La mujer de Darío Badaracco, el principal sospechoso por el crimen de Araceli Fulles, admitió ante la Justicia que no estuvo con él la madrugada del homicidio, reconoció que mintió en su declaración anterior porque se lo pidió y lo creía inocente y afirmó que antes del hallazgo del cadáver en la casa de José León Suárez, le había pedido que averigüe para hacer una losa con un albañil.

Se trata de Claudia Agustina Guzmán (28), quien ahora quedó imputada y prestó lo que se denomina una declaración “informativa” ante la fiscal de San Martín a cargo de la investigación, Graciela López Pereyra.

En la audiencia estuvo presente un defensor y se la relevó del juramento de decir la verdad, para rectificar lo que fue su anterior declaración testimonial y reconocer que había mentido.

“Me pidió que diga que estuve con él desde el 1 al 2 de abril hasta las 11 para que él no tuviera más problemas. Como yo creía que él no tenía nada que ver con Araceli agarré y dije que él estuvo conmigo”, afirmó Guzmán en esta nueva declaración a la que tuvo acceso Télam.

La mujer explicó al inicio de la testimonial que tenía una relación conflictiva con su marido y que aquella madrugada del crimen ni ella ni sus hijos estaban en la casa de la calle Alfonsina Storni 4477 de José León Suárez porque desde el 21 de enero hasta el 16 de abril estuvieron “separados” y se había ido a vivir a lo de su “mamá”.

La mujer contó que la madrugada del 2 de abril, Badaracco (29) le envió mensajes y hasta una foto desde la plaza de la esquina de su casa, donde estaba consumiendo drogas y donde, según admitió el propio imputado en una testimonial previa a su detención, estuvo con Araceli antes de su desaparición.

“Me mandó un mensaje, que estaba con los amigos tomando algo en la plaza. Al otro día, me volvió a escribir y se sacó una foto. Estaba con resaca», señaló.

En otro tramo de su declaración, Guzmán reveló que en el sitio en construcción donde fue hallado el cadáver tenían planeado “hacer una losa” para mudarse a esa parte de la casa y que por ese motivo el día anterior al hallazgo del cuerpo había hablado “para buscar un albañil por ese tema”.

“A ese albañil le dicen ‘Cheri’, la mujer se llama Romina. Ambos trabajan en la unidad básica de la calle Gabriela Mistral y Artigas”, relató la mujer, quien luego agregó que “el día que encontraron el cuerpo a las 14.30 aproximadamente», fue a “hablar con el albañil” para que le pase “el presupuesto”.

“Yo no entiendo. Si él puso el cuerpo ahí, para qué me mandó a buscar el presupuesto, ya que indefectiblemente cuando revolvieran toda la mugre que estaba atrás iba salir a la luz todo. El día que fueron los perros se notaba a simple vista la presencia de un pie y que también había olor en el lugar”, declaró Guzmán.

A preguntas de la fiscal, la esposa de Badaracco contó que tras la desaparición de Araceli, su marido tuvo un cambio de actitud, ya que “estaba más amoroso, más tranquilo, había cambiado para bien”.

Sobre su cuñado, Hernán Badaracco (38), quien se transformó en el octavo detenido de la causa, Guzmán indicó que tenían “una mala relación con él” y que “tiene problemas con las drogas”, que la mamá lo acusaba de la muerte de su padre «por los disgustos que le hacía pasar cada vez que caía preso”.

Respecto de las prendas de vestir de Araceli halladas en la casa su marido -una remera negra con estrellas y un par de zapatillas rosas Adidas-, Guzmán dijo que no sabía nada de ello porque «a la casa de la madre mucha gente lleva ropa regalada».

Si bien reconoció que mintió, al tratarse de la esposa de un imputado, el Código Penal la exime, por ser cónyuge, de poder ser imputada por encubrimiento.

La abogada de la familia Fulles, Verónica Molina, aseguró a Télam que “lo importante de esta declaración es que derribó la coartada que tenía Badaracco sobre las horas en las que sucedieron los hechos”.

“Ella admite que mintió pero dice que lo hizo porque lo creía inocente”, dijo la letrada, quien agregó que con esta declaración “se complica la situación de Badaracco”.

No obstante, Molina aseguró que “por el momento no hay que descartar la participación de ninguno de los otros detenidos”, ya que “todos excepto dos, tuvieron contacto con Araceli en las horas previas a su asesinato”.

Además de los hermanos Badaracco, los otros seis detenidos son Carlos Damián Alberto Cassalz (34), los hermanos Jonathan (29) y Emanuel (25) Ávalos, Marcos Ibarra (32), Hugo Martín Cabañas (46) y Marcelo Ezequiel Escobedo (37).

Araceli (22) fue vista por última vez el 2 de abril y su cadáver fue hallado el 27 del mismo mes por perros rastreadores enterrado en la casa de Badaracco en José León Suárez.

La autopsia determinó que Araceli murió por “asfixia mecánica” un su variable de “estrangulamiento a lazo” con un elemento compatible con precintos plásticos.

Los pesquisas intentaban establecer si Araceli estuvo retenida, ya que en un baño del sitio en construcción donde se encontró el cadáver, se halló un pedido de auxilio escrito en un papel higiénico con la inscripción «ayuda me tienen en el… Ara».

Badaracco declaró tres veces como testigo antes de ser imputado, la última vez el mismo día del hallazgo del cuerpo, pero se mantuvo prófugo un día hasta que la noche del 28 de abril fue detenido detrás de la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño gracias a una vecina que lo reconoció por la calle.