A 17 años de la Masacre de Avellaneda, compañeros y familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki realizan una movilización en el Puente Pueyrredón en reclamo de juicio y castigo a los responsables políticos de la represión en la que fueron asesinados los dos jóvenes militantes. Gendarmería desplegó un fuerte operativo para evitar el corte del Puente y Putiliza una valla de contención china que se utilizó para reforzar la seguridad durante la cumbre del G20, el año pasado.

El Frente Darío Santillán, el Movimiento Teresa Rodríguez, el Movimiento Popular La Dignidad, el Frente de Organizaciones en Lucha son algunas de las organizaciones convocantes bajo la consigna «Los asesinos de ayer no pueden ser los salvadores de hoy”.  El pasado martes por la tarde se llevo adelante  una jornada cultural en la estación Darío y Maxi, seguido de una marcha de antorchas hasta la base del puente.

Desde las 10, organizaciones sociales y organismos de derechos humanos se concentraron en la avenida Yrigoyen (ex Pavón), cerca de la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (ex Avellaneda). A parir de  las 12 se realiza el acto central en el puente, con el cierre de  Leo y Alberto Santillán, hermano y padre de Darío, respectivamente.

El 26 de junio del 2002, bajo el gobierno del presidente Eduardo Duhalde, y de Felipe Solá como gobernador bonaerense, organizaciones piqueteras se movilizaron en reclamo de aumentos salariales, subsidios para desocupados y alimentos para comedores, pero en cercanías de la estación Avellaneda un operativo de seguridad derivó en una represión y el asesinato de ambos militantes. Ese día, otras 90 personas resultaron heridas, más de 30 con balas de plomo, y arrestaron a otros 150.

Por el hecho fueron condenados a cadena perpetua los ex policías de la bonaerense Alfredo Fanchiotti, jefe del operativo represivo, y Alejandro Acosta, y otros 5 policías recibieron penas menores. Sin embargo, los responsabilidades políticas de la represión nunca fueron investigadas en la justicia.