No está de más repetir que la agenda pública excede la estrechez de los medios masivos tradicionales y la importancia de plantear temas y perspectivas que emerjan de los intereses de la sociedad y de una mirada no acorralada por el interés comercial. Tampoco sobra decir que la formación de los periodistas es un hecho relevante en el abordaje y la discusión de los temas, por eso son destacables los tres años de vida que cumple la Anccom, la agencia de noticias de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

La Anccom además de ejercer una función de práctica didáctica para los estudiantes avanzados de la carrera, ejerce un periodismo al servicio de la sociedad, busca constituirse como “un núcleo sólido para el desarrollo de actividades de producción de contenidos periodísticos, gráficos, fotográficos y multimediales.”

La tarea la llevan adelante unos quince docentes con amplia experiencia en el campo periodístico. Tiempo Argentino dialogó con Diego Rosemberg, uno de los coordinadores, que además de ser profesor en Taller de comunicación periodística, una de las materias obligatorias de la carrera, tiene un extenso currículum profesional, trabajó en las revistas Tres Puntos, TxT, La Maga, Clarín, entre otros medios. Otros de los coordinadores se desempeñan en medios como Página 12 y Tiempo Argentino.

Rosemberg cuenta que Anccom surge para saldar una asignatura pendiente de la carrera de Comunicación, que era generar sus propios medios. Entre varios objetivos que encara la agencia, el primero que rescata es que se trata de “una práctica pre-profesional, por lo tanto, de formación pedagógica. La redacción la forman los alumnos y en estos tres años ya han pasado más de cien estudiantes. Como segundo objetivo, nos propusimos ampliar la agenda periodística y, en un momento de gran concentración mediática, romper la agenda concentrada y visibilizar una serie de actores y problemas que son invisibilizados en la prensa comercial”.

Entre los últimos hitos de su recorrido se cuenta la cobertura de la represión en Cresta Roja, donde eran el único medio presente y las fotos que circularon eran de sus fotógrafos. Lo mismo con de dentro de Comodoro Py cuando Cristina tuvo que declarar. Rosemberg dice con orgullo: “son de una fotógrafa nuestra y las compraron hasta agencias internacionales”.

“A la agencia, la fuimos construyendo entre todos, porque fue una acción que se llevó transversalmente entre distintas cátedras de la carrera, con mucha voluntad y solidaridad. Es una práctica muy intensiva de pequeños grupos que trabajan con un docente, no es masivo. Acá el trabajo se recrea bastante al de una redacción, con diferencias obvias, por ejemplo que no hay horarios fijos, porque los alumnos, además de estudiar, trabajan y tienen una vida… Pero el trabajo codo a codo hace que la formación sea muy intensa”. Esa intensidad puede verse en las más de 1000 notas, las más de 3000 fotografías, los más de 25 audiovisuales de su web. Además de la renovación semanal de no menos de seis notas por semana.

¿Cómo construyen su mirada o la distinguen de la de otros medios?

Nosotros siempre tratamos de darle una mirada propia a los temas, incluso a los de coyuntura, a partir de pensar el periodismo como servicio social. Esta impronta nos permite generar una mirada y un abordaje específico sobre los temas. Además de los temas de agenda, como pueden ser elecciones o la misma marcha del 24 de marzo de este sábado, levantamos cuestiones que se basan en los intereses de la sociedad: género, Derechos Humanos, derechos laborales, conflictividad social. La agenda la armamos a partir de las propuestas e intereses de los mismos estudiantes y de las inquietudes de los editores, que no solo somos docentes de la carrera sino todos somos periodistas de amplia trayectoria en los medios de comunicación. De hecho llegamos al aula a través de nuestra práctica. Estas dos vertientes hacen más productivo el trabajo de formación de los estudiantes y profundiza el sentido profesional. Siempre decimos que nuestro orgullo es que de los medios comerciales nos roban mucho, y nadie roba lo que no sirve, por lo tanto es una muestrita de que no hacemos tan mal las cosas.

¿Proponen un modo diferente de cubrir los temas?

No diferente, pero sí tenemos una forma de cobertura que los medios comerciales sacrifican cada vez más y que es la esencia del periodismo: estar en el lugar de los hechos. Promovemos un periodismo que sea menos de escritorio y más de embarrarse en la cancha, por eso procuramos que nuestros estudiantes vayan al lugar de los hechos. Esto también contribuye a un periodismo que estigmatiza mucho menos y que alimenta la pluralidad de voces.

¿Cómo afecta la dinámica específica de la agencia el desarrollo del trabajo?

Lo hace de un modo desafiante, porque el cambio es permanente, necesario y obligatorio, ya que cada seis meses renovamos la redacción, lo que implica un desafío que no tiene ningún otro medio, porque al ser una práctica pre-profesional de los estudiantes cada seis meses volvemos a empezar. A pesar de esta dinámica la agencia crece, porque gana en experiencia sobre el recorrido ya hecho. Es como estar todo el tiempo naciendo y formando. A lo largo del tiempo lo cierto es que vamos creciendo, y los sabemos por las entradas a la página, por los seguidores en las redes sociales y por esto de que nos levantan material.