«Antes éramos un diario que uno levantaba para leer y luego lo tiraba al terminar. Ahora hacemos lo que llamamos ‘productos’, que son noticias formateadas para distintas plataformas (Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram, etc.). Pero creo que habrá otra evolución más: dejaremos de hacer productos para transformarnos en una especie de ‘capa’ de información en la vida de las personas», explica a Tiempo Andrew Phelps, director de Producto del New York Times (NYT).

«Ahora, decir que la estrategia de largo plazo es poner al NYT en todas partes es fácil, lo difícil es decir cuáles serán las plataformas porque en seis meses todas van a cambiar. Entonces lo que nunca tendremos es una respuesta definitiva. Tendremos que seguir pensando a qué audiencia queremos llegar, estudiar qué plataformas usan y ver cómo vamos a hacer para integrarnos a esas plataformas», completa Phelps, uno de los integrantes del equipo de Innovación que hace tres años estuvieron a cargo de analizar el funcionamiento de la redacción del diario neoyorquino para adaptarla a la era digital.

El informe interno que elaboraron se filtró en Buzzfeed, uno de los nuevos medios digitales, y se transformó en un documento clave para repensar la producción y el consumo informativo en esta época con más de un millón y medio de descargas. Phelps expuso en la jornada «Innovación, tecnología y periodismo», organizada por el Grupo Telecom, y luego habló con Tiempo.

–¿Cómo adaptó su modelo de negocio el NYT para afrontar esta época de cambios tecnológicos?

–Hoy generamos más ingresos por suscripciones que por publicidad. Pero no estamos haciendo más plata por suscripciones de lo que hacíamos hace diez años por publicidad. Porque la publicidad en papel, que sigue cayendo, tiene un valor considerable. De todas maneras, lo que hace más plata es en lo que no queremos invertir, porque no es el futuro. Entonces invertimos en lo que no nos da dinero hoy. El desafío es hacerlo sin dejar de lado a los lectores del impreso porque es una audiencia distinta y es la que pagó nuestras cuentas por mucho tiempo.

–¿Cómo manejan la tensión entre dar lo que las métricas indican y lo que el medio quiere decir?

–Nuestro modelo hoy está basado en suscripciones, y no en páginas vistas o en publicidad. Entonces es una tentación hacer lo que la audiencia demanda. Pero sabemos que la integridad y el criterio periodístico de nuestra redacción es muy importante, porque la gente paga por eso justamente. Pueden buscar noticias virales en cualquier otro sitio, no nos pagan por eso o por cosas tontas. Nos pagan por la oferta única que proveemos. El tipo de noticias que no sacan de otro lado.

–La producción de las noticias. Renunciar al breaking…

–Hay mucha presión en las redes sociales por ser el primero y por ser confiable. Pero es difícil tener los dos. Lo que yo creo es que nadie recuerda quién trajo la noticia primero, pero todos recuerdan quién lo hizo mal. Hay una carrera tan grande por llegar primero que es dañino para las empresas de medios. Lo que nosotros queremos es mantener el estándar que llevó al NYT a estar ahí. Y de hecho lo más habitual es que no seamos los primeros en dar la noticia. Pero cuando la damos, la gente tiene que saber que lo que decimos es bueno. Y eso es algo valioso que hemos construido con los años. Por eso decimos «periodismo por el que vale la pena pagar». «