Si uno ve el mapa de la Provincia de Buenos Aires después de las elecciones legislativas observará que, exceptuando el Conurbano, todo su interior se tiñó de amarillo. Excepto dos pequeñas “islas” azules sobre la costa atlántica: una es Mar Chiquita, la otra es Monte Hermoso. En diálogo con Tiempo, el actual intendente de Monte Hermoso y flamante diputado provincial, Alejandro Dichiara, definió a su lugar como un Municipio turístico y deportivo: «Invertimos en difundir nuestras virtudes naturales y en tener una ciudad limpia, segura y ordenada».

Lo de él es un caso más extraño, porque es un peronista cristinista (al que lo seduce la idea de Máximo candidato a presidente). Un concepto ideológico que no suele empatizar con zonas rurales. Según su visión, el problema no es campo–gobierno, sino la pérdida de poder adquisitivo: recuperándolo, pueden volver los votos de zonas rurales.

–Ganó con más del 61% de los votos, a pesar de ser el distrito de la costa atlántica que más impuestos cobran.

–La coparticipación, que era nuestro principal ingreso hasta el año 2005, se basa en los parámetros de territorio, densidad poblacional y camas de hospital. Monte Hermoso, Villa Gesell, Pinamar y el Partido de la Costa fueron separados de municipios agrícolo-ganaderos como Madariaga, Lavalle y Dorrego. Quedamos apretados contra el mar. Eso hizo que hoy tengamos muy poco territorio. Entonces, la coparticipación, que era el 70% de nuestro presupuesto hasta 2005, se volvió escasa. Decidimos modificar esto porque si no, era pagar sueldos y no poder seguir haciendo otras cosas. Aumentamos los impuestos de acuerdo a la inflación anual, y zonificamos nuestra ciudad: lo más cerca del mar más caro, y más alejado un poco más barato. Eso invirtió la torta presupuestaria: ahora el 70% es por ingresos propios por cobro de tasas, y el 30% por coparticipación. Y con eso podemos hacer una buena gestión y tener un calendario turístico anual para cortar la estacionalidad. El contribuyente de Monte Hermoso sabe que paga impuestos caros pero el basurero le pasa cuatro veces por día.

–¿Cómo es la relación con Bahía Blanca, que la tienen al lado gobernada con un fuerte sesgo de derecha?

–Estamos contentos de estar cerca de Bahía Blanca, porque el 50% de los propietarios de viviendas de Monte Hermoso son bahienses. Somos el balneario más cercano que tiene una ciudad tan importante como Bahía Blanca, y valoramos mucho sus inversiones. Desde el punto de vista político también ha sido peronista en otras ocasiones, con intendentes prestigiosos. Quizás a veces eso tiene que acompañar la coyuntura nacional. El bahiense vota mucho lo nacional, y en las últimas elecciones desgraciadamente no fueron afines a nuestro partido, pero tenemos expectativas de recuperar el distrito en 2023.

–¿Por qué el Frente de Todos perdió tantos votos en el interior bonaerense?

–Al perder un poco la militancia, producto de la pandemia que afectó a los oficialismos –como a Angela Merkel en Alemania–, perdimos el contacto con la gente. El peronismo tiene que volver a militar, a ganar las calles, ir casa por casa, hablar con el vecino, y explicarle que hoy el principal problema que tenemos es económico, producto del endeudamiento que hizo el macrismo de 44 mil millones de dólares que Macri mismo dijo fueron para los bancos comerciales. La gente no quiere volver a la timba financiera y la especulación económica, quiere un país con producción y trabajo. Lo fundamental es arreglar con el Fondo Monetario Internacional. A partir de ahí podemos lograr una previsibilidad en la economía, y mejorar los problemas más importantes que tiene la Argentina hoy, y que atravesaron la campaña: el deterioro del salario, la inflación y la escalada de precios. Por eso, hay que hacer un gran acuerdo nacional y estar todos juntos.

–¿Cómo ve la conducción del Frente?

–El liderazgo fuerte, desde el punto de vista político, está en Cristina Fernández de Kirchner. Pasa que ese liderazgo fuerte no es el que lidera la gestión. Lo que tenemos que hacer es charlar mucho más y afianzar el Frente, acompañar los próximos dos años para tratar de terminar una muy buena gestión de gobierno que nos ayude a que la gente nos vuelva a dar el voto de confianza y tener una continuidad política. Si no mejoramos la situación económica de los argentinos, es muy difícil que la gente vuelva a optar por nosotros, así que tenemos que estar todos juntos. Sí lo que me gustaría es que volvamos a tener un gobernador que sea de la provincia, sobre todo que sea intendente, ojalá logremos eso, porque no es lo mismo tener a una persona que conozca la provincia de punta a punta, que conozca los distritos y tenga gestión, a que venga una persona que haya tenido cargos en algún gabinete nacional o provincial, pero de afuera de la provincia. Ojalá en 2023 tengamos a un bonaerense como gobernador.

Pandemia, autos y vacunas

“El peronismo acá gana desde 1983, no perdimos nunca una elección”, se ufana el intendente de una de las cinco ciudades con promedio más bajo de contagios de Covid–19 por habitante del país. “Mantuvimos cerrada la ciudad, entendiendo que la única forma de que entrara el virus era de afuera hacia adentro”. Tiempo atrás, fueron noticia cuando sortearon un auto entre la población vacunada, para atraer al 24% que aún no había completado su esquema. «Con eso se vacunó el 50% de los que faltaban. Hoy tenemos el 100% de la población con las dos dosis y ya estamos aplicando la tercera».