Ya son cinco las muertes por hantavirus en la localidad chubutense de Epuyén y, según confirmó el Ministerio de Salud provincial, ascienden a 13 los casos de infectados –tres de ellos internados en terapia intensiva, otro en sala de aislamiento y uno más en observación– desde que se detectó el brote en esa región cordillerana de la Patagonia, que ha generado un gran desconcierto entre las autoridades sanitarias, puesto que al parecer se estaría propagando de persona a persona, y no a través de las heces o la orina del ratón colilargo, el vector habitual de esta enfermedad. El último paciente ingresado como sospechoso de padecerla el día 24 en el hospital de Esquel fue confirmado como positivo luego de practicarle los análisis correspondientes. Tiene 27 años y es familiar de una de las personas fallecidas por el virus. «Hasta ahora se tomaron 180 muestras de sangre para analizar potenciales afectados y ahora se agregarán 40 extracciones más», informó el titular de la cartera sanitaria de Chubut, Adrián Pizzi, quien el viernes se trasladó a la zona cordillerana para ponerse al frente de un equipo multidisciplinario de médicos infectólogos locales y del Instituto Malbrán. «Este es un evento extraordinario de un compartimiento inusual de esta enfermedad, sobre el que no tenemos antecedentes», declaró Pizzi. Se cree que el brote se inició en la celebración de una fiesta de 15 en Epuyén. A los asistentes ya se les tomaron muestras de sangre para analizarlas, y también se han ido sumando nuevos potenciales infectados de esta población de 4000 habitantes. El Ministerio de Salud chubutense dispuso, además de las medidas profilácticas de protocolo, un plan especial de acompañamiento psicológico a las víctimas de la enfermedad y sus familiares y al resto de la comunidad de Epuyén. El ratón que transporta habitualmente este virus es un pequeño roedor patagónico. Instalado en el organismo humano, el hantavirus produce fiebre elevada y fuertes dolores musculares y de cabeza. «