal cual como está en el CD. Me gusta el contraste, lo que es la música barroca, mi música con toda esa libertad y los tangos arreglados, me gusta eso. Creo que eso le da mucho contraste según en el orden que presentes las obras, y, obviamente, según cómo está escrita cada una de ellas. Pero no es como la Rayuela de Cortázar, que podés entrar por cualquier parte. Funcionan bien en el orden en que están, y antes y después de cada tema; si no, ponele que ponés dos obras barrocas juntas, ya el sentido de esa repetición te lleva hacia otro lado».

Esa meticulosidad, sin embargo, está acompañada de improvisación. Aunque pensándolo bien, no hay ningún sin embargo: esa obra expansiva que es Der makabere Zirkus debe el sonido que logra su interpretación gracias a la improvisación. “Hay muchos momentos así. Por ejemplo en ‘Humanos e Insectos’, donde hay mucho lugar para la improvisación; la introducción de ‘Los mareados’ es improvisada. Hay momentos de improvisación y eso me gusta mucho también. Pero no es la improvisación tradicional, ni la del tango, la música en esos sentidos tiene muchos espacios que, si querés, podés llamarla aleatoria de alguna manera”.

Der makabere Zirkus fue editado hace escasos días, pero fue grabado en mayo del año pasado, poco después de Franz (2019), otro gran disco de Nisinman. El músico lleva casi 20 años radicado en Europa, pero sus composiciones (alguna vez emparentadas con ciertas formas piazzollianas) mantienen un inconfundible acento porteño: «Siempre me pareció que la música de Piazzolla venía de la Italia muy profunda y era muy porteña; y creo que esa es una de las claves: es muy difícil ser otra persona, casi no tendría sentido desde el punto de vista personal si uno pretendiese ser otra persona, no importa si es Piazzolla o Borges, es una tarea que no sé si es posible realmente. Hace falta un equilibrio. Tampoco se puede creer que por ser uno mismo se va a ser original. No se puede cambiar lo que no se conoce bien, hay que conocerlo: hay que conocer bien a Piazzolla, el tango tradicional y todas las cosas que tienen que ver con la idiosincrasia y la cultura argentinas. Y con mucho estudio, uno ahí tiene alguna chance, eventualmente, y conociéndose a uno mismo, de hacer algo original. Y es una chance, no quiere decir que vaya a suceder. Después, el tiempo dirá cómo se valora eso”.«


Der makabere Zirkus

Marcelo Nisinman Trío. Alberto Mesirca (guitarra eléctrica y guitarra clásica), Winfried Holzenkamp (contrabajo, ukelele y voz), Marcelo Nisinman (bandoneón, composiciones y arreglos).