Están ahí, erigidos, algunos imponentes, vigilando, casi como un símbolo de soberanía. Pero muchos de ellos luchan contra el olvido una batalla desigual. Los 61 faros que pueblan el litoral costero de la Argentina se distinguen por su antigüedad, por su altura, por su construcción, que atraen turistas y pescadores. La mayoría, por el paso del tiempo y el clima que los castiga. Permanecen con sus funciones de señales luminosas pero deteriorados. El Ministerio de Obras Públicas depositó la mirada en ellos y lanzó un Programa de Recuperación que en una primera etapa abarca a once faros que serán reparados. Pero… ¿cuánto conocemos de nuestros faros?

Los elegidos fueron faros de más de un siglo que están en distintos puntos patagónicos. Y si bien su origen y funcionamientos siempre estuvo y está destinado a servir de ayuda a la navegación, son también un punto de inflexión de la soberanía.

El último fin de semana, en el marco del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, viajó hasta el Faro Cabo Guardián ubicado en el Departamento de Puerto Deseado de la provincia de Santa Cruz, el punto más cercano del continente a las Islas Malvinas. Allí anunció el lanzamiento del Programa de Recuperación de Faros Argentinos.

Faro Punta Norte en Chubut.
Foto: Gentileza Turismo Santa Cruz

“Me vine hasta Cabo Guardián, Santa Cruz, en el punto continental más cercano a Malvinas para rendirle honor y gloria a nuestros héroes. Pero también para dejar un compromiso: queremos hacer Obra Pública en nuestras Islas”, aseguró.

Y continuó: “Todos los días construimos o inauguramos nuevas rutas, obras de agua y cloaca, levantamos hospitales, universidades, jardines o escuelas técnicas, en todos los rincones de la Argentina. Excepto en uno, el que más nos costó y aún cuesta, en nuestras Islas Malvinas”.

En articulación con el Servicio de Hidrografía Naval del Ministerio de la Defensa de la Nación y la Comisión Nacional de Monumentos Históricos, se trabajará en una primera etapa en la restauración de 11 faros ubicados en las provincias de Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego que cuentan con los mayores niveles de deterioro.

Faro Cabo Guardián en Santa Cruz.
Foto: Gentileza Turismo Santa Cruz

“Los faros son una muestra efectiva del ejercicio de soberanía del Estado argentino sobre sus costas” expresó el ministro. Las obras incluyen tareas de reparaciones estructurales, pintura, colocación de vidrios, reparación de bases y tensores, entre otros trabajos.

Según anunciaron, el Programa contribuirá a preservar uno de los símbolos de la defensa de la soberanía en las costas de la Argentina, promoviendo el valor cultural y patrimonial de los mismos.

Una vida en alturas

Entre los faros elegidos se encuentran el bonaerense de Punta Médanos, en el Partido de La Costa, que se construyó en Francia y fue enviado a Buenos Aires desarmado para volverlo a montar e instalar. Comenzó a funcionar en 1893. Hoy es eléctrico, mide unos 59 metros de altura.

El Faro Recalada, en Monte Hermoso, al lado de Bahía Blanca, también será puesto en valor. Funciona desde 1906 y, con sus 74 metros, es el más elevado de la Argentina, y el segundo de Sudamérica detrás del de Coquimbo, Chile. Con estructura abierta, su torre es tubular, con franjas horizontales rojas y blancas.

Punta Norte en Chubut.
Foto: Gentileza Turismo Santa Cruz

Hacia el sur, ya en Patagonia, Chubut será escenario para la renovación del Faro San José, en el Golfo que porta el mismo nombre. Data de 1917, tiene una torre piramidal de hierro de color negro y 16,5 metros de altura. Comenzó a funcionar como muchos de estos vigías con gas acetileno pero desde 1996 su luz es fotovoltaica.

En las costas chubutenses de Península Valdés, el Faro de Punta Norte recobra su protagonismo en esta época del año porque señala un accidente costero que entre marzo y abril se transforma el lugar más famoso donde se pueden ver manadas de orcas que cazan lobitos marinos, las crías, que a fin de verano están junto al mar.

Este faro es sencillo, y en muchas ocasiones los amantes de la naturaleza montan guardias en sus alrededores al amanecer para poder fotografiar o tan solo avistar el “varamiento intencional” que protagonizan las orcas en estas costas: una de ellas tiene la conducta y destreza de salir del mar, montarse en la playa de canto rodado y cazar una cría de lobito marino para volver al mar y compartir con la manada. Este faro no está habitado. Es de 1925 y se yergue sobre un soporte de 16,5 metros.

Cabo Guardián en Santa Cruz.
Foto: Gentileza Turismo Santa Cruz

Hacia el territorio santacruceño surge el Área Natural Protegida Bahía Laura, donde llegó el ministro Katopodis el 2 de abril último. Un lugar ubicado a unos 166 kilómetros de la ciudad de Puerto Deseado. Allí está el Faro Cabo Guardián.

Además de varias estancias hubo un poblado, porque la producción lanera llegaba hasta aquí para embarcar, pero no prosperó. Hoy, la región está presente en el corazón de los pobladores y si uno llega a Deseado, Yessica Gómez, la subsecretaria de Turismo de la localidad junto con su equipo, le brindará al visitante mapas, croquis, folletos y un libro de culto como el que escribió Mario dos Santos Lopes: “El Campo, Deseado y su gente”, de Ediciones Culturales El Orden donde relata historias de distintas familias que pasaban largas temporadas en los campos.

Hay uno que transcurre en Bahía Laura donde, con ojos de niño y ante el esfuerzo de tener que caminar casi de noche hasta el casa –porque el auto no pasaba por la huella–, el escritor recuerda la anécdota: “para hacer más llevadera la caminata obligada, mami me hace una promesa ‘si el domingo está lindo, iremos a comer un asadito con los tíos y visitás los pingüinos, a Bahía Laura‘. ¡Se acababan los lloros! Era lo mismo que me hubieran prometido llevarme a la Polinesia!”, cuenta el autor en su relato. La riqueza de la región también se puede leer en “Puerto Deseado, una comarca sorprendente” de Ricardo Bogetti.

Frente a las costas de Puerto Deseado, con dos horas de navegación, se llega al flamante Parque Interjurisdiccional Marino Isla Pingüino, famoso porque cada mes de octubre recalan los pingüinos de Penacho Amarillo, los mismis del dibujo animado de Happy Feet, y allí permanecen en esa isla rocosa donde anidan y crían a sus polluelos hasta que en abril remontan el océano hasta retornar en primavera (dato adicional: es el lugar más cerca del continente para conocerlos, sino hay que ir a las Islas Malvinas o a la Antártida).

Faro de Isla Pingüino en Puerto Deseado.
Foto: Turismo Santa Cruz

Esta Isla, donde hasta los años ’60 se explotaba una factoría en la que se elaborada aceite con la grasa de los lobos marinos, fue Reserva provincial y ahora Nacional, lo que permite conocer a esta especie, al de Magallanes que también tiene su colonia allí, lobos de un pelo y todo el espectro de avifauna marino costera.

El Faro de Isla Pingüino será parte de este plan, y si bien funciona, la construcción edilicia que comprendía la casa del farero está en ruinas. Este faro es parte de los atractivos junto con la isla, de la naturaleza en estado puro que ofrece la región, con historia de navegantes, entre ellos Hernando de Magallanes, o el naturalista inglés Charles Darwin, y hasta se pueden conocer los restos arqueológicos de la corbeta Swift de 1770.

También será restaurado el Faro de Cabo Curioso en las mismas costas santacruceñas, junto a los faros de Tierra del Fuego. Es el caso del Faro Año Nuevo que funciona desde 1902 en Isla de Los Estados, sobre la costa norte en Isla Observatorio; y el faro Páramo y Buen Suceso, en el mismo territorio. Son rincones argentinos que hacen a la seguridad de los navegantes, guía de las naves y soberanía argentina.

Fuera de programa, si estás en Patagonia, justo en Viedma, está el Faro Río Negro, de 1887, Monumento Histórico Nacional. Construido en adobe, es el faro más antiguo en pie y en funcionamiento. A nivel mundial, en la historia se conoce que los primeros faros fueron construidos en los siglos V y VI A.C. y el más antiguo en funcionamiento es el faro romano, Torre Hércules que data del siglo II D.C.  Objetos de deseo, los faros se convierten además en destino a conocer por los viajeros que recorren los distintos lugares del país y del mundo. Imponentes, nos custodian en silencio mientras luchan contra el olvido, el clima y la indiferencia.

Faro San Jorge.

Más info

El Servicio de Hidrografía Naval de la Armada Argentina lleva 143 años dedicado a la seguridad náutica del litoral argentino y se puede conocer más en www.hidro.gov.ar /www. hidro.gob.ar

Es interesante bucear en el portal: farosdelmar.com.ar