Antonia “Toti” Orellana es la ministra más joven del Gabinete de Gabriel Boric en Chile. Tiene 32 años, es periodista, madre y lidera el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Tiene su oficina en La Moneda y es una de las 14 mujeres que ocupan más de la mitad de los 24 puestos ejecutivos de la nueva administración. Es una de las fundadoras del partido Convergencia Social que ganó las elecciones y tiene a cargo una cartera clave en lo que Boric llamó un “gobierno feminista”. Orellana estuvo de visita en Argentina con la comitiva oficial y habló con Tiempo Argentino.

–¿Cuáles son los ejes de acción del Ministerio?

–Nos pusimos tres desafíos principales. El primero es la recuperación del empleo femenino. Retrocedimos diez años en inserción laboral femenina, que ya era de las más bajas en Latinoamérica. Sin autonomía económica y capacidad de movilizarnos y tener libertad, todo el resto se pone en duda. En segundo lugar, queremos darle inicio a la discusión del Sistema Nacional de Cuidados. Y, en este año en particular, nuestro objetivo es lograr la sanción de la Ley Integral de Violencia contra las Mujeres. En Chile no tenemos un instrumento integral.

–La dirigente estudiantil Emilia Schneider es la primera persona transgénero en ocupar una banca en la Cámara de Diputados. ¿Cuál es la importancia de que esas voces tengan representación parlamentaria?

–Tenemos una bancada disidente que está compuesta por lesbianas, mujeres bisexuales y trans. Emilia lidera esta bancada y estamos seguras de que vamos a abrir caminos. Actualmente, no hay en Chile una agencia, institución o ministerio que se haga cargo de las deudas o demandas de la población LGTBIQ+, a diferencia de Argentina, y es una de las misiones del Ministerio. Empezamos un proceso de discusión con la comunidad y sus instituciones el 31 de marzo, que fue el Día de la Visibilidad Trans. Izamos por primera vez la bandera trans en La Moneda y por primera vez personas travestis y trans entraron al Palacio de Gobierno. Lo hicieron para anunciar que vamos a trabajar juntas para resolver dos nudos principales: dónde se aloja la institucionalidad que va a crear política pública y cómo va a ser ese acceso a derechos. ¿Va a ser universal? ¿Fiscalizado ? ¿Por dónde vamos a partir?

–La Convención Constitucional ya tiene el borrador del texto sobre aborto que se plebiscitará. ¿Cómo se llegó a esta instancia?

–El proceso constituyente tuvo espacios de participación popular. Las personas podían plantear iniciativas populares que podían ser adheridas por la ciudadanía a través de su clave única digital. La iniciativa de la norma “Será ley”, que fue impulsada por el movimiento de mujeres y es el equivalente a la Campaña por el Aborto de Argentina, obtuvo los patrocinios necesarios, las 14 mil firmas. Fue la primera iniciativa en conseguirlas y fue discutida a pleno, aprobada con más de dos tercios y pasó al borrador de la nueva Constitución. Lo que resta ahora es que en julio termine el trabajo de la comisión. Tenemos un texto, y ese texto va a ser plebiscitado el 4 de septiembre.

–¿Qué mirada tenés sobre la disputa por los derechos de las mujeres y diversidades en América Latina?

–Nosotros sabemos que, como decía Simone de Beauvoir, basta una crisis para que nuestros derechos y nuestras conquistas se pongan en duda. Y cuando eso se pone en duda en un país, como ocurrió en Brasil, envalentonan a quienes quieren ponerlo en duda en otros lados . Por lo tanto, tenemos que estar siempre trabajando en conjunto, interconectadas regionalmente y globalmente por defender los derechos. La idea que trabajamos en toda la campaña es que todas las mujeres, de todas las edades, son el motor de los movimientos de transformación. En sus distintas expresiones, en los movimientos populares o también en los espacios donde nos organizamos y vamos accediendo al poder de gobierno. Si hay un camino que se está abriendo para nuevos liderazgos es a través del impulso de los feminismos.

–¿Cuál es la importancia de los feminismos populares?

–Además de mi militancia en Convergencia Social, vengo de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, una organización de base que creó el primer registro de femicidios. Conozco muy bien la importancia de ese trabajo de hormiguita que se hace en la base. Todo esto que nosotras estamos trabajando ahora desde otro lugar, que es el Ministerio, no tiene forma de llegada. Las organizaciones de mujeres son el puntal que va abriendo camino y que también nos va recordando cómo algunas cosas de las que creamos necesitan ser mejoradas. Fue muy rico ir a la Villa 31, esa diversidad de las organizaciones de mujeres. Sé que Argentina tiene un movimiento de mujeres muy diverso y potente. En Chile trabajamos desde la idea de la «politización feminista», que tiene que ver con que no necesariamente todas se sienten parte del movimiento, pero sí todo el ruido que estamos haciendo les llega y les empieza a generar un cuestionamiento desde su experiencia vital a cómo está estructurado el orden de género y capital.  «

Un plan urgente y necesario

La ministra Orellana adelantó que trabajan en un programa a largo plazo para implementar un Sistema Nacional de Cuidados. Requiere la misma inversión que se utilizó para crear el Servicio Nacional de Salud.


«Pensamos en un sistema que entregue cuidado social: infraestructura pública de cuidado y también apoyo al cuidado de crianza domiciliaria, al amparo de la familia. Que se extienda a todo el ciclo vital. Es un presupuesto en términos de infraestructura, construcción, pero también creación de nueva institucionalidad. La Constituyente está discutiendo el derecho al ciudadano y esperamos este año concluirlo con un consenso de los lineamientos generales para poder empezar con una ley. Tenemos la determinación de empezar a hacerlo por las dos puntitas de la vida: ampliar ‘Chile crece contigo’, el programa de protección de la salud de la primera infancia, y ampliar el apoyo a personas mayores, centros de demencia diurna y establecimiento de larga estadía».