Hace exactamente un año, en plena pandemia de coronavirus, Florencia Gómez salió a caminar en las afueras del pueblo de San Jorge, en Santa Fe. Desde que se había instalado la cuarentena lo hacía con frecuencia, en general acompañada. El mediodía del 12 de octubre de 2020 estaba sola. En ese ámbito rural y solitario fue hallado su cuerpo, asesinado a golpes. Material biológico hallado bajo una de sus uñas dio indicio de que pudo haber intentado defenderse del ataque, aunque no está claro si además hubo una agresión sexual. Ese material se cotejó con 32 ADN de personas de su entorno o posibles sospechosos. Todos dieron negativo. Mientras se espera otra decena de estudios, la familia apela a que alguien hable y los espacios de militancia a los que pertenecía advierten que el femicidio pudo haber sido un mensaje. La mujer, de 35 años y mamá de dos nenas pequeñas, trabajaba para que en su pueblo hubiera un espacio de defensa de los derechos de las mujeres.

“Su trabajo era volcarse al área de género de San Jorge, sobre violencia de género, un área que casi no existe acá. Asesinan a una chica, una piba, una hermana, cada 30 horas en la Argentina, entonces es un trabajo de sumo peligro. Hay violentos que continuamente pasan la raya. No descartamos que se haya involucrado en defender a alguna mujer violentada y eso le haya costado la vida”, dice Diego Urteaga, uno de los hermanos de Florencia. Conforme con la investigación que lleva adelante el fiscal Omar De Pedro, plantea que este martes –como cada día 12- familiares y agrupaciones en las que participaba su hermana salen a “reafirmar el pedido de justicia, pero sobre todo para seguir haciendo hincapié en el mensaje: alguien tiene que saber algo, haber visto o escuchado algo”.

“Creemos que el autor está en la zona. Creemos que ella pudo haber conocido al agresor, que pudo haber sido más de uno. Fue ultimada con una piedra y esto puede responder a un mensaje de tipo violento, mafioso, de poder. No creemos que sea azaroso pero tampoco lo podemos descartar. Creemos que puede haber otro trasfondo y tenemos más que un argumento para eso, pero faltan eslabones. Por eso apelamos a la sociedad de San Jorge, porque alguien tiene que saber algo”, insiste, en diálogo con Tiempo.

Esta tarde el pueblo marcha, como lo viene haciendo desde hace un año. El caso sacudió a esa comunidad: un femicidio en un ámbito rural, tranquilo, y una víctima perteneciente a una familia muy conocida en la zona y en pueblos aledaños. “San Jorge está paralizada de miedo, en los pueblos y ciudades chicas se sabe todo. Quién es violento, quién está en la droga. La piedra pudo haber venido de un montón de lugares. No vamos a bajar los brazos. Lo de Flor se transforma en el grito y el reclamo de una sociedad donde cada 30 horas matan a una mujer. Algo está mal y trasciende a Flor, son muchas Florencias”, lamenta uno de sus hermanos.

Por su parte Rebeca Barberán, compañera de militancia de Florencia Gómez en el Partido Comunista, cuestiona que “la investigación que se abrió el año pasado sigue sin ningún resultado. Sin ninguna línea firme. Se hicieron extracciones masivas de ADN y dieron resultado negativo. Estamos a la espera de algunos resultados más y no han informado ningún tipo de avance en otra línea”. Ese espacio político quiso participar como querellante en la causa, pero fue rechazado. Tras la apelación de esa decisión, desde principios de este año esperan ser convocados para insistir con su pedido.

“Este crimen rápidamente se caratuló como femicidio y es correcto. Cuando nos enteramos salimos a reclamar eso y se logró. Pero particularmente el asesinato de una dirigente política que aspiraba a un lugar en la concejalía de su pueblo es mucho más que su asesinato: es una señal aleccionadora. Nos quieren en nuestras casas, calladas, asesinaron a una persona que luchaba por nuestros derechos”, remarcó Barberán. Y pidió “justicia para sus hijas y para un pueblo que todavía tiene un femicida caminando en sus calles”.

Según la familia de Florencia, la complejidad del caso “sorprendió a los propios investigadores”. Por el lugar donde se halló el cuerpo, en un camino rural, no hay cámaras de seguridad ni se localizaron testigos. Por la cantidad de interrelaciones personales, laborales y de militancia que tenía la joven mamá, el abanico de posibilidades resultó inmenso y dio lugar a decenas de extracciones de ADN, sin resultado hasta el momento. Las pintadas y el cartel con su foto y el pedido de justicia están por todo el pueblo y en localidades vecinas, que esta tarde marcharán en caravana, mientras que a las 17 en Plaza de Mayo habrá una jornada de homenaje y reclamo organizada por el Partido Comunista.

A un año del femicidio, las actividades durante el fin de semana incluyeron un mural en su honor en la plaza Sarmiento, más conocida como la Placita del Che, uno de los lugares donde Florencia desarrollaba sus actividades por un mundo menos violento.