“A la falta de presupuesto, las pocas viandas escolares, y las pésimas condiciones de la infraestructura edilicia; ahora se le suma la persecución política a los centros de estudiantes. Estamos cansados de estos ataques de la ministra Soledad Acuña”, cuenta a Tiempo, Santiago Laborde, que integra el Centro de Estudiantes de la Escuela N° 14, Federico García Lorca. El joven destaca que los reclamos son históricos y algunos nuevos, y que la titular de la cartera educativa porteña siempre se negó al diálogo y a cambio los agrede constantemente. “Una agresión tras otra, una ataque constante a estudiantes, docentes y toda la comunidad educativa”, agrega.

Las y los alumnos coinciden que la toma de colegios es la última opción que proponen los centros de estudiantes. Una situación que se gesta con cada medida inconsulta que emprende el ministerio de Educación de la Ciudad, en detrimento de la calidad educativa; situación acompañada por la falta de diálogo de Soledad Acuña con las y los estudiantes para resolver la crisis educativa por la que atraviesan los colegios.

Los estudiantes del Acosta, el primer centro que decidió tomar el edificio, aseguran que Soledad Acuña suspendió las clases en el resto de los niveles para poner a la comunidad educativa en contra. «Eso es una extorsión», señalan. Las tomas de las escuelas se decidieron en base a cuatro puntos: las malas condiciones de infraestructura, contra la aplicación de las pasantías laborales sin pago, mejor calidad y cantidad en las viandas escolares, y el cese inmediato de la “persecución política” en los centros de estudiantes; entre otras reivindicaciones.

Hasta el momento los colegios que fueron tomados son, el Mariano Acosta, la Escuela de Cerámica N° 1 de Almagro, «el Lengüitas» y la Escuela N° 14 Federico García Lorca. “Los refrigerios y las viandas llegan en muy mal estado, con hongos, olores insoportables, nos envían un sándwich con una feta de paleta y llegan muy pocas, no alcanzan para todos los alumnos y alumnas”, agrega Santiago. La toma en la Escuela García Lorca se extenderá hasta el miércoles de esta semana pero con la posibilidad de que se extienda hasta el viernes, si el ministerio de Educación porteño no encuentra una solución inmediata.

El Lorca fue una de las escuelas que se sumó a la toma con las mismas reivindicaciones que el resto, y en solidaridad con el Mariano Acosta, que el último día viernes le cortaron la luz a pocas horas de haber comenzado la toma del edificio. “La ministra Acuña dice que nosotros somos influenciados por los gremios docentes y por el kirchnerismo, y de esa forma vuelve a atacarnos. Nos subestima, nosotros tenemos autonomía en nuestras decisiones y no nos maneja nadie. Al decir eso ella nos quiero provocar, pero nosotros no caemos en provocaciones”, termina Laborde.

Otros de los centros de Estudiantes que decidieron tomar el edificio, fue el de la Escuela de Cerámica N 1 de Almagro. «A esta situación llegamos tras años de discusión y lucha, y ante la violencia de la ministra Soledad Acuña y el negarse a querer escucharnos», señala a Tiempo Eliana Marín, vicepresidenta de ese centro. El edificio está tomado desde las primeras horas de éste lunes por las mismas reivindicaciones y en solidaridad con el ataque a los estudiantes del Mariano Acosta. En particular, la escuela de Cerámica hace más de tres años que está reclamando la ampliación del edificio ya que, sus estudiantes, cursan en aulas pequeñas y todos hacinados. El tema de los refrigerios también es uno de los puntos fuerte del petiotrio estudiantil: «Acá llegan 81 viandas cuando somos 300 estudiantes en el bachillerato. No podemos estudiar cuando se nos llueve adentro, ni con frío en invierno por falta de calefacción. Nosotros y nosotras ya presentamos un montón de cartas, ya elevamos pedidos al ministerio, hicimos publicaciones, realizamos festivales de la comunidad educativa, hicimos caravanas; llamamos y pedimos por favor que la ministra Soledad Acuña nos escuche y su respuesta siempre fue que no», agrega Eliana.

Ni bien comenzada la jornada, el centro de estudiantes de la escuela Spangenberg, más conocida como «Lengüitas», comenzó la toma de todo el edificio. Las familias rápidamente se organizaron para asistir y resguardar la seguridad de sus hijos e hijas, luego del ataque y el apagón en el mariano Acosta. Desde esta escuela exigen la aprobación del proyecto de la “Ley Integral del Derecho a la Alimentación Adecuada en las Instituciones Educativas», ya que aseguran que hace meses está cajoneado, y reclaman que con urgencia, comience una entrega de viandas de calidad y para todos los y las estudiantes.  

La extorsión de Acuña

“La ministra Acuña está muy equivocada, a nosotres no nos van a pasar por arriba porque nuestro reclamo es justo”, señala en diálogo con Tiempo Isabella Spátola, Coordinadora del centro de Estudiantes del Mariano Acosta que durante la jornada decidió continuar con la toma del edificio hasta las 7:00 de la mañana. “Las escuelas están tomadas porque la comunidad educativa acompañó, no es un capricho, hay una decisión del movimiento estudiantil a exigir nuestras demandas”, manifiesta a Tiempo Carla Andrade, presidenta del centro de estudiantes del Mariano Acosta. Este colegio cuenta con los cuatro niveles de estudio: inicial, primaria, secundaria y terciario. “Insólitamente la ministra Soledad Acuña ordenó suspender las clases de los otros niveles hasta que no levantemos el paro. Le pedimos a Acuña que permita el dictado de clases en inicial, primaria y el terciario, nosotros solo tomamos el nivel medio”, agrega Andrade. “Lo que intenta la ministra es querer poner en contra a la comunidad educativa del resto de los niveles con la toma del mariano Acosta. Eso no va a suceder porque la comunidad de todo el colegio no es tonta”, termina.

La voz de los docentes

Los cuatro niveles (Inicial, Primaria, Media y Superior) del Mariano Acosta, en unidad, repudia la violencia y la persecución ejercida contra estudiantes, autoridades y colegas. Mediante un comunicado subrayan: “Ante la falta de diálogo y respuesta por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el estudiantado resolvió llevar adelante una medida de fuerza pacífica reclamando: por mejoras y ampliación edilicia, falta de viandas, y en contra de las reformas educativas que desconocen sus necesidades. La primera medida por parte del Ministerio de Educación fue la falta de diálogo y el aviso de sanción a toda la comunidad, acompañada de la estigmatización y desacreditación por redes sociales oficiales. Vale mencionar que también se buscó el enfrentamiento entre los distintos sectores que conforman la escuela”, comienza el documento. “En este contexto sucedieron una serie de amenazas a estudiantes, docentes y familias. Y lo más grave: un personal de MIG SA ingreso por la noche del viernes sin ser convocado por la escuela, con la excusa de arreglar un baño no identificado. En ese momento, se dejó sin luz a toda la institución tras ser violentado el tablero eléctrico”, agrega. Por último la misiva destaca: “Ante estos hechos de persecución y violencia, tanto simbólica como institucional, los cuatros niveles nos declaramos en estado de alerta y asamblea permanente exigiendo que se aclaren los hechos, se abran los canales de diálogo y se termine el hostigamiento contra la educación pública: No escucharon los reclamos legítimos del estudiantado.  Amenazaron a directivos. Quisieron dividirnos. El Acosta más unido que nunca”, termina.