La prohibición del lenguaje inclusivo en CABA sumó nuevos e insólitos capítulos en las últimas horas. Primero, con la presentación del jefe de gabinete, Felipe Miguel, en la Legislatura porteña, donde defendió la medida; y luego con la postura del gobierno de la Ciudad ante la Justicia, manifestando que «los usos del lenguaje en la enseñanza de la lengua en la educación no son terrenos donde los/las docentes puedan imponer sus preferencias lingüísticas particulares». Y, de manera llamativa, habló de la libertad del alumnado: «las/os docentes en el ejercicio de sus funciones deben hacer uso de las reglas del idioma español, su gramática y los lineamientos oficiales para su enseñanza, respetando la libertad de los/las estudiantes”.

Luego de la resolución de la ministra de Educación Soledad Acuña, en la que prohíbe el uso de la «e», la «x» o el «@» en los ámbitos educativos de los tres niveles, se presentaron una decena de amparos, reclamando la inconstitucionalidad de la medida: la consideran discriminatoria, por vulnerar la libertad de expresión y el derecho a la identidad, y por ir en contra de la propia ley de identidad de género, que incluye a personas que no se reconocen en los géneros femenino y masculino.

La jueza en lo contencioso administrativo y tributario Romina Lilian Tesone, quedó a cargo de la causa, que la toma como una demanda colectiva, y dio la posibilidad de que durante diez días se presente a dar su testimonio todas las personas implicadas.

Ante ella realizó su presentación la Procuración General porteña. En el escrito sostiene: «Los usos del lenguaje en la enseñanza de la lengua en la educación no son terrenos donde los/las docentes puedan imponer sus preferencias lingüísticas particulares y que un adecuado desarrollo del lenguaje, facilita el aprendizaje, siendo éste la base del rendimiento escolar”.

En la presentación de la Ciudad surgen dos argumentos tan llamativos como endebles: por un lado, como viene insistiendo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, relaciona el uso del lenguaje inclusivo a una falta de aprendizaje de las y los alumnos. Y por el otro, sostienen que dictaron la medida en nombre de «la libertad» de las chicas y los chicos.

El texto de la Procuración afirma que con la pandemia, muchos alumnos ingresaron a primer grado sin los hábitos que se aprenden en sala de cinco años como el uso de lápiz y cuaderno, también el desconocimiento de las vocales y la imposibilidad de escribir su nombre. Y da cifras supuestas: en alumnos de segundo grado, más del 50 por ciento volvieron a las escuelas sin saber escribir y aproximadamente el 40 por ciento de chicas y chicos de sexto y séptimo grado tuvieron dificultades para tomar notas y en la comprensión de textos.

Ante eso, “resulta fundamental estudiar correctamente la gramática y la función lingüística ya que permite a los/las estudiantes mejorar el uso de la lengua en aspectos como la ortografía y la fonética”.

«A los fines de llevar adelante el proceso de enseñanza y aprendizaje de las/os estudiantes y en relación a la comunicación institucional, las/os docentes en el ejercicio de sus funciones deben hacer uso de las reglas del idioma español, su gramática y los lineamientos oficiales para su enseñanza, respetando la libertad de los/las estudiantes”, acotó el escrito. Y por eso todo la comunicación institucional debe ser “respetando las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza, a los fines de favorecer los aprendizajes, a cuyo fin se agregan las guías elaboradas y ya mencionadas para una comunicación inclusiva”. 

En el recinto legislativo de la Ciudad también apareció el Ejecutivo defendiendo la medida, relacionándola de nuevo a un bajo nivel de aprendizaje de las y los chicos. Este martes, Felipe Miguel sostuvo: «si los chicos tienen dificultades para leer de corrido, no es momento de debatir el cambio de letras». Y acotó: «las evaluaciones educativas nos demostraron que los peores resultados se dieron en la comprensión lectora donde, en promedio, retrocedimos casi cuatro años. Por eso, a la par de estas medidas, decidimos regular el uso de la e, la x y el arroba por parte de los docentes durante el proceso de enseñanza y en las comunicaciones institucionales».

“Hoy llegamos a esta Legislatura viendo en grandes carteles luminosos que hoy es el Día del Orgullo. Sin embargo, en el Día del Orgullo LGBTIQ+, el Jefe de Gabinete vuelve a fortalecer el planteo de la ministra Acuña en contra de algunas de las formas del lenguaje inclusivo que, justamente, permiten nombrar a las personas no binaries”, expresó la diputada porteña Laura Velasco (FdT), y agregó: “Esto es muy grave porque de lo que se trata es de ocultar los malos resultados  educativos que son parte de su gestión y consecuencia de haber recortado 12 puntos porcentuales del presupuesto educativo en la Ciudad desde 2008, de tener escuelas sin gas porque no hay inversión en infraestructura escolar, de la falta de vacantes y de no haber tenido computadoras y conectividad en tiempos de pandemia para garantizar la continuidad escolar, además de la mala alimentación».