Alcanza con recorrer los bares y restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires. Hay comensales que hacen uso de las mesas ubicadas al aire libre, pero muchos de ellos también utilizan las que se encuentran en el interior del comercio. Esta situación ocurre aunque no está permitida, ni por el DNU del presidente Alberto Fernández, que lo prohíbe, e  incluso tampoco por las autoridades de la Ciudad que lo explicitan entre los protocolos de las nuevas medidas: “Los bares y restaurantes podrán atender hasta las 23 horas en espacios habilitados al aire libre”, señaló el propio Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en conferencia de prensa el fin de semana, frase que también fue difundida por todos los medios oficiales con los que cuenta el Gobierno de la Ciudad.

Quienes hacen uso del interior de los comercios gastronómicos son aquellos comensales que se niegan a respetar el protocolo por las bajas temperaturas, y que, ante la pérdida de un cliente, el dueño del lugar les permite comer dentro del local. “Mi jefe me dijo que como mucho le insista una vez a la clientela, pero si me piden de ingresar que lo haga”, señaló a este diario un trabajador de uno de los tantos comercios gastronómicos ubicados sobre avenida Corrientes en pleno microcentro porteño, “no podemos dejar pasar ninguna oportunidad”, agregó. En ese sentido la falta de controles de las autoridades de la Ciudad es notable.

Esta situación, que se repite prácticamente en todos los comercios del sector gastronómico, es un contrapunto peligroso que va en contra del avance del proceso de vacunación en el distrito: “Cuando un plan de vacunación es serio y transparente, se nota. ¡Hoy empezamos a inscribir a las personas mayores de 45 años que no pertenezcan a un grupo de riesgo! Otra buena noticia para seguir cuidándonos entre todos”, anunció en sus redes el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, obviando por completo esta situación.

“Es urgente que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, incremente los controles”, reclama desde sus redes sociales la diputada porteña Lorena Pokoik, con imágenes de bares y restaurantes de Puerto Madero y Palermo, donde se advierte la falta de distanciamiento y gente agolpada a la entrada de los locales. “Todavía no nos podemos dar el lujo de no respetar el distanciamiento en los locales gastronómicos porteños. Y mucho menos que algunos clientes coman dentro del local. Estamos en una pandemia, Larreta”, remata la legisladora. La ausencia del Estado porteño en este sentido es total.

Una de las zonas más conflictivas es el histórico mercado de San Telmo que funciona desde 1.897, ubicado en la esquina de Carlos Calvo y Defensa. Allí la aglomeración de personas ocurre a cualquier hora del día y sobre todo los fines de semana. Pero al mismo tiempo, muchos de los propietarios de comercios, que respetan los protocolos sanitarios, denuncian que son clausurados por el Gobierno de la Ciudad mientras el resto de los locales atienden sin problemas y sin respetar las medidas sanitarias, esto provoca amontonamiento de personas y la violación sistemática de los protocolos. Mariana es socia propietaria de un café que se encuentra dentro del mercado y en varias oportunidades sufrió el hostigamiento por parte de funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control: “A nosotros los agentes de control hasta nos prohíben tener alcohol en gel porque dicen que eso motiva a la gente a pasar al local, pero nosotros entregamos ‘café al paso’ sin permanencia en el lugar, mientras el resto de los comercios están abiertos sin ningún tipo de control, a toda hora y sin respetar los protocolos”, detalla.

Las imágenes que quedaron retratadas en un video difundido e las redes son contundentes: clientes amontonados, sin distanciamiento almorzando en los locales gastronómicos; familias que deambulan entre los pasillos angostos  que separan un comercio de otro; roces entre los clientes y trabajadores de los diferentes locales que no están al aire libre como lo ordena el protocolo, se encuentran bajo techo.

Mientras el proceso de vacunación avanza en cada uno de los distritos por la llegada de millones de vacunas, la falta de controles en la Ciudad es evidente, pero también se le suma la carencia de una campaña de concientización dirigida al conjunto de vecinas y vecinos. Por este tema, la Legisladora porteña Claudia Neira, elaboró un proyecto de declaración pidiéndole al Ejecutivo porteño que implemente una campaña de difusión, ya que empieza a convivir un porcentaje de la población vacunada con otra que aún no ha recibido la dosis, y esto pone en riesgo todo lo que se hizo hasta el momento. “Entendemos que con la población vacunada el Gobierno de la Ciudad tiene canales de comunicación establecidos para enviar el turno y el centro vacunatorio al cual se acercan para recibir la dosis asignada”, narra el documento presentado por Neira, “a través del mismo se pueden enviar fácilmente las recomendaciones de cuidado, como así también se puede implementar material impreso en los centros vacunatorios, material audiovisual que se difunda por las redes sociales del gobierno o en campañas en medios de comunicación masivos”.

La necesidad de este pedido se desprende de la lógica aperturista de la gestión de Larreta, ya sea en el ámbito escolar y la habilitación indiscriminada de comercios, que necesitan del compromiso de toda la sociedad para evitar los contagios. “Consideramos que el ansiado propósito de disminuir la morbilidad-mortalidad y el impacto socioeconómico ocasionados por la COVID-19 en Argentina, está cada vez más cerca pero para lograrlo requerimos, como hasta ahora, del esfuerzo y compromiso de todos. Una campaña informativa y precisa acerca de los cuidados de las personas vacunadas viene a contribuir en el lugar del compromiso necesario”, termina el proyecto de la diputada Neira.