No es una novedad, más bien un modus operandi ejecutado por el  oficialismo porteño cuando está en “modo campaña”. Ante cualquier iniciativa lanzada por el Gobierno Nacional o Provincial, busca diferenciarse parándose en la vereda de enfrente. Tras la difusión del proyecto que intenta bajar la repitencia en la provincia de Buenos Aires, el “larretismo” pretendió descalificar las políticas educativas de la gestión de Sileoni aduciendo una supuesta “ley del menor esfuerzo”. El proyecto que está, en pleno proceso de análisis, no se implementará este año, y tiene un solo objetivo: que los jóvenes no abandonen la escuela, permitiendo que adeudaran una materia hasta por tres en el nivel medio. Una de las voces más críticas de esta iniciativa fue la de la ministra porteña, Soledad Acuña, que aseguró que “lo que hace el kirchnerismo en las escuelas es populismo educativo: promueven la ley del menor esfuerzo y nivelan para abajo”. Lo cierto es que desde el 2022, la Ciudad de Buenos Aires viene implementando una medida prácticamente similar en las escuelas porteñas.

En CABA se eliminó la repitencia entre 1° y 2° año se flexibilizó la cantidad de previas en 3° 4° y 5° para pasar de año, con reglas complejas y poco claras para los docentes y mucho menos para los estudiantes, que ya vienen muy golpeados por los cambios de régimen durante la pandemia, además de que no asignan personal docente para los que pasan de año con muchas previas.

Los lineamientos generales de la reforma propuesta por la Dirección Provincial educativa que conduce Alberto Sileoni, se basan, aseguran desde esa cartera, en la necesidad de mejorar los aprendizajes con los estudiantes dentro de la escuela. Reconocen que la pandemia dejó un saber pedagógico importante que es necesario recuperar. Entre otras cosas, el proyecto propone la creación de períodos de intensificación orientados a que el estudiante no acumule materias pendientes de aprobación. Un período de 30 días por cuatrimestre destinado a recuperar los saberes no alcanzados. En ese mismo período, quienes tengan todas las materias aprobadas profundizarán en este los contenidos.

“Esta medida busca invisibilizar la tragedia educativa que provocaron los dos años de encierro desproporcionado y sin clases en la provincia de Buenos Aires”, posteó la titular de la cartera educativa de CABA, Soledad Acuña, en sus redes sociales, aduciendo que, desde el gobierno bonaerense “improvisan con sus decisiones. Quieren tomar un atajo para no reconocer que fracasaron en generar nuevas oportunidades para que los chicos puedan aprender”. Rápidamente algunos referentes educativos replicaron las palabras de Acuña, asegurando que en la Ciudad de Buenos Aires, desde el año pasado, se implementa una medida similar sobre la repitencia en escuelas secundarias, estipulada en la resolución 970/22, publicada en febrero del año pasado en el Boletín Oficial.

En uno de sus párrafos, la resolución reconoce que “a raíz del contexto de pandemia vivenciado durante los ciclos lectivos 2020 y 2021, el sistema educativo ha generado nuevos métodos de adecuación que dieron respuesta a las necesidades que el contexto presentaba y permitió pensar en lógicas y dinámicas institucionales diversas; Que por otra parte, posibilitó visibilizar las diversas transformaciones que se evidencian en la educación de nivel secundario producto de múltiples cambios”. Básicamente propone una flexibilizará las condiciones para pasar de año, contenido ahora en el «Régimen Académico de la Educación Secundaria», que es acompañada por las “Orientaciones para la implementación del Proyecto de Intensificación de Aprendizajes”, y por una “Comisión de Seguimiento y Monitoreo de la Implementación”.

El profesor y magíster en Historia, Manuel Becerra, aseguró: “En CABA Soledad Acuña  hace exactamente lo mismo pero no es noticia. Lo que sí es importante aclarar es que no repetir no significa aprobar todo, sino que lo que no se aprobó no sea obstáculo para continuar lo que sí se aprobó (cosa que sí sucede con la repitencia)”, destaca el especialista en educación, al mismo tiempo que, a modo de ejemplo, dice: “si yo recibo un alumno repitente que había aprobado mi materia y repitió por otras, voy a ser mucho menos exigente con él ya que conmigo aprobó lo que debería recursar”, y arrojó un dato esclarecedor: “en Argentina sólo se recibe en tiempo y forma el 53% de los ingresantes al nivel secundario. Así que la idea de que «se recibe cualquiera sin saber nada» es empíricamente falsa. Si la siguen repitiendo sepan que están mintiendo”.