“¿Qué es un periplo?”, pregunta una niña unos minutos antes de ingresar a la sala. “Un viaje, también es un camino”, arranca su acompañante mientras señala la gigantografía de Ligeros de equipaje en el pasillo de El camarín de las Musas (Mario Bravo 960). “Puede ser en barco o un viaje por muchos países”, le aclara sobre este camino que se avecina con colores vivos, lanas tejidas a crochet y paños circulares. “¿Y qué quiere decir “agotadas”?” “Bueno, agotadas significa muy cansadas, vos ya escuchaste eso muchas veces”, le recuerda, “pero acá significa que no hay más entradas porque a los chicos y a las chicas les gusta mucho”. Y remata: “ligero puede ser rápido pero también sin tanto peso”. “Ahhhh, claro sentirte más liviana te hace bien”, responde la niña acariciando la sorpresa.

Los saltos, las corridas y las preguntas se están por aplacar o (casi) silenciar cuando todos los niños y niñas, mamás, papás, tías y abuelos ingresan a la sala semioscura, acompañados por música de presentación y tonos rojos de fondo. Un cartel escrito a mano destina un punto de llegada misterioso: “Para andar ligero”, dice por detrás de un piso con casilleros vivos de lanas y paños con las distintas paradas. Está por comenzar esta nueva obra dirigida por Paula Sánchez, que no faltará de música en vivo (composición Marina Baigorria) y búsqueda filosófica para saltar un rato de vida con libertad, humor y mucho juego. Presentada por Casa de Títeres, la cálida bienvenida de Daniela Fiorentino anuncia que nos preparemos para acompañar el viaje de la Compañía Ligeros de equipaje que está festejando su cumpleaños número diez y el aplauso de niñas y niños acompaña la felicidad.

Ramona Simona Catel y Ana Juana Miniplana (María José Colonna y Valeria Zlachevsky) activan su brújula y sus micrófonos. Con esos recursos y otros muy extraordinarios irán cumpliendo cada paso de la ley de la rueda, para “seguir el viaje buscando y jugando un juego que aligere mi equipaje” (diseño de objetos Esteban Autiero, escenografía: Analía Gaguin). Cada una con su estilo, su ropa cómoda y sus valijas, exhibirán su carácter: Ramona busca coincidencias, a la vez que Ana Juana se destaca por ir por caminos transitados. Y, a pesar de que podrían chocar, ambas van a  corresponder, pasando los casilleros-obstáculos entre canciones y metáforas en acción: “soltar el peso, soltar el tiempo”, “renovar la actitud, “desprenderse de lo viejo” o “estar estando y desenojarse”.

Esta obra para niños de distintas edades propone cambiar los estados y destapar los sentidos, haciéndoles al honor, la dignidad y la libertad su mejor homenaje con cantos vivaces y pantallas mudas. Cuando está por terminar el camino filosófico, después de unos cuarenta minutos, y el despliegue de los objetos muestra su máximo esplendor, llega al escenario majestuoso el grito de un “te quiero” de un niño que ya transitó el casillero del tiempo, y entró al juego afectuoso de la aventura sin perder su turno. En “Para andar ligero” todos viajan y atienden, saltando desde la casilla cada paso de este periplo musical, sin peso pero con risa, amor y participando de este juego de escena renovador y deleitante al corazón.

Para andar ligero. Periplo musical se presenta el jueves 26 a las 16 y los domingos a las 16 en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Autoras: María José Colonna, Valeria Zlavesky y Paula Sánchez (dirección y puesta en escena). Si sos socia o socio de Tiempo podés elegir dos entradas para este jueves y domingo. No te la pierdas!