El miércoles comenzaron las clases presenciales en 2.117 establecimientos de la Ciudad de Buenos Aires. Alrededor de 370.000 alumnos y alumnas de distintos niveles volvieron a las aulas después de once meses de educación remota. Sin embargo, muchas familias presentan dudas y temores ante esta situación. Si bien coinciden en que es necesario volver a las escuelas, consideran que en algunos casos no están garantizadas las condiciones de seguridad por lo que evalúan no enviar a sus hijos a clases.

Según el protocolo del Gobierno de la Ciudad, “las y los estudiantes que forman parte de los grupos de riesgo o que convivan con una persona perteneciente a dichos grupos, podrán exceptuarse de asistir de manera presencial”. Para eso deben presentar un certificado médico o  acreditar la convivencia. En esos casos, el Ministerio de Educación se comprometió a “brindar alternativas remotas para garantizar la continuidad pedagógica”. Pero también hay madres y padres que no entran en esas categorías que temen por posibles contagios. En varias escuelas, las familias se organizaron y presentaron cartas a la Dirección para advertir su rechazo. Así lo cuenta Carolina Gaetmank, docente, madre de una niña e integrante del Colectivo por un Regreso Seguro. “La presencialidad debería ser obligatoria si se respeta el protocolo. Si no, no podemos mandar a nuestros hijos a que se contagien. Las familias estamos presentando una nota diciendo que no renunciamos a la vacante y que priorizamos que se den las clases de forma virtual hasta que haya una campaña masiva de vacunación y que las condiciones estén dadas. Pedimos que hasta que no se cumpla el protocolo,  se sigan dando clases virtuales”, le dijo a Tiempo Argentino.

En un sentido similar se expresó Gisela Lagos Mutarelli, madre de una niña de segundo año de la Escuela Mariano Acosta, donde familias de todos los niveles organizaron un amparo colectivo. “La presentación judicial plantea que se cumpla el protocolo con condiciones seguras y que no se les saquen las vacantes a los niños por no ir a clase. Queremos un regreso pero que sea seguro y que estén dadas las condiciones. Hay falta de ventilación en las aulas, son muy chicas y no se puede cumplir el distanciamiento”, afirmó la mamá. “No tenemos la línea de que hay que tener una vacuna para volver sino que pedimos que estén dadas las condiciones, que se cumpla con el protocolo y que haya comisiones en las escuelas”, agregó Lagos Mutarelli.

Con respecto al estado de los edificios, además de los relevamientos de los gremios, la Defensoría del Pueblo porteña adelantó que revisará la situación de 850 escuelas para conocer si se están respetando los protocolos sanitarios en tiempos de pandemia. En varios establecimientos se están organizando Comisiones de Seguridad para controlar la situación particular. Luciana Cedro es madre de un niño de 5 años y le contó a este medio que en el Jardín No. 2 «Jorge Eduardo Coll» se creará una Comisión de Seguimiento del protocolo organizada por la Cooperadora con participación familiar. “Yo creo que no hay que paralizarse por el miedo porque los niños aprenden con otros y se nota el cambio en su ánimo al ver a sus amigos. No te puedo afirmar que no tengo temor, el riesgo está pero como en cualquier otra actividad. Además de que a partir de la Sala de 5 la presencialidad es obligatoria, en casa ya no podíamos más. Pero también entiendo que depende de la necesidad de los padres y de la cantidad de horas que van. Mi hijo puede ir tres horas pero hay casos en los que van solo por dos horas y a veces tenés que hacer un viaje de 40 o 50 minutos. Así no se puede sostener un trabajo. Además del miedo, hay un tema de logística muy importante. Se habló de los niños que cuando están en la casa son cuidados por los abuelos, es una complicación y un riesgo real”, afirmó.

Desde el Grupo de Litigio Estratégico comentaron que si bien tienen muchas consultas, aún no realizaron ninguna medida procesal porque consideran “que con el solo temor de la situación de sanidad no alcanza en términos jurídicos”. La abogada y madre Cecilia Fernández explicó que “la decisión es esperar a que se den violaciones concretas a la cuestiones que establece el protocolo y a partir de ahí hacer una petición en la escuela particular. Hay una amenaza de que las familias pierdan la vacante pero no encontramos una manera judicial que no sea planteando la violación concreta del reglamento”.

“Mi hijo más chico va a la Escuela N°9 Luis Huergo que se organizó de una manera tal que entendemos que no habría una violación al protocolo. Si bien no nos gusta mucho la idea de la presencialidad creemos que se cumple y va a ir.  Pero en el caso de mis otras dos hijas que va a una escuela de Villa Crespo, ahí si vemos que es imposible el retorno a la presencialidad porque para todos los cursos hay solamente habilitadas 6 aulas. Es imposible que se puedan dar los contenidos pedagógicos para todos los alumnos. No hay suficientes docentes y si van rotando en las burbujas, los grupos se quedan con una persona a cargo que no es su maestra y no les da el contenido. Si no van a tener un docente a cargo del curso que le de clase, que no vaya. ¿A qué van a ir a cubrir un horario y quedarse ahí todos juntos a contagiarse? Si se mantienen las condiciones tal y como están hoy, no voy a mandar a mis hijas”, explicó.