La presencia de ratas en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires comenzó con un par de denuncias que parecían aisladas y en pocos días se transformó en un tema que preocupa a miles de familias de la comunidad educativa. El ministerio que conduce Soledad Acuña, desbordado por las denuncias recibidas, comenzó a enviar gatos a diferentes establecimientos educativos para “solucionar el problema”. Las primeras escuelas que recibieron un felino fueron el Colegio N° 16 Guillermo Rawson; el Liceo 11 Cornelio Saavedra; y el Colegio N° 12 Reconquista. Todos funcionan en la esquina de Av. Triunvirato y Dr. Pedro Ignacio Rivera del barrio de Villa Urquiza.

La semana pasada, la cartera educativa envió otro gato a la Escuela Museo de Bellas Artes Nº1 D.E. 12 «Gral. Justo José de Urquiza», donde la directora exigió el retiro inmediato del animal. Hasta la fecha son 106 las instituciones educativas que denunciaron la presencia de ratas, que se encuentran en 17 de los 21 distritos escolares.

La plaga de roedores en establecimientos educativos siempre fue un tema sanitario. Las escuelas con falta de personal auxiliar y el envío de pocos insumos para la limpieza, padecen las consecuencias de una situación que se arrastra desde hace años pero que se profundizó en las últimas dos gestiones de Rodríguez Larreta.

“En apenas 20 días más 54 denuncias y siguen llegando. Es vergonzoso que docentes y estudiantes tengan que enseñar y aprender en estas condiciones en el distrito más rico del país,  con un presupuesto de 2 billones de pesos para este año”, señala a Tiempo la legisladora porteña del Frente de Todos Laura Velasco, que hace tres semanas creó el “mapa de la rata” en escuelas de la Ciudad. De total de denuncias recibidas, se confirmaron que, hasta la fecha, hay 106 establecimientos educativos afectados, que se ubican en 44 edificios ubicados en 17 de los 21 distritos escolares.

“Hay desidia, abandono y falta de financiamiento. En 16 años de macrismo, la educación perdió más de 10 puntos respecto al presupuesto general. Hay subejecución en infraestructura y mantenimiento escolar y, este año, nos enteramos que recortaron más de 700 millones de pesos destinados a tareas de limpieza, aseo y mantenimiento de escuelas”, agrega Velasco

La comunidad educativa señala que al problema presupuestario se suma la falta de escucha por parte de la ministra Soledad Acuña. La respuesta del gobierno porteño frente a esta problemática sanitaria es nula para algunos y demasiado lenta para otros. Hay escuelas que tienen ratas desde febrero de este año y otras desde septiembre del año pasado. Pero recién estos últimos días que el tema fue difundido por Tiempo y que rebotó en varios medios intentaron mostrar interés sobre el tema y decidieron enviar un gato a cuatro establecimientos educativos.

¿Falta de pago a empresas que desratizan las escuelas?

Algunas de las escuelas porteñas que denunciaron presencia de ratas son: el Jardín de Infantes Común N° 03/16° Mafalda; la Escuela N° 2 D.E. 21, Eduardo Luis Vicente; la Primaria Común N° 06 Manuel Dorrego; la Escuela Primaria Común N° 16 Jose María Ramos Mejía y la Escuela Primaria N° 12 DE 19. Entre otras se encuentran la Escuela N° 4 D.E. 16 Álvarez Thomas; la Primaria  N° 17 Blas Parera; el Normal Superior «Lenguas Vivas», Nº 1; la EEM Nº 2 DE 19 Arturo Jauretche y la Escuela Nº 3, D.E. 16.

“Si bien en estos últimos días no se ven ratas ni excrementos, hay que destacar que la directora no permitió a la empresa tercerizada que se lleve los cebos, porque venían los colocaban y los sacaban a las 48 horas”, cuenta a Tiempo Diana Quintana, presidenta de la cooperadora de la Escuela Museo de Bellas Artes Nº1 D.E. 12 «Gral. Justo José de Urquiza». A esa institución asisten alrededor de 270 estudiantes y muchas familias decidieron no seguir enviando a sus hijos hasta que se solucione el problema de fondo. Las ratas se comieron los cuadernos y libros de los estudiantes, colchonetas, llenan de excremento sectores públicos, y hasta una nena de primer grado agarró una laucha con la mano.

“Estas empresas privadas que realizan la desratización, nos contaron que muchas veces el gobierno porteño no les paga, entonces vienen dejan el cebo unos días, los retiran y no vuelven más. Es por eso que ahora la directora no les permite el ingreso para que no retiren los cebos”, agrega Quintana y termina: “la semana pasada vino una funcionaria de Escuelas Verdes del Ministerio de Educación porteño, y le avisó a la directora que iba a venir una rescatista a traer un gato. La funcionaria trajo una bolsita pequeña de comida, piedras y una caja. A la tarde vino la rescatista con el gato en una jaula y la directora les dijo que no se podía quedar este gato en la escuela porque no tenemos quien lo cuide, y que era una locura tenerlo encerrado y largarlo cuando no estén los chicos, así que se lo llevó”.