Dentro del Hospital de Clínicas, ese gigante de cemento que vive como una ciudad de la salud y por la que cada día pasan miles de personas y profesionales, funciona hace un año un lugar inédito. El nombre formal es el Centro Universitario Multidisciplinario del Tratamiento del Dolor Crónico y Cuidados Paliativos. Pero todas y todos lo conocen como el Centro del Dolor. En los últimos tres meses atendió a más de 1600 pacientes.

Históricamente la visión médica solía centrarse en el abordaje unidimensional. A tal patología la trataba tal especialidad. Eso fue cambiando en las últimas décadas, y hoy ya se plantea la necesidad de una política sanitaria que aborde un fin primordial en el bienestar de las personas: cómo atravesar el dolor. Y eso no lo puede hacer una sola disciplina.

“Este centro en su carácter multidisciplinario está compuesto por especialistas en neurología, paliativistas, psiquiatras, enfermeros, neurocirujanos, consejeros, trabajadores sociales, hasta reflexólogos tenemos, con el fin de centralizar en un solo lugar la atención de todo paciente con dolor”, comenta Mariano Socolovsky, jefe de la División Neurocirugía del Hospital de Clínicas. 

El centro se propone atender a dos grandes grupos de pacientes: aquellos que necesitan atención oncológica por estar cursando distintos tipos de cáncer y aquellos que presentan múltiples clases de dolor crónico de tipo benigno. “Gracias a los esfuerzos del Hospital hemos podido dar atención a la gran demanda que existe de este tipo de tratamientos, en los últimos tres meses pasaron por nuestro centro 1613 pacientes. Es un logro que jerarquiza al Clínicas colocándolo a la vanguardia latinoamericana en el tratamiento de los pacientes con dolor”, relata Socolovsky. 

Si bien cuentan con un porcentaje pequeño de personas con dolor crónico producto del Covid–19, el virus no proveyó de pacientes, sino todo lo contrario: les cortó el impulso inicial. El Centro del Dolor iba a arrancar en marzo de 2020. Entonces, la pandemia. Los meses siguientes iniciaron con telemedicina, y recién en octubre arrancaron con consultas presenciales, que se intensificaron después de la segunda ola, algo esencial para un centro que se basa en la atención personalizada.

Cada martes, el equipo de especialistas de las diferentes áreas se reúne en un ateneo, donde debaten el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que, según consideren las y los profesionales, necesitan un enfoque interdisciplinario. “No son todos, algunos requieren solo apoyo psicológico, o alguna terapia específica farmacológica”, grafica Socolovsky.

¿Qué entraría en la categoría “dolores crónicos de tipo benigno”? Múltiples causas, desde un dolor en la columna o en miembros, hasta dolores crónicos por cefaleas. Quienes tengan consultas, pueden escribir a [email protected]. Mientras tanto, en la sala número tres del 9° piso del Hospital de Clínicas, ubicado en la Avenida Córdoba 2351, ese emblema de la salud pública, transita sus días el Centro del Dolor. Un enfoque inédito para la región, pero que promete no ser el único en los próximos años, con un concepto que lo rige como un axioma: cada persona tiene su dolor, y cada dolor tiene su propia manera de tratarlo.