José María Di Paola, El Padre Pepe, realizó el viernes un casamiento en la villa La Cárcova. Los novios, Gisela Pérez, de 27 años, y Hugo Waldemar, de 33, convocaron al cura para que haga la ceremonia en la “Biblioteca Popular” que ellos fundaron a fines de 2011, cuando Hugo salió de la cárcel.

El día se prestó para el festejo. Un sol radiante azotaba a San Martín mientras la gente decoraba el lugar. Cuando oscureció, Gisela apareció con su vestido blanco y un ramo de flores en la mano, en un extremo de la cancha que está frente a la biblioteca. Sergio, de “Los Fantasmas de Rock” y amigo de la pareja, cantó en español É o amor, del dueto campesinero brasileño “Zeze Luciano & Camargo”. La novia muy enamorada llegó hasta el altar del brazo de su marido y con sus dos hijos, Jano de 3 años y Eros de 7.

Gisela y Waldemar se besaron. En las ramas de los arboles que están en la entrada del local, los organizadores ataron frascos con velas, y el viento los movía mientras El Padre Pepe procedía con la ceremonia. Y tras compartir unas palabras de La Biblia: los declaró marido y mujer.

Comenzó la fiesta. La cumbia sonaba a todo ritmo en Cárcova. La carne, los chorizos, y la bondiola, chillaban sobre la parrilla al calor de las brasas. Fue una fiesta familiar y emotiva, en la que los niños y los grandes, alumnos y profesores, se divirtieron bailando. Hasta que llegaron los artistas de la noche; “La Banda de la Biblio”, que está formada por los chicos que concurren al lugar. Estuvieron impecables. Sus instrumentos son tachos de pintura recogidos de la basura. Ellos fueron a dar un recital al casamiento del que es su ídolo y admiran, quien con un colectivo de personas, día a día les enseña a leer, escribir, y producir arte. Es el propósito que comparte con su flamante esposa. “Vale apostar al renacimiento y siempre hay que luchar con amor aún en cenizas”, dijo Gisela.

Uno de los hijos de la pareja, Eros, es un rapero. Les regaló a sus padres un poco de lo que hace. No faltó la presencia de los niños elásticos, quienes hacían piruetas en la cancha ubicada frente al espacio.

“La “Biblioteca Popular la Carcova”, -así, sin el tilde, como llaman los vecinos a su barrio-fue fundada para que los pibes no caigan presos. Y si sucede que salgan y no vuelvan”, explica Waldemar.

El hombre estuvo nueve de sus 33 años privado de su libertad. Allí estudió sociología, en la sede que la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) instaló en la unidad 48 de José León Suárez. Su tenacidad le permitió recibirse y sigue estudiando el posgrado. Fundó la biblioteca y es un educador popular. Ahora se casó. Y festejó con quienes lleva adelante un gran trabajo social el barrio y sus alrededores.